A tres años del anuncio, confirman la reapertura del frigorífico exSadowa
Desde el Sindicato de la Industria de la Carne explicaron que en una primera etapa se dedicará al consumo interno y empleará a unos 40 trabajadores.
A poco más de tres años de realizado el anuncio de reapertura del frigorífico exSadowa con la promesa de generar unos 300 puestos de trabajo en Mar del Plata, la planta ubicada en la avenida Constitución al 10.300 finalmente volverá a funcionar en los próximos días, según confirmaron desde el Sindicato de la Industria de la Carne, desde donde adelantaron que este sábado se realizará un acto que podría contar con la presencia del presidente Alberto Fernández.
La historia del frigorífico de Constitución al 10.300 contiene etapas de destacada producción y exportación, quiebra empresarial, expropiación, funcionamiento cooperativo, denuncias cruzadas y regreso a manos empresariales sin reactivación. Este último panorama empezaría a cambiar en los próximos días ya que se espera que -ahora nuevamente bajo el nombre “San Telmo”- la empresa Siper reabra finalmente la planta.
En las últimas horas desde la seccional Mar del Plata del Sindicato de la Industria de la Carne confirmaron que este sábado se realizará un acto en el frigorífico, que podría representar la vuelta del presidente Alberto Fernández a la ciudad para participar, tras su reciente actividad en el Espacio Unzué.
En diálogo con Canal 8, dirigentes gremial precisaron que inicialmente el frigorífico empezará a operar con unos 40 trabajadores centrado en el consumo interno teniendo en cuenta que las matrículas de exportación fueron perdidas años atrás y la empresa buscará su recuperación.
El 17 de octubre de 2019 el por entonces gobierno municipal de Carlos Arroyo anunció la reapertura del frigorífico tras entregar la habilitación al empresario Eugenio Sangregorio para que empezaran a explotar la enorme planta. Sin embargo esa apertura nunca se concretó y sólo contaba hasta ahora con un puñado de trabajadores que llevaban adelante tareas de mantenimiento, con algunos reclamos por sus condiciones laborales incluidos.
UNA LARGA HISTORIA
El frigorífico, contenido en un enorme predio de 53 hectáreas en Mar del Plata, pasó a lo largo de los últimos doce años por múltiples estados y conflictos.
Hacia 2010 el dueño era el grupo Santa Bárbara, que el 1º de julio de ese año presentó la quiebra: trabajadores del frigorífico pasaron cien días adentro de la planta hasta que fueron desalojados y reprimidos. Entonces, armaron una carpa afuera, se enfrentaron con sindicatos y autoridades y empezaron a planear una cooperativa –Cooperativa de Trabajo Frigorífico Recuperar Limitada, Frigore- y a impulsar la expropiación, que finalmente fue aprobada por el Congreso provincial y terminó por efectivizarse en septiembre de 2011. Casi un año más tarde, llegaría el momento de la primera faena, con 45 animales.
Esa ley de expropiación contempló que diez de las hectáreas las utilizaría la cooperativa y las otras 43 quedarían en manos del Estado provincial para el desarrollo de planeamiento urbano y viviendas sociales, proyecto que nunca avanzó.
Pasados los cinco años de plazo de la ley de expropiación, y en medio de conflictos internos entre trabajadores, empezó la incertidumbre porque el proceso –que incluía el pago al grupo empresario por la expropiación- nunca se finalizó por parte del Estado provincial.
Quienes aún integraban la cooperativa buscaron extender durante cinco años esa ley para “darle tiempo” al gobierno para que se concretaran los pasos legales y pagos necesarios. Así, en abril de 2016 el proyecto fue aprobado por la Cámara de Diputados. Pero en Senadores la iniciativa fue descartada de plano por Cambiemos, con el apoyo del Frente Renovador y del bloque peronista al argumentar que la Provincia no podía realizar la expropiación.
Para eso plantearon que si se avanzaba con el proceso se debía abonar una demanda por $370 millones. Y se apoyaban, además, en que el grupo inversor Siper SA manifestaba su “compromiso” de hacerse cargo del frigorífico además de darle continuidad a los trabajadores que hasta el momento se desempeñaban y de ampliar los puestos de trabajo a 200 en el plazo de un año.
Con el proyecto de ley caído, el grupo empresario se quedó con el frigorífico. Previamente, el gobierno provincial de María Eugenia Vidal cuestionó la actualidad que atravesaba la cooperativa por sus escasos integrantes, se reflotaron denuncias de trabajadores contra la conducción de la cooperativa y desde allí, en paralelo, se denunciaba que la intención del grupo empresario era desarrollar un country en el lugar. También apuntaban contra el mínimo valor que pagó Siper por quedarse con el lugar ya que el edificio de Constitución al 10.300 fue valuado en $41 millones y rematado a su favor por $6 millones.
Por su parte, en enero de 2018, a través del Boletín Oficial se conoció que el Instituto de Asociativismo y la Economía Social (Inaes) dispuso notificar a la cooperativa Frigore “la suspensión de la operatoria prestada por la entidad” a partir del inicio de actuaciones sumariales.
Con todos esos antecedentes, el gigantesco frigorífico ubicado al fondo de la avenida Constitución permaneció en los últimos años con el mínimo funcionamiento posible, con un puñado de trabajadores contratados para su mantenimiento.
