Miércoles 24 de abril | Mar del Plata
27/11/2018

Lucía Pérez: la dura crítica de los jueces a la fiscal Sánchez

Los magistrados lamentaron que la funcionaria no haya actuado con “compromiso, vocación, profesionalismo, competencia e idoneidad” y señalaron que “movió a un país a partir del dolor y del horror derivados de una mentira”.

Lucía Pérez: la dura crítica de los jueces a la fiscal Sánchez
(Fotos: archivo / QUÉ Digital)

– ¿No van a convocar a la doctora Sánchez?, preguntó uno de los jueces a las partes cuando casi se terminaba la ronda de testigos del juicio por el crimen de Lucía Pérez. La consulta, con fuerte carga irónica, fue respondida por el fiscal que se hizo cargo del juicio, Daniel Vicente: “Si no se la convocó en el inicio…”.

Aquella llamativa escena vivida sobre el cierre de una de las audiencias dejó en claro el rol fundamental que jugó para cada una de las partes intervinientes en esta causa la fiscal María Isabel Sánchez, quien el 12 de octubre de 2016 -a pocos días del hecho- brindó en una conferencia de prensa -según lo que luego quedaría expuesto en el juicio- varias definiciones por demás apresuradas sobre detalles del crimen. Y este lunes, tras la sentencia que condenó a ocho años a dos de los tres acusados, por venta de droga pero no por abuso sexual en concurso ideal con femicidio, la funcionaria judicial quedó en el centro de las críticas de cada una de las partes, incluidos los jueces que dedicaron varias páginas de la sentencia a cuestionar su accionar.

“Si la fiscal se hubiese desempeñado con compromiso, vocación, profesionalismo, competencia e idoneidad este proceso no habría generado en la sociedad la expectativa de una condena ejemplar ni obligado a los operadores judiciales a dar explicaciones forzadas por algo que jamás sucedió como ella lo anunció“, le apuntaron, entre tantas otras críticas.

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Incluso, los jueces resolvieron enviar la resolución a la Procuración General de la provincia de Buenos Aires a los fines de evaluar el “posible delito de incumplimiento de deberes de funcionario público”. Cabe recordar que Sánchez tras la elevación a juicio de la causa -que también tuvo muchas críticas por parte de la Justicia de Garantías- comenzó una licencia psiquiátrica, luego fue desplazada de la Fiscalía N°8 y actualmente forma parte de la de Flagrancia.

Los magistrados Aldo Carnevale, Facundo Gómez Urso y Pablo Viñas se expresaron cada uno contra el accionar de Sánchez y hablaron de una “horripilante historia surgida de la propia imaginación” de la fiscal, de “insensatez, imprudencia e irresponsabilidad” y la cuestionaron por no haber estado presente en ninguno de los lugares de los hechos, tal como sostuvieron numerosos testigos en el juicio, ante la consulta del propio fiscal Vicente.

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“No puedo dejar pasar por alto la irresponsable génesis que tuvo desde la  hora cero esta ‘investigación’”, fue la primera referencia a la fiscal Sánchez, a cargo del juez Carnevale.

“La fiscal natural de esta causa brindó una conferencia de prensa a medios locales y nacionales donde expuso sin ningún tipo de tapujo que la menor Lucía Pérez había fallecido producto de una agresión sexual inhumana provocada por un empalamiento anal, despertando de esa manera una serie de reacciones de lo más dolorosas, fundamentalmente para los padres de la menor que hasta el día de hoy tienen que llevar a cuestas esta horripilante historia surgida de la propia imaginación de la fiscal Sánchez”, cuestionó.

Y, en la misma línea, sumó que tal y como declaró en el juicio la propia madre de Lucía “fue la fiscal  quien personalmente le dijo que su hija había sido drogada y violada y que por esa violación había muerto, que había sido empalada y que habían lavado su cuerpo, todo esto con el agravante que la doctora (Claudia) Carrizo –quién practicó la autopsia de Lucía- señaló en el debate que jamás le trasmitió tal cosa a la fiscal”.

En este marco, el juez reseñó también que todos los testigos que pasaron por el juicio, sobre todo funcionarios policiales y peritos, dijeron “nunca haber visto personalmente y encabezando la investigación a la mencionada fiscal, resultando llamativo -para alguien que ha cumplido ese rol durante siete años- que un hecho que suponía tamaña gravedad solo haya sido manejado por teléfono, sin constituirse en el lugar de los hechos, ni participar en las diligencias y aun así lanzara una hipótesis que para nada coincide con la que sostuvo la actual acusación”.

Por eso, Carnevale entendió que “todo esto ha sido como una bola de nieve que ha ido arrastrando a su paso no solo a los directos involucrados (familiares y amigos de Lucía y hasta los propios imputados) sino a grupos de derechos humanos, instituciones públicas y privadas y hasta personas ajenas al proceso que confiando en los dichos de la fiscal del caso fue tomando partido sobre un tema cuya información era errónea”.

 “MOVIÓ A UN PAÍS A PARTIR DEL DOLOR DERIVADO DE UNA MENTIRA” 

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El juez Gómez Urso fue también muy crítico con Sánchez y expuso que “si se hubiese desempeñado con compromiso, vocación, profesionalismo, competencia e idoneidad este proceso no habría generado en la sociedad la expectativa de una condena ejemplar ni obligado a los operadores judiciales a dar explicaciones forzadas por algo que jamás sucedió como ella lo anunció”.

Asimismo, apuntó: “Sánchez no fue al lugar del hecho, no fue a la comisaría a tomar las primeras medidas del caso, no fue a recorrer la zona que vinculaba los domicilios de los tres imputados y que constituía parte de la confirmación o descarte de sus declaraciones, no fue a ningún allanamiento, no fue a la autopsia, se fue de vacaciones a los pocos días de promocionar un caso de ‘muerte de una adolescente de 16 años por empalamiento con un sufrimiento inhumano’ y, por supuesto, no concurrió al debate a ‘sostener’ su hipótesis”.

En otro tramo de su extensa exposición, Gómez Urso cuestionó, también en duros términos el hecho de que “la fiscal Sánchez movió a un país”. “Y movió a un país a partir del dolor y del horror derivados de una mentira. Dando cuenta de un hecho atroz a partir de un mensaje en conferencia de prensa que no hizo más que provocar indignación”, sumó.

En esa misma línea, el magistrado continuó con sus críticas al afirmar: “Visto desde otro lugar, si los hechos hubiesen ocurrido del modo ‘imaginado’ por la fiscal no caben dudas, y este Tribunal ha dado muestras de ello, de que hubiésemos impuesto severas penas, notoriamente incrementadas por las circunstancias agravantes derivadas del ‘relato’ de Sánchez. Pero no fue así”.

JUICIO DIA 1 LUCIA PEREZ FARIAS OFFIDANI MACIEL  (18) JUEZ GOMEZ URSO

“La fiscal Sánchez no fue la única clave de la insensatez, la imprudencia y la irresponsabilidad”, definió Gómez Urso para también referirse a otros dos operadores de la Justicia cuestionados: la perito Claudia Carrizo y el auxiliar eviscerador José Luis Badami, quienes protagonizaron fuertes contradicciones en sus apreciaciones.

De esta manera, subrayó que “la sociedad, con razón, reclama sentencias claras”. Y remarcó, con varios puntos de consideración que “esta (sentencia) lo es”:

“Claridad significa recordar que Badami dijo que el cuerpo había sido lavado porque no tenía olor, para luego afirmar en el juicio que no quiso decir lavado sino que estaba limpio.

Claridad significa destacar que Badami aseveró que el cuerpo no tenía olor para asegurar posteriormente que no pudo oler porque usó barbijo.

Claridad significa señalar que jamás alguien le dijo a la fiscal Sánchez que Lucía hubiera sido empalada, sin embargo, en conferencia de prensa con alcance nacional, la nombrada afirmó que ‘Lucía murió por un empalamiento inhumano’. A partir de allí, lamentablemente, Lucía pasó a ser sinónimo de empalamiento. ¿Quién puede quitarse semejante imagen de su cabeza?

Claridad significa observar que el imaginario empalamiento fue acompañado del lavado del cuerpo según lo afirmado por el ‘impresentable’ de Badami, lo que, en principio, llevaba a sospechar del ocultamiento de pruebas de un posible homicidio y a alimentar la perturbación social por la noticia.

Pero esa claridad también obliga a recordar que los supuestos autores la llevaron al lugar más cercano para que fuera atendida y que quien tuvo relaciones con ella permaneció inmóvil en la puerta de la guardia, reconociendo de inmediato su rol a la policía que se presentó el lugar.

Claridad implica subrayar que, sin dudas, Farías pudo no sólo no llevar a Lucía a la salita sino también, luego de hacerlo, retirarse rápidamente del lugar. Y no lo hizo. Sino que la entregó en una entidad pública, al mediodía de un sábado, frente a una plaza y a pocos metros de una comisaría, esperándola afuera a la vista de todos.

(…)

A un empalamiento con sufrimiento inhumano de un cuerpo sin vida lavado y acondicionado hay que agregarle otra cuota de irresponsabilidad inaceptable: la Dra. Carrizo afirmó que el cuerpo no tenía olor a sexo. Una expresión no sólo rechazada por la ciencia a la que dice representar, sino tan temeraria y apresurada como provocadora del mismo caos que generó la fiscal. Es más, ella misma reconoció durante el juicio que se trató de una apreciación subjetiva que no podía explicar ni sostener.

Entonces, claridad también significa recordar que, dadas las primeras explicaciones de Farías, la Dra. Carrizo pretendió licuar, disolver y negar su “coartada” con una certificación infundada y falsa, de la que se retractó durante el juicio”

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