Trasfondo político de la consulta popular en Sierra de los Padres
La transformación que experimentó la comunidad en la última década no fue ajena al desarrollo de tensiones políticas. Denuncias mediáticas contra la delegada, quejas, reclamos y “una polémica exacerbada” por las internas políticas.
Entre las sierras y también alrededor del pulmón verde más grande del Partido de General Pueyrredon, una población estable de apenas 300 familias ascendió a más de 6 mil habitantes en poco menos de una década. El desarrollo de una industria frutihortícola sin reglas claras y que creció prácticamente a la par de la actividad comercial y la radicación de emprendimientos productivos, transformó a Sierra de los Padres. Las necesidades de la comunidad dependen de decisiones que se toman a 21 kilómetros o en ocasiones a 400. Esa transformación y con un funcionario delegado de la Comuna como mediador, no podría ser ajena a las divisiones políticas y las tensiones partidarias. De hecho, no lo es.
A fuerza de organización vecinal, tinta, relaciones institucionales, tiempo e inversiones la Delegación Municipal de Sierra de los Padres y La Peregrina construyó su propia historia a la vera de la Ruta 226. Hoy, a un año de la nueva administración de gobierno, la falta de regulación del sistema de consultas populares para elegir la figura de delegado vuelve a mezclarse con las quejas de un sector de la comunidad que expone disconformidad, pero también con las maniobras estratégicas del oportunismo político.
Pero la tensión que se vive en Sierra de los Padres y la zona por el futuro político de la Delegación comenzó mucho antes de que el Concejo Deliberante sesionará -el martes pasado- en un jardín de infantes de la vecina comunidad. Antes, incluso, de que la delegada Stella Maris Marinier fuera denunciada mediáticamente por expender cerveza en un predio municipal adquirido años atrás. Antecede también a la llegada de Carlos Arroyo al gobierno y está sesgada por intereses tan personales como colectivos.
“Hay una cuestión política y hay intereses muy claros”, admite Marinier en la entrevista que le concedió a QUÉ. La funcionaria fue puesta en el centro de “una polémica exacerbada” por algunos medios de comunicación ante quejas de un grupo de vecinos que advierte un “estado de abandono” de Sierra de los Padres, principalmente expuesto en sus barrios.
Durante la atípica sesión del Concejo Deliberante realizada en el Jardín Municipal Nº 7 de Sierras, los ediles -por unanimidad- resolvieron “declarar la necesidad de llamar a una consulta popular” para votar por el cargo de delegado, por iniciativa del concejal radical Mario Rodríguez.
Un año atrás, a mediados de diciembre de 2015, Stella Maris Marinier fue designada por el intendente Carlos Arroyo como delegada interina tras la renuncia formal del exdelegado Juan Carlos García ante la salida de Gustavo Pulti del gobierno.
La figura de delegado municipal, al menos en Sierra de los Padres y Batán, se elige a través de una consulta popular: son los vecinos quienes votan y deciden la continuidad o no en el cargo del delegado, por un período de cuatro años. Es problable que la funcionaria llegue a esa instancia. Al menos así lo reclama un sector de la comunidad y ahora también el Concejo Deliberante.
“Yo estoy a disposición, no me aferro a ningún cargo”, asegura Marinier en la misma nota con QUÉ, ante el pedido para que se convoque a esta consulta popular, hasta ahora con determinación incierta por parte del Ejecutivo.
Según pudo saber este medio, dentro del grupo de vecinos que mediatizó quejas en las últimas semanas están quienes integraban la anterior gestión de la Delegación -en buena parte de su historia conducida por el radicalismo-, mientras que otro sector respondía a otra arista de la Unión Cívica Radical y se acercó a los concejales de Acción Marplatense y exfuncionarios de la administración Pulti y la gestión de García, luego de que Vilma Baragiola perdiera las PASO del 2015 frente a Carlos Arroyo en las internas de Cambiemos.
Días atrás fue el bloque de Acción Marplatense quien propuso llevar -por primera vez- la sesión del Concejo Deliberante a Sierras. Los pupitres de un amplio salón del Jardín de Infantes Nº 7 “María Elena Walsh” reemplazaron a las bancas de madera del recinto del segundo piso de Luro e Yrigoyen. El sillón de presidencia en el estrado que ocupa Guillermo Sáenz Saralegui (Agrupación Atlántica), esta vez, fueron dos mesas unidas y forradas con un papel junto a un banner impreso con el logo del HCD para distinguirlo del resto de los lugares ocupados por 22 de los 24 ediles presentes.
En este escenario y desde la Banca 25, los vecinos de distintos barrios de Sierras llenaron de reclamos la sesión: insistieron en el concepto de “estado de abandono” del lugar, elevaron quejas por el mal estado de las calles, hicieron notar la deuda que se mantiene con las sociedades de fomento, volvieron a señalar que solo cuentan con una línea de colectivos, expusieron malestar por la falta de luminarias y la seguridad y cuestionaron la capacidad de gestión de la actual administración de la Delegación, que entre otras cosas tiene al desarrollo del turismo como gruesa meta pendiente.
La discusión en la sesión trasladada a Sierras a pedido de AM cerró con la presentación de un proyecto del concejal radical Mario Rodríguez que aprobó el Cuerpo para pedir que se convoque a una consulta popular. La decisión ahora dependerá del intendente y de los acuerdos políticos que buscan tejerse y sellarse por estas horas.
La militancia de pocos pero conocidos actores políticos de la zona con nexos directos en la ciudad y la Provincia no podría quedar ajena a la definición de la consulta y a la oportunidad de llevar las riendas, las tierras y los papeles de una comunidad cuyo crecimiento demográfico, industrial y productivo dista de las respuestas gubernamentales que recibe a sus necesidades.
A 21 kilómetros del mar, los intereses personales y colectivos expuestos a través de fotos, proyectos, declaraciones, vínculos con los espacios de poder y los medios de comunicación, mantienen en movimiento la rueda de la transformación y el desarrollo irregular de la comunidad que se multiplicó entre las sierras.
Aseguran los vecinos que “Sierra de los Padres está abandonada”. La delegada Marinier reconoce que no buscar aferrarse a cargo, pero advierte solo contar con tres máquinas para trabajar en las calles, serias limitaciones económicas para mejorar la calidad de vida de la población, insuficiente apoyo del Ejecutivo e incluso “falta de compromiso de algunos vecinos” para cuidar los barrios. Sin embargo duda de que “otro pueda hacer más sin tener más que lo poco que hay hoy”.
“El descontento es real. Yo no estoy conforme con la gestión. Sé que hay disconformidad pero también sé que no todo el descontento es tan así como se muestra”, admitió la funcionaria al analizar el futuro político de Sierra de los Padres y sus barrios en una entrevista con QUÉ.
