Una sonrisa por Lucía
Familiares y amigos de Lucía Bernaola marcharon este viernes a la tarde para pedir justicia por la muerte de la adolescente de 14 años que perdió la vida tras ser atropellada por Federico Sasso.
Familiares y amigos de Lucía Bernaola, la adolescente de 14 años que murió luego de ser atropellada el domingo a la madrugada en la Costa por Federico Sasso mientras manejaba alcoholizado, marcharon hoy desde la puerta del colegio Sagrada Familia -en Magallanes y Padre Dutto- hasta la Plaza Italia -El Cano y 12 de Octubre- y cubrieron el cielo de globos blancos para pedir justicia por Lucía, justicia por quien ya no está y justicia por los que quedan todavía para lucharla.
“Una sonrisa por Lucía” fue la principal consigna de esta marcha. Una sonrisa entre tanta lágrima, entre tanto llanto desconsolado. Una sonrisa entre tantos abrazos que se daban familiares y amigos de Lucía, que la buscaban en cada abrazo, que seguramente un poco la encontraron en cada abrazo. Una sonrisa por una chica de 14 años, por su familia, por sus amigos, por todos.
La concentración comenzó poco antes de las 18 en Padre Dutto y Magallanes. Al reclamo de justicia, los presentes los acompañaron con globos blancos. Y hubo muchos presentes. Y hubo muchos globos blancos.
Los padres de Lucía, el exjugador de fútbol de Aldosivi y Alvarado Eloy “Taca” Bernaola y Verónica Borelli, encabezaron la marcha, sosteniendo la bandera con la consigna “Una sonrisa por Lucía”.
Cientos de personas marcharon. Los amigos de Lucía, sus compañeros de colegio, vecinos de la zona del Puerto y su familia. Muchos mostraron empatía en el momento más doloroso de una familia, un dolor compartido por tantos que, si bien no lo hace más liviano, ayuda a sanar en compañía.
La marcha terminó en la Plaza Italia. Fue pacífica, fue emotiva, fue dura. Al final soltaron todos los globos blancos, que volaron al cielo. Para los creyentes volaron hacia donde fue Lucía, para los demás volaron en señal de paz. Para todos fue un símbolo que Lucía está presente en cada uno, y que cada uno la recuerda con una sonrisa mojada en lágrimas y con un reclamo constante de justicia.
Más tarde, mientras todos seguían en la Plaza Italia unos amigos inmortalizaron una pintada en la que todos creían: “Lucía por siempre“.
