Jueves 28 de marzo | Mar del Plata
15/09/2015

Juicio por jurados: la defensa del “bueno” contra el “malo”

Para el fiscal, la muerte de Faustino González está penada por la ley y no por si el imputado, Roberto Echarry, “es buena persona”. La defensa alegó que “uno bueno terminó matando a uno malo” en legítima defensa.

Juicio por jurados: la defensa del “bueno” contra el “malo”
En el juicio no se podían tomar fotografías para preservar a los jurados, el ilustrador Mario Nilson, a pedido del Tribunal realizó el dibujo.

Terminada la selección de los jurados, dio inicio la segunda audiencia del debate en el que por primera vez doce vecinos serán los encargados de juzgar un hecho: si Roberto Echarry actuó o no en legítima defensa al matar a su cuñado, Faustino González, en agosto de 2014.

Este juicio tiene importancia no solo por el hecho en sí, sino porque es el primer juicio por jurados en Mar del Plata, porque tuvo el record de convocatoria en la provincia de Buenas Aires para ocupar los lugares de jurados -41 de 48 personas asistieron ayer a la selección- y porque, además, fue el primero en la provincia en que las entrevistas para seleccionar a los jurados fueron individuales.

La audiencia, que si bien estaba prevista para las 9, comenzó pasadas las 10. Primero, el juez Alexis Simaz fue notificado por el fiscal Marco Pagella y por el abogado defensor de Echarry, César Sivo, el orden de los catorce testigos y, una vez llegado a un acuerdo, ingresaron a la sala los doce jurados –seis hombres y seis mujeres- y los seis suplentes –tres hombres y tres mujeres-.

El juez Simaz dio inicio al debate en lo que fue una clase de derecho rápida para los jurados. Les explicó que ellos serían los “jueces de hechos” mientras que él el “juez de derecho”. Acto seguido les hizo jurar a los jurados que “juzgarán con imparcialidad”.

Antes de dar lugar a los alegatos, el juez recordó que “el jurado no puede utilizar el celular, que su decisión debe ser libre de toda presión, no pueden hacer preguntas, no deben conversar del tema, no tienen que realizar investigación por su cuenta, no pueden tomar contacto con las partes, no pueden basar su razonamiento en la lástima o el miedo”.

En el juicio ya quedó probado que el 12 de agosto de 2014 Echarry mató a González de dos disparos con su revólver calibre 38 en el parque de la propiedad de que compartían de Rauch al 8500. Lo que se debate es si este hecho se enmarca como dice la fiscalía en “homicidio agravado por el uso de arma de fuego” o, como considera la defensa, en “legítima defensa”.

Para el fiscal Pagella, la muerte de González “está penada por la ley y no por si es buena persona Echarri y mala persona González”.

En su alegato inicial, Pagella dijo que “Echarry, sin derecho a hacerlo, mató a González. No tenía derecho a hacerlo. Tal vez la decisión más justa sea que una buena persona sea condenada”.

A su turno, Sivo, tomando la posta de Pagella de hablar de “buenos y malos”, alegó: “No vamos a presentar el tema como buenos o malos, la realidad lo indica. No es una construcción esto. Los propios hijos de González hablan mal de él y están preocupados por Echarry. Hay legitimidad de la muerte basada en la su defensa”.

Para Sivo, existen “determinadas personas que en su condición de malas per se intimidan y atemorizan porque son malvados y violentos”.

Desde lo técnico, Sivo dijo que en este caso, la legítima defensa está sostenida porque Echarry respondió a una agresión ilegítima, ya que “se encontraba en un entorno peligroso, en el que González lo agredía verbal y físicamente” y, dirijéndose al jurado expresó: “Solo si pueden ponerse en la cabeza de Echarry entenderán el peligro”.

Además, el abogado defensor sostuvo que “hubo una respuesta racional en función de la intensidad de la agresión. González era más corpulento que Echarry. González era violento, alcohólico, agresivo y siempre iba armado con un cuchillo”.

Uno bueno terminó matando a uno malo para salir de una situación que sentía le ponía en riesgo la vida”, finalizó su alegato Sivo.

PRIMEROS TESTIGOS

La primera persona en declarar fue el subcomisario Cristian Daniel, quien se desempañaba como jefe de la comisaría sexta al momento de la muerte de González y que todavía ocupa ese mismo cargo.

El subcomisario narró que el 12 de agosto, Echarry se presentó en la dependencia y contó que le había disparado a un familiar en su casa y entregó su arma de fuego.

Me pareció honesto, estaba angustiado y con el tiempo cayó en la cuenta de lo que había hecho y se puso peor”, dijo el policía y agregó: “Me sorprendió que no hubo incidentes con la familia de la víctima, al contrario, el hijo del fallecido estaba preocupado por su tío, lo abrazó y rompieron en llanto”. Para Daniel, Echarry tuvo miedo que “González lo primereé y actuó en consecuencia”.

El subcomisario, de 26 años de servicio, se acordaba muy bien de los acontecimientos de ese 12 de agosto, ya que sostuvo fue una situación “única y atípica, ya que primero apareció el imputado y luego la víctima”.

Luego fue el turno de un vecino de Echarry, de apellido Rocha, quien aseguró que “González era mal vecino, alcohólico, pendenciero, insultaba al que pasaba y se pasaba con las mujeres. Iba armado con un cuchillo todo el tiempo, desde toda la vida”.

Rocha, dijo que se mudó a la calle Rauch al 8500 en 1978 y que en ese momento, “González se encontraba en el penal de Sierra Chica por haber sido culpable de cometer homicidio”.

Sobre González, el testigo agregó que “había intentado matar a su mujer en dos ocasiones”. Y sumó que a la mujer, la hermana de Echarry y dueña de la propiedad junto con su hermana, “le enfermó la cabeza, se tuvo que ir y terminó en la calle, durmiendo en los bancos del Hospital Interzonal”.

El defensor Sivo ahondó en preguntas sobre la vida de González, y Rocha dijo que el hombre “había violado a su propia hija delante de su mujer. Le pego a un hijo con un palo y le daba pan para que coma en el patio”. En cambio, de Echarry dijo que “es un excelente vecino, excelente compañero y persona. Muy atento en todo momento”.

“Si Echarry no mataba a González lo huebiese matado otro, era violento y se peleaba con todo el mundo”, finalizó el testigo.

EL TESTIMONIO DE LA ESPOSA DE ECHARRY

La tercera testigo del juicio fue la esposa del imputado, Elsa Raquel Miranda, quien fue convocada por la defensa.

El testimonio de Elsa se centró en explicar lo acontecido el 12 de agosto en su casa, ya que ella estaba presente. La mujer narró que ese día, Echarry no fue a trabajar como albañil porque “nadie lo había pasado a buscar para llevarle las herramientas”.

Ante esa situación, Echarry pasó el día en su casa arreglando el patio y limpiando el fondo de la propiedad que comparte con la casa de su hermana, quien está casada con González.

Escucho una explosión, lo llamo y no me contesta”, dijo Elsa y luego contó que se encontró con su esposo y este le dijo: “Yo voy a estar bien, lo voy a arreglar”, y acto seguido se fue a la comisaría. “Estoy segura que González lo fue a buscar de mala manera”, aseguró la mujer.

“En la casa se vivía violencia de género, él insultaba a mi cuñada, le pegaba, la corría con el cuchillo”, declaró la mujer y agregó: “González echó a mi cuñada de mi casa, dejó a mi cuñada sin comer, sin dormir, sin un lugar. La dejó en la calle”.

Antes del corte en cuarto intermedio dio su testimonio el sobrino de Echarry, Marcelo Miranda, quien contó que ese 12 de agosto su tío, luego de dispararle a González, fue hasta el taller mecánico donde trabaja –a una cuadra y media del lugar del hecho- y le pidió que llamara a la ambulancia y la policía. “No me animé a entregarlo”, dijo el joven.

Sivo volvió a pedir a un testigo que le explicara cómo era González y Miranda dijo que el hombre “les decía barbaridades a las chicas, le tiraba pan al hijo para que comiera, era violento, llevaba el cuchillo a todas partes, le partió un botellazo a un hombre en una cancha de fútbol, la gente le tenía miedo”. “González era mala persona”, dijo Miranda.

El juicio continuará el miércoles a la mañana con los testigos que faltan y, por la tarde, serán los alegatos del fiscal Pagella y del defensor Sivo. Acto seguido será el turno de los jurados de deliberar si Roberto Echarry es culpable o no de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”.

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15/09/2015