Sin respuestas
Editorial QUÉ, en la radio
Las preguntas son siempre las mismas y no hay respuestas: a la Municipalidad se le acabaron las respuestas. Hay escasez de respuestas, crisis de respuestas. Mientras, los funcionarios van por ahí, tapándose con los dedos las orejas cada vez que alguien les dice: “Disculpá, una pregunta”.
Y las preguntas, que son siempre las mismas, empiezan a tener más valor, más peso. Tienen el valor y el peso que deberían tener las decisiones políticas, decisiones que deberían ser para responder preguntas. Mientras, los funcionarios intentan tirarse en paracaídas para dejar un avión que se cae cuando alguien pregunta algo tan básico, cuando alguien pregunta qué hora es, cuánto falta.
Las preguntas están en todas partes aunque no las quieran responder. Están en los afiches de las protestas, están en los artistas que reclaman por la cultura pública, están en la izquierda, están en los fomentistas, están en los de las cooperativas, están en todas las personas.
Todos preguntan y repreguntan ¿Va a mejorar esto? ¿Cuándo? Mientras, los funcionarios se tiran en paracaídas, con los oídos y los ojos tapados.
