Jueves 25 de abril | Mar del Plata
19/12/2021

A 20 años del “Argentinazo”: la represión en Mar del Plata, en primera persona

Daniel Barragán fue uno de los dirigentes sociales detenidos en medio del operativo represivo que intentó frenar las movilizaciones contra el régimen económico y político, y que le quitó la vida a 39 personas en todo el país.

Sebastián Alí

Por: Sebastián Alí

He declarado el estado de sitio en todo el territorio nacional,
para asegurar la ley y el orden en el país,
y terminar con los incidentes de las últimas horas“,
Fernando De la Rúa (cadena nacional, 19 de diciembre de 2001, 19.00).

De organizar asalariados a asistir desocupados. De denunciar el ajuste a enfrentar uniformados. Del Concejo Deliberante a las celdas de tres comisarías. Daniel Barragán fue uno de los dirigentes sociales que en la versión marplatense de aquellas jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001 -el “Argentinazo”- sufrió la represión desplegada por el gobierno nacional y perpetrada en las calles céntricas de la ciudad por la Jefatura Departamental de la Policía Bonaerense. El recuerdo de la represión, desde adentro y en primera persona, 20 años después.

20 años del argentinazo

(Foto: archivo ADUM)

La crisis socioeconómica era tal que clase media, precarizados y desempleados coincidieron en las calles de las principales ciudades de todo el país al grito de “¡Que se vayan todos!”. La concentración de la riqueza y la descomposición del modelo capitalista neoliberal implantado a fuerza del terrorismo de Estado se encontraba en plena ebullición. La clase política estaba hundida en sus propias internas y en el desprestigio, y la estabilidad institucional caminaba por la cornisa. El Consenso de Washington, las reformas de los ’90, el Plan de Convertibilidad y corralito decantaron en la explosión de esa bomba que pasó de mano en mano y terminó con Fernando De la Rúa yéndose en helicóptero, dejando un tendal de muertes, represión, detenidos y detenidas por todo el país.

Mar del Plata ya en aquellos años sufría una fuerte crisis social. El movimiento piquetero que emergió de los ’90 estaba muy presente en las calles. Pero la clase media “ahorrista” también lo estaba. Las organizaciones que años atrás nucleaban trabajadores en relación de dependencia, con el tiempo también pusieron sus esfuerzos en contener un tejido social donde cada vez había menos asalariados. Del otro lado, un aparato represivo del Estado que, todavía más en aquellas épocas, gozaba de feroces métodos heredados de las etapas más oscuras de la historia nacional.

Y entre esos militantes de Mar del Plata que estuvieron cara a cara con la crisis primero, y fueron víctimas de la represión después, se encontraba Daniel Barragán, actual defensor del Pueblo de General Pueyrredon.

20 años del argentinazo

(Foto: archivo ADUM)

“El gobierno de De la Rúa fue una continuidad absoluta del gobierno de Carlos Menem. Yo era secretario general de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) y de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) y durante todo el gobierno menemista habíamos realizado innumerables hechos de resistencia a esas políticas neoliberales, con cortes de ruta, ocupaciones. Y se constituyeron numerosas organizaciones sociales que hasta ese momento no existían”, comenzó Barragán el diálogo con Qué digital, en las escalinatas de la Municipalidad desde donde hace 20 años se lo llevaron detenido.

Ya en aquel entonces, asegura que la CTA que dirigía había alcanzado un despliegue territorial importante, por fuera de la actividad sindical, por ejemplo, con asistencia alimentaria: “Habíamos entendido que los trabajadores no eran solamente los sindicalmente organizados sino los que, como consecuencia de la destrucción del aparato productivo, habían sido marginados de los puestos laborales habituales y pasaron a ser personas desocupadas pero no por ello dejaban de ser trabajadores”, graficó.

Pero el 2001 fue el punto de llegada de un largo proceso de deterioro y ajuste que motivó diversas luchas. “El año 2001 fue un año de mucho trabajo en los barrios y en los sindicatos. Estuvo el recorte de jubilaciones y salarios del 13%, nosotros habíamos sido sometidos a un juicio oral y público por una huelga desatada en el hospital Materno Infantil. Pocos días antes del 19, se había hecho en todo el país -propiciada por el Frente Nacional contra la Pobreza (Frenapo)- una consulta popular que planteaba como eje la redistribución de la riqueza y la creación de un salario social para los desocupados, que luego se transformó en el programa jefes y jefas de hogar”, enumera Barragán, sobre los sucesos más destacados en la previa al estallido.

20 años del argentinazo

(Foto: Fabián Gastiarena)

UN INTENTO POR LA PAZ SOCIAL, UNA SESIÓN Y UNA REPRESIÓN PLANIFICADA

Barragán asegura que el escenario del 19 y 20 de diciembre “se veía venir“. El descontento estaba a flor de piel en los comedores, merenderos y pequeños talleres de manualidades que se habían formado para enfrentar de alguna manera la crisis. En ese contexto -cuenta- el día previo habían tenido una reunión en la Municipalidad encabezada por el entonces intendente, Elio Aprile, junto a referentes sindicales y sociales. “Acordamos profundizar la distribución de alimentos que ya veníamos realizando en los barrios, para garantizar que no hubiese desmanes”, explicó sobre las conclusiones de la reunión.

Sin embargo, atento y tomando nota de todo, de esa misma reunión también participó el jefe de la Policía Departamental, Carmelo Impari, el mismo que horas después se llevaría preso a Barragán.

El 19 de diciembre se llevó a cabo una audiencia pública en el Concejo Deliberante en la que se trató la declaración de persona no grata al entonces interventor del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep), Fernando Georgiadis, por “el ajuste en el presupuesto y el personal” del organismo. Ese episodio, representativo del retroceso estatal propugnado por el neoliberalismo, sería el último resabio de institucionalidad antes de la cacería policial que, al menos en Mar del Plata, no tuvo víctimas fatales.

20 años del argentinazo

(Foto: Ricardo Tamalet)

“Cuando bajamos por la puerta principal se nos informó que el presidente De la Rúa iba a decretar el estado de sitio. Nuestra primera reacción, con trabajadores y dirigentes de movimientos sociales, fue identificarlo como una rémora del pasado, de la dictadura. No estábamos de acuerdo y tomamos la decisión de sentarnos frente a la puerta, pacíficamente”, relató y recordó que, en paralelo, en la zona de Luro y San Juan, una protesta protagonizada por organizaciones sociales colmaba las calles en reclamo de alimentos y pagos adeudados.

“Simultáneamente, el comisario de la comisaría primera vino a decirnos que teníamos media hora para irnos, dijimos que no, y a los 5 minutos cayó el jefe de la Policía, Impari, con palos y con gases. Nos rompieron la cabeza, nos metieron al patrullero y nos llevaron detenidos a mí y a Hugo Canavesio y a Daniel Cesario y a la comisaría primera”, graficó sobre el momento de la detención que también sufrieron el referente de ATE y el dirigente social.

Para Barragán, se trató de un operativo previamente planificado minuciosamente por el jefe departamental al punto que, según él, es una de las razones de que prácticamente no haya material fílmico de ese momento, que derivó en su traslado compulsivo por distintas dependencias policiales como las comisarías primera, cuarta y segunda hasta que la presión popular derivó horas después en su liberación. “Cuando salimos, se informó que había renunciado Domingo Cavallo, lo cual convirtió el momento en una celebración“, agregó.

20 años del argentinazo

(Foto: Fabián Gastiarena)

En todo lo que rodeó a su detención, el defensor del pueblo destaca uno en particular: el paso de los heridos por la represión, los palos, los gases y los balazos de goma, por el Hospital Interzonal: “Mucho personal del hospital que era afiliado a nuestro sindicato salió a recibirnos. La directora del hospital, Susana Gómez, decidió internar a todos los que llegaban porque la orden del comisario era detener a todos los heridos, con lo cual protegió a mucha gente“, recordó.

Tras su liberación, empezaría el segundo y el definitivo día del “Argentinazo”, que también encontraría a Barragán en las calles, a pesar de los golpes y la detención, y con un apósito en la zona de la cabeza en la que había recibido los porrazos de la Policía. “Todos los integrantes de la CTA al día siguiente nos movilizamos y participamos de las movilizaciones. Estuvimos en el Monumento, esperando la renuncia del presidente. En ese momento era el inicio del final de una política de ajuste que nuestro pueblo no soportaba más y que había hecho que por primera vez en nuestra historia se unieran los sectores de clase media, ahorristas, pequeños empresarios y cooperativistas con organizaciones sociales barriales y sindicatos en una sola movilización”, analiza.

20 años del argentinazo

(Foto: Fabián Gastiarena)

2001-2021: LAS DEUDAS DE LA DEMOCRACIA Y EL “NUNCA MÁS” DEL AJUSTE

A la hora de trazar un paralelismo entre aquella aguda crisis social y la que azota actualmente a las barriadas marplatenses, con altísimos índices de desocupación y problemáticas que parecen repetirse en espiral y se agudizan por contextos como la pandemia de coronavirus, el resabio más odioso de la época -lamenta- es la “presencia omnipotente del Fondo Monetario Internacional”: “El FMI volteó a Alfonsín produciéndole una crisis espectacular. Cuando la Convertibilidad ya no resistió más, y los sectores productivos no podían sostener un modelo donde las fábricas cerraban, también apresuró la salida de De la Rúa, y hoy también de alguna forma presiona con la deuda impagable que se ha contraído, para que se generen cambios en las estructuras productivas y en los servicios sociales”, reconoce, aunque destaca que la debilidad del gobierno de la Alianza no tiene comparación.

Entre las lecciones aprendidas o las consecuencias destacables del “Argentinazo”, Barragán valora la organización: “El 2001 nos sirvió para algo muy importante desde mi punto de vista que es generar espacios de organización social muy diversos y en todos lados. Hoy tenemos ONG, asociaciones civiles, sindicatos, clubes, hasta iglesias, que no permitirían que un ajuste como el que ocurrió en 1989 y 2001 pudiese avanzar sin ser resistido“, menciona, mientras crece la incertidumbre por la actual negociación del gobierno nacional con el FMI por la deuda contraída por Mauricio Macri y que encuentra al país nuevamente a merced de la interferencia de organismos internacionales en sus políticas públicas.

20 años del argentinazo

(Foto: Ricardo Tamalet)

Además, hace énfasis en los cambios en las estructuras sociales que se produjeron en el proceso que decantó en la crisis del 2001. “Trajo un cambio de roles inclusive dentro de las familias, las mujeres fueron a movilizarse, a los comedores, los varones estaban en una situación desconocida porque habían sido siempre trabajadores y habían quedado en la calle y no sabían cómo afrontarlo. Lo veíamos en los barrios. Y nos lamentábamos de los chicos de 4 o 5 años que movilizaban con sus padres, porque quizás podrían no tener las posibilidades de insertarse en el aparato productivo. Esto ha sucedido. Hay muchos de esos chicos que jamás pudieron insertarse”, analiza y lo compara con problemáticas que desde su rol en la Defensoría, se enfrenta a diario y que, afirma, están “a flor de piel”.

Pero hay quienes se beneficiaron y se siguen beneficiando tanto de ese modelo que colapsó, como del sistema que todavía nos rige y que la política todavía sostiene: “En lo que estamos viviendo hoy también se encuentra la concentración económica, la patria financiera, el fortalecimiento del esquema financiero especulativo, que hoy sigue siendo a través de los organismos de crédito internacional pero también de la concentración bancaria que hoy están más poderosos que nunca, y una política que muchas veces no ha tenido la capacidad para revertir esa concentración. Esto es preocupante y creo que es una obligación, un deber, un compromiso, de parte de toda la sociedad para revertir esa situación. No es posible que estos ajustes como el del Fondo Monetario o el crecimiento de los grandes grupos económicos concentrados siga avanzando porque esto genera más exclusión, hambre y miseria, y la verdad es que esta sociedad ya no puede resistir algo así“, cerró.

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19/12/2021