Viernes 19 de abril | Mar del Plata
29/10/2018

Juzgan a 8 personas por el crimen de un nene en ritual umbanda

El hecho ocurrió en septiembre de 2015 y este lunes el Tribunal Nº4 comenzó a juzgar a la “mae” Ramona Rosa Toledo, a dos de sus hijos, su yerno y otras tres personas. La mamá del menor de 4 años está acusada de abandono de persona.

Juzgan a 8 personas por el crimen de un nene en ritual umbanda
(Fotos: QUÉ Digital)

En la investigación se habla de rituales satánicos, de sacrificios de gallinas y de diferentes animales, de la utilización de distintos restos humanos, como huesos o pelos obtenidos del cementerio. Pero el foco está puesto en los elementos que hacen a uno de los casos criminales más aberrantes de Mar del Plata: un nene de cuatro año –identificado como Uriel-, que era llevado a las “celebraciones” y al que otorgaban una “participación activa”, sufrió todo tipo de vejaciones, torturas y abusos en forma de “sacrificios” hasta que en septiembre de 2015 lo estrangularon y murió.

Este lunes comenzaron a ser juzgados ocho acusados del crimen: la mae Ramona Rosa Toledo, sus hijos Ivana y Lucas Toledo y su yerno Diego Grollino además de los padres de éste último Saverio Grollino y Lidia Maidana, y Cristian Acha. Y también se encuentra acusada la mamá de menor, Romina Hernández, por haber abandonado a su hijo a sabiendas de los maltratos que le proferían al menor. Cuatro de ellos llegaron al juicio detenidos y otros cuatro en libertad.

La causa estuvo encabezada inicialmente por el fiscal Eduardo Amavet y luego por Juan Pablo Lódola, quien representa al Ministerio Público Fiscal en el juicio que se lleva adelante en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº4 bajo la calificación de homicidio cuádruplemente agravado por su comisión con alevosía, ensañamiento, concurso premeditado de dos o más personas y criminis causa. Se espera que el juicio se extienda durante algunas semanas, en doble turno, por la gran cantidad de testigos que deberán presentarse.

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Una de las cuestiones previas que presentaron algunas de las defensas de los acusados tuvo que ver con que se ordenara que los medios de comunicación presentes no registraran imágenes de sus defendidos, algo que no fue avalado por los jueces Gustavo Fissore, Jorge Peralta y Alfredo Deleonardis, aunque de todas maneras hicieron saber a la prensa el pedido de la defensas, que expusieron motivos vinculados a tener temor sobre la seguridad de los acusados dentro de las unidades penales y a lo que los jueces respondieron con un pedido de que se aumente la protección.

 EL HECHO Y LAS DETENCIONES  

El 11 de septiembre de 2015 el caso ya había generado conmoción y todavía restaba conocerse un marco por demás escabroso: una pareja, un hombre de 23 años -Diego Grollino- y una joven de 18 – Ivana Toledo-, fueron detenidos por la muerte del nene de 4 años en una casa de Solís al 4700.

nene 4 años asesinado

La muerte del nene de cuatro años fue denunciada por una médica que había ido en una ambulancia hasta la casa por una emergencia de salud de un menor. Al llegar al lugar, cerca de las 17, la mujer se encontró con que el nene estaba muerto y presentaba golpes en el cuerpo, signos de maltrato y quemaduras en una mano. Inmediatamente dio aviso a la policía. Con el correr de las horas se confirmó que el nene había sido brutalmente abusado.

A medida que avanzaron los meses, la investigación también lo hizo y a fines de diciembre de 2016 sumó una nueva detención: la mae  umbanda Ramona Rosa Toledo, de 52 años, a quien se la acusa de ser instigadora del aberrante hecho. A esas tres detenciones también se sumó la de Acha y otros cuatro procesamientos: Lucas Toledo -hijo de la mae-, Saverio Grollino y Lidia Maidana -padres de Grollino y quienes eran los  responsables de la vivienda de Solís al 4700- y la mamá del nene, Romina Hernández.

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 LA INVESTIGACIÓN 

A partir de declaraciones recopiladas en la causa y del testimonio de especialistas en umbandismo, los investigadores pudieron establecer que en dos templos ubicados en 12 de octubre al 10.200 e Irala al 9600 se realizaban rituales satánicos, que eran orquestados por Toledo.

De la investigación se desprende que en ambos espacios y con la coordinación de la mae se realizaban “sacrificios de gallinas y de diferentes animales, ofreciendo su sangre a los espíritus adorados por los participantes, como así también se utilizaban diferentes restos humanos, como huesos o pelo obtenidos del cementerio”.

En ese marco, los investigadores pudieron establecer que el niño -que había sido entregado para su custodia a los ahora acusados- era llevado a las celebraciones y en ese marco tenía “una participación activa”. En lo relativo al fatal desenlace, en la investigación se dejó constancia de que “en las últimas celebraciones el niño sufrió todo tipo de vejaciones, torturas y abusos en forma de sacrificios ofrecidos a las deidades y espíritus que este grupo adora, los cuales llevaron a su muerte”.

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 LAS ACUSACIONES, UNA POR UNA 

La causa derivó en dos investigaciones complementarias que llegaron en conjunto al juicio.

En los lineamientos iniciales de la acusación en el arranque del juicio, el fiscal Lódola describió que el primero de los hechos a juzgar ocurrió entre julio de 2015 y el 11 de septiembre de ese mismo año en la casa de Solís al 4700 y en el templo de Irala al 9800, entre otros lugares, donde Grollino e Ivana Toledo golpearon al nene, lo quemaron con habanos, no lo asistieron en su alimentación al punto de desnutrirlo, le arrancaron el cabello, le realizaron cortes en el cuerpo, le quemaron una mano con agua hirviendo, abusaron sexualmente de él y, finalmente, lo estrangularon hasta causarle la muerte.

Sobre este mismo hecho, en la segunda investigación abierta en torno al caso, están acusados también Ramona Rosa Toledo -en el rol de instigadora- y Cristian Acha.

En esa misma línea temporal, el segundo hecho se centra en el rol jugado por los padres de Grollino -Saverio Grollino y Lidia Maidana-, responsables de la casa de Solís al 4700, a quienes se los acusa de haber mantenido una actitud colaborativa brindándoles cobijo y el ámbito habitacional adecuado y no prestando ayuda a la víctima. Los dos están acusado de ser partícipes necesarios del crimen.

Por su parte, el tercero de los hechos se centra en el papel de la madre de Uriel, Romina Hernández, a quien se la acusa de haber “colocado en situación de desamparo” al nene “abandonándolo a su suerte” al entregarlo a la pareja de Grollino y Toledo para que viviera con ellos “teniendo cabal conocimiento que tales personas maltrataban cruelmente y en forma constante al menor e incluso no suministrándole alimentos e atención médica”. A ella se le imputa el delito de abandono de persona seguido de muerte agravado por el vínculo materno.

El cuarto hecho, que forma parte de la segunda investigación, apunta a juzgar el rol de Lucas Toledo, hijo de la mae, ya que se lo acusa de haber realizado manifestaciones falsas ante personal policial el día en que el nene fue encontrado sin vida. Se lo imputó por falso testimonio y, de manera subsidiaria, se lo acusa de encubrimiento agravado.

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