Puerto: la Defensoría del Pueblo busca la “preservación” de las lanchas amarillas
El organismo las considera un “testimonio de la historia de la ciudad” y también un “patrimonio cultural, social, histórico y paisajístico”.
La Defensoría del Pueblo de General Pueyrredon impulsa desde hace unas semanas la “preservación” de las lanchas amarillas que aún funcionan en el Puerto de Mar del Plata, como “testimonio de la historia de la ciudad”. En ese marco, presentaron una propuesta al Concejo Deliberante y se reunieron con los titulares de las que aún siguen en pie.
Un paisaje común de la Banquina de los Pescadores son las lanchas de pesca artesanal costera, aunque de las 200 que supo haber, cada vez quedan menos –14 son las que contabilizan desde la Defensoría- por lo que desde el organismo que encabezan Fernando Rizzi, Daniel Barragán y Luis Salomón impulsan un pedido por su preservación.
Las lanchas amarillas dicen mucho de la historia del Puerto de Mar del Plata y también son, en parte, reflejo de muchas de las situaciones que se viven a diario en la terminal portuaria, con conflictos por las condiciones laborales e incluso hundimientos producidos en los últimos años.
En ese marco, a través de una resolución, la Defensoría propone que sean preservadas las que aún siguen en funcionamiento, “como testimonio de la historia de la ciudad y como patrimonio cultural, social, histórico y paisajístico“.
En concreto, propusieron convocar junto al Concejo Deliberante a una mesa de trabajo en la que se busque la promoción de las medidas necesarias para garantizar el mantenimiento de las que aún siguen en la Banquina.
Entre los actores convocados, buscan la participación del Consorcio Portuario, autoridades estatales provinciales, nacionales, el intendente Guillermo Montenegro, legisladores, el Consejo Federal Pesquero y propietarios de las lanchas como también la Sociedad de Patrones Pescadores.
“El paso de los años, de las generaciones, el adelanto de la tecnología y la modernidad, no pueden sepultar la tradición pesquera de esta ciudad, que debe permanecer como legado de trabajo y de desarrollo local, tal cual sucede en muchos puertos del mundo donde la pesca artesanal sigue exhibiendo el elemento histórico, más allá de la evolución de la industria”, plantean desde la Defensoría y afirman que su pérdida será “definitiva e irreparable”.
