Transparencia
Editorial QUÉ, en la radio
El cambio de gobierno tuvo una consigna clara: “No roben más”. La gente le dio las llaves del país a un grupo de personas que dijo, que juró no ser corrupto y que no iba a permitir corrupción. Así también fue en Mar del Plata con Arroyo y su gente, esa era una promesa.
No van ni tres meses y la gestión de Arroyo perdió otro funcionario. Primero había sido Razona: el secretario de Seguridad había denunciado mucha corrupción instalada en su área y -diferencias más, diferencias menos con el intendente- terminó por pegar un portazo y se fue.
Esta semana el papel ya fue 100% de esta gestión. Nada de herencia, de que encontramos las cosas mal, de que la crisis, de lo que sea. Un funcionario, como un adolescente rebelde, se llevó un auto sin avisar y lo chocó.
La gente votó para que no robaran más, para que sean responsables, para que hagan las cosas bien. El intendente le pidió la renuncia. Perfecto.
Recién van tres meses y ya pasan estas cosas, estos papelones. La transparencia parece ser denunciar el pasado y cortarle la cabeza al que hace cagadas; estaría bueno que fuera también hacer las cosas de manera correcta, independientemente de si salen o no a la luz.
