Prostíbulo La Posada: todos los acusados, absueltos
El Tribunal Oral Federal no encontró responsable del delito de trata de personas a ninguna de las siete personas que habían llegado a juicio. Para cinco de los imputados, el fiscal ya había retirado la acusación.
Las siete personas que llegaron a juicio en el marco de la causa que investigó los delitos de trata de personas con fines de explotación sexual y explotación económica de la prostitución ajena en torno al funcionamiento del histórico prostíbulo La Posada resultaron absueltas, tras conocerse este jueves el veredicto del Tribunal Oral Federal (TOF).
En concreto, el Tribunal Oral Federal compuesto por los jueces Mario Portela, Bernardo Bibel y Jorge Michelli, dio a conocer este jueves la sentencia en el marco del juicio que se inició un mes atrás. La resolución fue parcialmente en sintonía con lo pedido por el fiscal Juan Manuel Pettigiani, quien en su alegato había decidido retirar la acusación contra cinco de los siete acusados. Según sostuvo, “no participaron de la comisión del delito, que eran fácilmente reemplazables y que eran también personas vulnerables”. Sólo había pedido condena para dos de los acusados Alicia Acevedo Galeano (cuatro años y medio de prisión) y Aníbal Soria (cinco años).
De esta manera, los absueltos fueron todos los imputados: Galeano -esposa de quien fuera el dueño de La Posada, Juan Motillo, hoy fallecido; Aníbal Soria -financista de la organización-; la mujer de Soria, María del Carmen Castrege -quien le alquilaba a Motillo el inmueble donde funcionaba el bar prostíbulo-; y quienes eran empleados del lugar y cumplían funciones de seguridad, organizadores y atención de la barra: Gabriel Carmona, José Aníbal Patroni, Humberto Scarpetta, y Ariel Spaltro.
LAS ÚLTIMAS PALABRAS
Previo a la lectura de la sentencia, los acusados tuvieron lugar para dar sus últimas palabras. Soria -representado por el abogado Facundo Caparelli- destacó que luego de haber sido excarcelado en 2012 vivió momentos “muy duros” junto a su familia y se refirió al “daño que nos hicieron”. Galeano, por su parte, dijo hablar por su marido, recordó que “se enfermó y murió en la cárcel” y se desligó de la actividad. “Mi marido tenía una wiskería, yo no tenía nada que ver“, dijo ante los jueces. Asimismo, dijo que “trataban a las chicas como de la familia”.
Castrege, en tanto, dijo que “jamás pensó estar sentada” en el banquillo de los acusados y que pasó toda su vida “criando a sus hijos” mientras que los otros acusados para los que el fiscal finalmente había pedido de la absolución coincidieron en que “sólo trabajaban en un lugar que estaba habilitado”.
EL CASO
La investigación partió contra la administración del local comercial “La Posada”, ubicado en la calle 11 de Septiembre 3030, lugar en el que desde hacía más de una década, mujeres de nacionalidad argentina y extranjeras (en su mayoría paraguayas) eran ofrecidas como objetos sexuales para luego ser sometidas al ejercicio de la prostitución en el hotel lindero “El Paraíso”.
De acuerdo a la investigación, La Posada y el hotel constituían una unidad comercial. Las tareas de inteligencia desplegadas por las fuerzas de seguridad en el marco de la causa mostraban el movimiento que se hacía entre ambos lugares, a la vista de todos. El hotel era una obligada continuidad de la actividad prostibularia del bar. De hecho cuando La Posada fue clausurada, cerró meses después el hotel.
La organización contaba, a su vez, con la vivienda de 20 de Septiembre al 3500, donde las víctimas eran alojadas y vivían en condiciones de hacinamiento. Desde allí, eran llevadas todas las noches por taxis contratados. El fiscal Pettigiani señaló durante su alegato que quedó demostrado “el aprovechamiento por parte de la organización de la situación de vulnerabilidad que atravesaban las mujeres”. La denuncia fue impulsada por la fundación La Alameda, que a través de una cámara oculta terminó por exponer la situación.
La causa, teniendo en cuenta el desarrollo del proceso, demostró las diferencias en los criterios reinantes entre la fiscalía encabezada por Adler y el fiscal ante el Tribunal Oral Pettigiani.
