El último acto de Arroyo como intendente: emoción, Navidad y tradiciones
El jefe comunal encabezó el encendido del árbol de Navidad en Plaza San Martín. “Los pueblos que pierden sus tradiciones, olvidan sus costumbres y están condenados”, dijo.
En el marco de lo que fue su última actividad como máxima autoridad del gobierno, el intendente Carlos Arroyo encabezó este domingo por la tarde el acto en el que se celebró el regreso de la Navidad a la Plaza San Martín, tras 26 años sin el tradicional árbol navideño en el lugar. “Los pueblos que pierden sus tradiciones, olvidan sus costumbres y están condenados”, dijo el jefe comunal.
Notablemente emocionado, y ante un nutrido público -conformado por grandes y chicos, estos últimos ansiosos por dejar su carta para Papá Noel en el buzón recientemente restaurado- Arroyo disfrutó de la actuación de la Banda Sinfónica Municipal, que deleitó a todos los presentes con villancicos, piezas clásicas y hasta música infantil.
El intendente saliente estuvo acompañado por su mujer y funcionaria, Susana Rivero, además de autoridades del gobierno y de las fuerzas armadas, entre otros.
En ese marco, Arroyo brindó un breve discurso –el último como intendente de General Pueyrredon– en el que más allá de su emoción, destacó la labor de Constanza Addiechi (directora de Restauración y Conservación de Monumentos del Municipio) y la recuperación de “más de ochenta monumentos históricos, que estaban desparramados por cualquier parte”.
“Los pueblos que pierden sus tradiciones, olvidan sus costumbres y están condenados; es fundamental que mantengamos esas tradiciones. Por otro lado, también voy a aprovechar la oportunidad para agradecerles la presencia, porque esto es fundamental para los niños sobre todo”, dijo el intendente, que agradeció la presencia de muchas familias, enmarcadas en “el espíritu navideño”.
En ese sentido, pidió trabajar para “olvidarnos de los odios, de las angustias” y entonces poder “abrir el corazón, ir hacia la paz, pensar en el otro, más en el otro y menos en uno”. “Ese va a ser el camino”, destacó, antes de agradecer también la presentación de la Banda Sinfónica Municipal -“porque a través de ellos se ha recuperado una tradición, que es hacer cosas como esta”- y desearle a todos los presentes “felices navidades”.
Así, tras las palabras de Arroyo y la música, minutos antes de las 20 llegó el momento del encendido del tradicional árbol de Navidad ubicado en la Plaza San Martín. Luego de la cuenta regresiva, y ante la mirada atenta de chicos y grandes, el árbol finalmente se encendió, en medio de aplausos, abrazos y mucha emoción.
En el caso del jefe comunal, además, este acto tuvo la particularidad de que fue el último que encabezó como intendente. Por ese motivo, más allá de su ya tradicional emoción, Arroyo se mostró conmovido y se fundió en numerosos abrazos: con los vecinos y vecinas que se acercaron para ser parte de la celebración y con parte de su gabinete y familiares, entre ellos, su hijo Guillermo Arroyo.
EL ÁRBOL DE NAVIDAD Y LAS CARTAS PARA PAPÁ NOEL
Desde los años ’90 la Navidad se fue celebrando en distintos lugares de la ciudad, con distintos árboles decorativos, algunos que incluso despertaron polémica, como el que se realizó años atrás con botellas de plástico o la instalación en una fuente de agua céntrica.
Sin embargo, este año la apuesta del gobierno municipal fue recuperar un tradicional espacio. Es importante recordar que el festejo de la Navidad en Plaza San Martín se realizó históricamente en el lugar desde 1954 y hasta 1991, año en el que un tornado dañó el árbol navideño.
Ahora, y desde este domingo, las luces navideñas ya iluminan el árbol ubicado en pleno centro de Mar del Plata y además, en ese marco, también está emplazado allí el buzón que recibe las cartas para ser enviadas a Papá Noel. Así, el buzón temático, que fue donado por el Correo Argentino y restaurado a nuevo, recibe en Luro al 2800 las cartas de los niños marplatenses y batanenses para Papá Noel, quien contestará cada una de estas en forma personalizada.
Como dato de color, se trata de un buzón de 1895, el primero que la Dirección de Correos y Telégrafos construyó con la firma Bash Hermanos, Taller del Fénix.
