Plaza de los Lápices: el Concejo revirtió el veto de Arroyo
Parte del oficialismo defendió la negativa del intendente pero por mayoría se aprobó el cambio de nombre de la plaza ubicada en el Bosque, a metros de la casa donde vivió Miguel Etchecolatz.
El Concejo Deliberante rechazó en la sesión de este jueves el veto del intendente Carlos Arroyo a la ordenanza que establece el cambio de nombre de la plaza ubicada en el Bosque Peralta Ramos, a escasos metros de la casa del represor Miguel Etchecolatz y de esta manera el espacio verde pasará a llamarse “Plaza de los Lápices”, como había aprobado el Concejo a partir del pedido de los vecinos.
Si bien concejales de la Agrupación Atlántica y del PRO respaldaron que Arroyo vetara dicha ordenanza con distintos argumentos y votaron en contra del rechazo, por mayoría el Concejo revirtió la polémica decisión del intendente y volvió a autorizar el cambio de nombre.
La ordenanza que fue aprobada en la sesión del 9 de agosto pasado en el Concejo establecía una modificación en la Ordenanza 22.425 en la cual se sustituía el nombre “Plazoleta A.R.A. Bahía Thetis” por el de “Plazoleta de los Lápices”, para toda la extensión de la manzana 137 del Bosque de Peralta Ramos.
Asimismo, preveía en el segundo artículo que el Ejecutivo procedería a la colocación de un cartel identificatorio con el nombre Plazoleta de los Lápices, a su inclusión en la nomenclatura oficial y emplazaría una placa recordatoria en el lugar con la leyenda “Ex Plazoleta A.R.A. Bahía Tethis”, nombre que había sido impuesto originalmente en homenaje a un buque escuela de la Armada que fue desmantelado a mediados de los años ’70.
La decisión de Arroyo de vetar la ordenanza fue repudiada inmediatamente tanto por Vecinos sin Genocidas como por distintos bloques de concejales de la oposición, que llevaron a la sesión de este jueves la medida que tomó el intendente y por mayoría, lograron revertirla.
Con este nuevo paso, el espacio verde pasará a llamarse oficialmente “Plaza de los Lápices”, en memoria de los sucesos cometidos durante la denominada Noche de los Lápices, como pidieron los vecinos que el verano convivieron con el genocida Miguel Etchecolatz.
