#CasadeOlga: asesoramiento express
Nuestra interiorista Florencia Nieto guío la renovación de este departamento para aggiornarlo, sumar color y funcionalidad.
Olga renueva constantemente su hogar, pero tiene muy en claro qué quiere que la siga acompañando en sus transformaciones y qué no; un ejemplo de esto es el mobiliario, ya que lo adquirió hace ¡38 años! y lo fue adaptando según sus necesidades.
El departamento cuenta con 98m2, ubicado en un sexto piso, con vista a la calle. El living, originalmente, contaba con más metros cuadrados, pero por medio de la incorporación de una pared de Durlock y una puerta corrediza, se permitió adicionar una nueva habitación. De esta manera, el hijo mayor ahora cuenta con su propio espacio, que tiene salida independiente al balcón. La pared que se encuentra frente a la puerta balcón, se pintó de un azul profundo, para así enfatizar el ancho de la habitación y ante tanta iluminación natural este color frío es la mejor opción.
El living tuvo tres cambios en total, del beige pasó al verde agua y finalmente se utilizaron tres paletas de colores en tonos cálidos para poder destacar y jugar con diferentes planos. Así, se pudo crear un espacio de más carácter y calidez.
Una vez renovado el color, se continuó con un cambio radical en los sillones, si bien se volvió a elegir la pana como tapizado -que tan buen resultado les dio a través los años- esta vez tuvo lugar el color bordeau. En conjunto con los almohadones, de tonos similares a la pared, son el punto focal del living.
El piso de este ambiente se destaca por la junta de colocación, ya que tuvo que ser más ancha de lo habitual, debido al problema estructural que presenta el edificio (los cerámicos estallaban por la oscilación). El grosor de esta junta, asegura la suficiente distancia entre cerámicos para poder evitar que se acumulen dilataciones y contracciones y se quiebren.
Un tríptico realizado por una amiga de la dueña, sintetiza la paleta general de colores del living.
La naturaleza se combina en estos rincones, gracias a una bella pecera y a los cactus, que en conjunto, suman color y frescura.
Las habitaciones se encontraban revestidas por alfombras, un clásico de muchos años atrás. Hoy en día, en caso de querer utilizarlas, podemos optar por las lavables, ya que además de ayudar a sectorizar aportan calidez y diseño a cualquier espacio. Luego de quitar las alfombras e implementar pisos de parquet para ambos cuartos, decidió pintar las paredes.
La habitación matrimonial, que originalmente era de color rosa pálido, pasó a ser blanca, con la pared principal pintada de rojo terracota. Como a la dueña de casa no le convencía ningún cuadro sobre la cabecera de la cama, optó por utilizar marcos de madera pintados de blanco sin fotos, a modo de composición geométrica. Las luminarias de los años `70 que la acompañaron desde su casamiento, estuvieron a punto de ser renovadas, pero cuando se decidió por cambiar todos los artefactos, recorrió las casas de iluminación y descubrió que las luminarias actuales tenían el mismo estilo. La vida es un boomerang ¡Y la decoración también!
En la habitación de la hija menor, se utilizó un tono magenta para los planos más profundos destacando los volúmenes (taparollo, mochetas, etc.) en color blanco. Con este color como protagonista, no se necesitó más que un acolchado y algunos accesorios para darle una atmósfera femenina y alegre.
