Miércoles 24 de abril | Mar del Plata
13/12/2015

Un compromiso para el cambio y diez años para cambiar

Entre 2005 y 2015 se gestó en la ciudad la construcción de Cambiemos, espacio que llevó a Carlos Arroyo a gobernar y a consolidar un partido político que nació con poca gente, que creció con el tiempo y que hoy gobierna el país.

Un compromiso para el cambio y diez años para cambiar
(Fotos: archivo/QUÉ Digital)

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-Arroyo no tiene nada que ver con el PRO. No es macrista.

La frase la lanzó un concejal del Frente para la Victoria durante una nota con QUÉ. Para entonces Carlos Arroyo había sido electo, le restaban unas semanas para asumir y Mauricio Macri bailaba entre globos de colores luego de que los resultados oficiales del ballottage lo mostraran con más votos que Daniel Scioli. El nuevo intendente de Mar del Plata celebraba el triunfo desde el escenario montado frente al local de Cambiemos, en Yrigoyen y Belgrano y prometía: “De la mano de Macri vamos a elevar a la Argentina”. Macri ya era presidente. Arroyo ya era intendente

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¿Qué pasó?, se preguntaban varios. De pronto, luego de 12 años de gobierno del kirchnerismo y de 8 en Mar del Plata de Acción Marplatense, un hombre acusado mediáticamente de nazi había sido elegido jefe de la ciudad y el hijo de uno de los empresarios más poderosos de la Argentina, a quien la periodista y escritora Gabriela Cerruti denominó “El Pibe” para su libro, era el nuevo presidente de la Nación, el del cambio, según prometía la campaña.

¿Quiénes eran los que de pronto abrazaban a Arroyo y se preparaban para disputar (por decirlo elegantemente) cargos políticos en la Municipalidad? Parte de la explicación a esas preguntas nacía una década atrás, en el 2005, en la vereda opuesta de la transformación política del Frente para la Victoria, solo que aún sin estructura, ni mucha gente, ni coordinación. Solo algunas ideas e inquietudes de común.

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“Compromiso para el Cambio”, decía el cartel del local de 14 de Julio y Rivadavia en el año 2005. Mauricio Macri aspiraba a ser diputado nacional por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El PRO como tal aún no existía.

Al abogado Juan Aicega se le ocurrió mandar un mail. Hacía tiempo creía tener algunas ideas y “ganas de aportar algo” desde Mar del Plata, le convenció lo poco que conocía de Compromiso para el Cambio y se decidió a escribirle a la gente de Macri, solo para intentarlo. “Acá no había nada”, dice en relación a cualquier tipo de estructura política que apoyara al expresidente de Boca Juniors.

“Te vamos a ir a visitar”, le respondieron vía mail.

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Juan Aicega, concejal del unibloque PRO (Foto: archivo/prensa PRO)

Poco después comenzaron las primeras reuniones. Cortado y té de por medio en distintos cafés de Mar del Plata. Se hicieron algunos encuentros en el local de 14 de Julio y Rivadavia, se hablaba de presentar una lista en el 2007, pero “la verdad es que no había estructura”, reconoce Juan Aicega, hoy concejal del unibloque del PRO en el que asumió días atrás por integrar la lista de Cambiemos junto a Carlos Arroyo.

En el año 2005, mientras tanto, Carlos Fernando Arroyo dictaba clases en la Escuela Media Nº 2 que además dirigía, labor por la que recibió más elogios que críticas y que le valió un importante punto de apoyo “de boca en boca” durante no solo esta sino la mayoría de sus campañas políticas.

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Adrián Freijo fue el hombre elegido para encabezar la primera lista que Compromiso para el Cambio presentó en Mar del Plata, para las elecciones del año 2007. A las reuniones asistían poco más de 30 o 40 personas, había gruesas fallas en la difusión de sus actividades y propuestas. Al periodista, sinceramente, no le fue nada bien.

“Yo en esa lista fui como candidato a diputado provincial. Pero no había cuadros políticos formados. Hubo problemas para presentar la lista porque no se podía inscribir. No salieron bien las cosas”, referenció Juan Aicega.

Mauricio Macri había venido pocas veces en la campaña. Quienes estaban presentes recuerdan que el hoy presidente de la Nación pedía permiso en plena reunión en el local para ir al baño y que desde el salón se lo escuchaba orinar.

Ese año ganó la Jefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en Mar del Plata daban ganas de disolver lo poco que había por lo mal que había salido todo a nivel local.

“Yo creo que siempre fue un partido que tuvo mucha más vida política que otros, pero faltaba estructura y organización para abrir canales y que la gente se sumara. Las ideas prendían”, afirma Aicega.

Tras la dura derrota local del 2007, en las legislativas del 2009 la cuestión no mejoró. El sacerdote Luis María Ocampo y el dirigente Alfonso Basso presentaron una lista cada uno para darle representación al macrismo en el Concejo Deliberante.

“No sirvió ir con listas separadas electoralmente y fue una muy mala elección”, analizó el flamante concejal del PRO.

Pero el 2009 fue el año en el que Carlos Arroyo conquistaba su banca en el Concejo Deliberante. “¿Ya soy concejal, de verdad? ¿Ya soy concejal?”, preguntaba Arroyo en voz alta mientras caminaba de punta a punta en la vereda del local de la Agrupación Atlántica de la calle Moreno a través de un teléfono celular que le habían prestado.

Fue entonces candidato por el “Frente es Posible”, acompañando la lista de Alberto Rodríguez Saá, y conquistó su banca junto a Mario Luchessi, que luego decidió dejarlo solo en el bloque para unirse al pultismo. En el 2011, Arroyo acompañaría luego la lista de Eduardo Duhalde.

2011 PARA CREER Y CRECER

El nombre elegido no fue casual. “Fundación Crecer y Crecer”, decía ahora el cartel de la calle Olavarría, a metros del paseo comercial Güemes. Cuando Mauricio Macri, ya con la intención explícita de disputar la presidencia, venía a Mar del Plata, pasaba por la fundación. Para entonces, el PRO ya era PRO.

“Había una respuesta de la gente muy activa. Gente no solo que apoyaba a Mauricio Macri, sino que empezaba a ver en el PRO algo nuevo, distinto. No era una unidad básica sino un espacio en el cual se podía aportar, a la gente le gustaba poder participar y desde que empezó eso no paró más”, cuenta Aicega.

Sin embargo reconoce que el local “no explotaba” y que “la prensa no daba bolilla”. Lo que faltaba, según reconoce hoy, era “organización”.

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Recuerda y reconoce también el abogado referente local del macrismo que las veces que Mauricio Macri venía a la ciudad y se preparaba un acto importante, había temor de no llenarlo y de que el vacío generara más dudas que respuestas.

“Me acuerdo una vez en el hotel Hermitage. Un par de horas antes nos parecía que el salón nos iba a quedar grande. Pero a la noche se llenó y creo que ahí me empecé a dar cuenta de lo que estaba pasando, porque ya había equipos de gobierno, mucha más gente y cuadros políticos”.

En el 2011, Guillermo Volponi, hoy designado al frente del Ente Municipal de Deportes y Recreación del gobierno de Arroyo, fue el candidato que eligió el PRO para ganar el lugar que tenía Gustavo Pulti en el Ejecutivo. Sin embargo, el líder de AM fue reelecto y el PRO prácticamente no figuró en los resultados.

PROYECCIÓN NACIONAL

En el año 2013 el PRO no presentó lista en Mar del Plata. El expiloto de TC Eduardo “Lalo” Ramos era el hombre que internamente señalaban para candidato para encabezar la nómina, pero las negociaciones internas, políticas, a veces egoístas, pero lamentablemente necesarias, no prosperaron. El otro posible candidato era Emiliano Giri, hoy uno de los principales funcionarios de Carlos Arroyo en la nueva gestión, pero terminó presentándose como candidato a concejal por la lista de Francisco De Narváez.

“A partir de ahí se fue delineando una política nacional con muchos de los que hoy asumieron como funcionarios del gobierno presidencial de Mauricio Macri como Emilio Monzó (jefe de gobierno porteño) y Francisco “Pancho” Cabrera (Ministerio de la Producción)”, agregó Aicega.

El 2015 estuvo en la mira desde el día siguiente de las elecciones del 2013, de la mano del acercamiento a la UCR, la cuerda floja con el massismo, las conversaciones con distintos sectores de la oposición y la idea de armar un frente para cambiar el modelo de gobierno de Néstor y Cristina Kirchner.

“La reunión con Vilma fue previa al armado del frente Cambiemos. Y nosotros invitábamos a Arroyo a participar, pero no estaba muy convencido. No lo descartaba, lo analizaba”, explica Aicega.

-¿A Arroyo lo convenció Emiliano Giri para que se sumara al PRO?

-Yo creo que sí. Pero Arroyo manejó sus tiempos

-¿En qué coincidió el PRO con Arroyo?

-Coincidimos en los valores que había y hay que defender: la transparencia, la gestión, la seriedad, la constitución.

“Cuando empezaron las conversaciones con los dos candidatos Macri (Carlos Arroyo y Vilma Baragiola) todavía no tenía la proyección que después sí tuvo para las generales”, reconoce sin embargo Aicega.

Comenzaron luego las reuniones más puntuales -en Mar del Plata y Buenos Aires- con Arroyo, María Eugenia Vidal, la visita de funcionarios de Cambiemos, el frente electoral que el PRO consolidó con la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y el Partido FE, entre otros espacios.

“Fue clave abrirse a otros espacios, junto a sectores que representaban una oposición muy importante y a partir de ahí se empezó a ver el cambio”, agregó.

Lo que siguió es historia reciente y conocida. Las PASO le dieron la victoria a Cambiemos, más precisamente a Carlos Arroyo. Tras varias semanas de incertidumbre nombró a su gabinete: reconocidos dirigentes políticos de la UCR, integrantes de la Agrupación Atlántica, gente de la Coalición Cívica y un buen espacio para el PRO.

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Se conformó entonces el interbloque del PRO en el Concejo Deliberante, el cual ocupa Juan Aicega. Y ya por lo bajo se habla del 2017: “Apostamos a Cambiemos, a crecer, a generar nuevos cuadros políticos. Primero está la gestión por delante y los temas que la gente nos pide resolver. Eso es una prioridad ahora”.

Aquel grupo inquieto que creció en Mar del Plata en la vereda opuesta de la llamada “década ganada” se acercó a Carlos Arroyo y hoy conduce el destino político del gobierno local. Después de una década, de Compromiso por el Cambio, del PRO, de Cambiemos, le toca gobernar mientras muchos otros, ante la derrota, deben empezar a organizarse para resistir.

La construcción política del espacio que destronó al kirchnerismo y a la gestión de Gustavo Pulti se gestó por mail, se construyó entre pocos que se volvieron más, se consolidó derrota tras derrota en cada elección y se volvió gobierno hace menos de una semana luego de diez años de pujar por el cambio.

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13/12/2015