15 de enero, seis años de lucha sin olvido
Este jueves se realizó en Luro y Mitre una concentración “Por la vivienda digna” para reivindicar la lucha de las familias reprimidas en el desalojo de El Martillo en el 2009. La fecha marcó el inicio de un lazo de solidaridad que la desatención del Estado y las balas no lograron quebrar.
El 15 de enero del 2009 es una fecha ambigua. Las familias que luego trascendieron como Sin Techo iniciaron ese día un camino sin vuelta atrás que quedó a la vista con la construcción comunitaria del barrio 15 de enero. La fecha, sin embargo, recuerda también la violenta represión que sufrieron a manos de la policía Bonaerense, que dejó a 23 personas detenidas y a casi 50 familias en la calle.
De aquel 17 de abril entre balas, rostros ensangrentados y lágrimas que duraron mucho más que las horas de tensión en el barrio, pasaron seis años. En el presente, el barrio conserva la solidaridad que en un principio los unió, pero recuerda. Y precisamente una manera de no olvidar, es a través de la denominada “Caravana por la Vivienda Digna”, que se realizó este jueves en Luro y Mitre y en la que los dirigentes barriales lanzaron duras críticas hacia un Estado que, en muchos casos, siguen sintiendo ausente.
A Martín García, un joven dirigente y referente del Movimiento 15 de enero, se le confunden “los momentos más lindos de la vida con los más tristes” al recordar, aunque sea entre bandas, el apoyo de agrupaciones sociales y políticas y un acto concurrido frente al monumento al General San Martín, los años de lucha a partir del proceso barrial que comenzó aquel 15 de enero.
“Me acuerdo de ese 15 de enero cuando entramos en ese predio abandonado y lindo que había quedado después de tres meses de mucho esfuerzo y lazos solidarios que se habían formado dentro, junto a las mejoras que se le habían hecho a las casas y al lugar en sí”, se acuerda Martín, como también de “la represión y la respuesta que nos dio el Estado ante semejante necesidad”.
Lo que dejó, sin embargo, a modo de balance a su entender es “orgullo”, fundamentalmente porque “las familias nunca se rindieron ni bajaron los brazos”. Además, no pierde de vista que hoy hay 65 viviendas en lo que actualmente es el predio y la ilusión de poder llegar a construir otras 12 antes de que finalice el 2015 para terminar de urbanizar las tres manzanas.
En la zona, a lo largo de estos años se constituyeron nuevas cooperativas de trabajo y el ánimo de las familias resiste, sobre todo, para hacerle frente a una realidad que es ajena pero que no pierden de vista: la especulación inmobiliaria, el incremento en el valor de los terrenos de hasta casi un 300% desde que el Plan Procrear desembarcó en Mar del Plata y la “indiferencia” política ante una desigualdad que los planes de vivienda muchas veces no subsanan.
“Detrás hay un poder inmobiliario que es beneficiado con políticas sociales que terminan que beneficiar a los más perjudicados o a la clase media trabajadora”, afirmó Martín García, quien también celebró que muchas de las familias organizadas puedan “militar y hacer política como en Patria Grande”.
Pero el 15 de enero se recuerda, una vez más, de manera ambigua y tanto al joven dirigente como a muchos de quienes sufrieron la represión les queda “un sabor amargo por el accionar de la policía Bonaerense” y por “la falta de participación que tuvieron los diferentes sectores políticos que se lavaron las manos y se escondieron mientras todo pasaba”.
Pasaron seis años. Aumentaron los niveles de conciencia pero en muchos casos la vivienda digna sigue siendo una ilusión. La lucha logró reconstruir los lazos de solidaridad que la violencia intentó quebrar. “A veces parecemos locos pero los locos también a veces tenemos razón y triunfos”, completó Martín. El 15 de enero es una fecha ambigua para recordar.
