Érika Falconnat: ahora investigan un homicidio
El pasado viernes los hijos de la víctima declararon en Cámara Gesell. Tras los testimonios el fiscal Castro abandonó la hipótesis de suicidio y pidió la detención de la expareja de la mujer, pero la Justicia de Garantías no se la concedió.
La fiscalía dio un giro de 180 grados en la investigación por la muerte de Érika Falconnat, la joven de 23 años que fue hallada sin vida el 25 de mayo en su casa del barrio El Martillo, ya que recientemente abandonó la hipótesis de suicidio y cambió la carátula del hecho a homicidio.
El pasado viernes el fiscal Fernando Castro les tomó declaración en Cámara Gesell a los hijos de la víctima -de 4 y 6 años- y tras escuchar los testimonios cambió la carátula del caso a homicidio. “Dio positivo la posible comisión de un delito”, explicó el fiscal.
Ese mismo viernes, Castro solicitó la detención de la expareja de Érika, quien sería el principal sospechoso del homicidio, pero la jueza de Garantías, Lucrecia Bustos, le negó la medida por considerar que los testimonios de los nenes no eran suficientes.
Si bien la muerte de Érika generó muchas dudas a los investigadores desde el principio, su familia señaló a la expareja de la víctima desde un primer momento.
Al principio, Castro, basado en los resultados de la autopsia, había caratulado la muerte de Érika como un suicidio, ya que los informes periciales eran “contundentes”.
La familia de Érika no aceptó nunca la idea de suicidio. Se manifestaron en la marcha #NiUnaMenos, fueron a Tribunales y denunciaron también en los medios que a Érika la habían matado y que el asesino sería su expareja.
Desde la Fiscalía Nº 1 decidieron cambiar la calificación del hecho de suicidio a averiguación de causales de muerte. Ahora, luego de que los hijos de Érika declararan en Cámara Gesell, la investigación por el asesinato de la mujer de 23 años frente a sus hijos pasó a ser por homicidio.
