Viernes 29 de marzo | Mar del Plata
08/11/2014

Abuso sexual: “Se piensa más en el acusado que en la víctima”

La psicóloga Patricia Gordon, presidenta de la ONG EnRed, dijo también que “hay una demanda superior a los recursos que dispone el Estado para asistir”. Este mes se están desarrollando numerosas actividades.

Abuso sexual: “Se piensa más en el acusado que en la víctima”

El 19 de noviembre se conmemora el día contra el abuso sexual infantil y desde EnRed –la Red solidaria de capacitación y tratamiento contra las violencias, el abuso sexual y la trata de personas-, una ONG que trabaja, asiste y desarrolla tareas de prevención en la ciudad, ya pusieron en marcha un mes de actividades tendientes a sembrar conciencia y derribar mitos. Su presidenta, Patricia Gordon, sostuvo que en la ciudad se notó un incremento en las denuncias, dado que se va “perdiendo el miedo”, habló sobre la falta de un centro estatal de atención a víctimas especializado en la temática y pidió escuchar el relato de los niños, niñas y adolescentes, que pueden estar siendo víctimas de este delito.

En una charla con QUÉ, habló sobre las dificultades que como profesional de la Psicología tuvo que atravesar a lo largo de su carrera y sobre la reacción de hombres y mujeres con cierto poder o prestigio social cuando hay una denuncia sobre abuso sexual en su contra: “En líneas generales, mucha gente no está dispuesta a ‘perder’ lo que los une a esa figura, y opta por el camino más cómodo, que es poner en duda la verdad de los niños y niñas, y de quienes los acompañan”, sostuvo.

– ¿De qué hablamos cuando hablamos de abuso sexual infantil?

– Llamamos ASI a la intromisión de la sexualidad del adulto en la construcción de la sexualidad del niño mediante acciones que pueden consistir en tocamientos genitales, exhibición de pornografía, y otras tantas manifestaciones que casi siempre son imposiciones bajo amenaza y con la presión de que eso constituye un “secreto” que no puede ser develado. El abuso sexual y el incesto paterno filial desencadenan síntomas que afectan gravemente el estado emocional y la sana evolución.

– ¿Hay más denuncias en la ciudad? ¿Tiene que ver con más casos o que hay más visibilidad del tema?

– Consideramos que hay más denuncias porque hay una mayor visibilidad y conocimiento de la problemática. La gente habla más, se anima, va perdiendo el miedo. Durante este mes EnRED dará a conocer mediante una conferencia de prensa las estadísticas recientes de dos años de trabajo que no solo nos hablan del alto porcentaje de casos de abuso sexual, también de la violencia de género y de la cantidad de denuncias que recibimos de adultos/as abusados/as en su infancia.

– ¿Les llegan derivaciones de instituciones gubernamentales? ¿Hasta dónde el Estado tiene herramientas para asistir y acompañar?

– Nos llegan derivaciones de la Comisaría de la Mujer, de escuelas públicas, de la Dirección de Niñez, de la Justicia, de la DDI y también por demanda espontánea. En líneas generales, y en esta problemática específica, no se cuenta con un centro especializado y dedicado a la problemática dentro del Estado que pueda dar respuesta a la demanda que existe. Creo que esa demanda es superior a los recursos y que también es importante que haya una capacitación constante y un acompañamiento a los operadores que muchas veces se encuentran con dificultades a la hora de denunciar y de trabajar libremente debido a las presiones que llegan desde los mismos victimarios.

– ¿Qué síntomas de un  niño abusado o niña abusada deben encender el alerta?

– El principal indicador de tipo específico es el relato. Los niños/as tienen capacidad de recordar, de expresarse y de decir lo que les pasa si se los sabe escuchar con atención y se les cree. También muchas veces presentan cambios repentinos de conducta, regresiones en su lenguaje, en sus hábitos, trastornos del sueño, miedos, entre otros. Los adolescentes suelen presentar adicciones, fugas de hogar, intentos de suicidio y patologías alimentarias como algunas de las manifestaciones que podemos observar en nuestras prácticas.

– ¿Cuáles son las dificultades a las que te has enfrentado a la hora de abordar casos de abuso sexual infantil?

– La mayor dificultad es la negación. Está presente en la misma familia, en las instituciones que deben amparar a los niños/as y en un sector importante de la sociedad. De ahí se parte a la enorme dificultad que existe en el ámbito judicial para un adecuado tratamiento de este fenómeno. Como el abuso no deja huellas físicas en la mayoría de los casos, se vuelve complejo poder unificar criterios en torno a lo que debe constituirse como prueba. Y en ese caso, la prueba es el discurso del niño/a, su verdad enfrentada con una gran cantidad de prejuicios en torno a la niñez como sujetos de derecho y como capaces de transmitir qué es lo que les ocurre. Creo que este sistema está en deuda en forma permanente con nuestra infancia ya que aún se sostiene en bases ideológicas donde la verdad es lo que se puede palpar, ver y así creer. Pero de todas formas vamos avanzando entre las grietas y vemos que hay un cambio cultural que lentamente se vuelve positivo. Por otra parte hay una gran reacción, de características violentas hacia los/as profesionales que trabajamos con estos temas, desde la difamación hasta las denuncias en nuestros colegios profesionales en un claro intento de silenciarnos, esto generalmente es orquestado por toda una industria que trabaja en defensa de los abusadores.

– ¿Qué sucede cuando el abuso lo comete una persona con cierto poder, trascendencia pública o pertenece a alguna institución de prestigio? ¿Cuál es la reacción y en qué situación queda el niño/niña que sufrió el abuso?

– En ese caso generalmente se invierte el sentido de las cosas y las víctimas pasan a ser victimarias/os. Se piensa más en el prestigio del acusado/a que en el sufrimiento de la víctima. El tema es que para pensar en el sentido opuesto hay que hacer internamente una operación que permita comprender que el abuso sexual nos atraviesa en todos los sectores y niveles. Que mediante la idealización de ciertos personajes o personas cercanas es posible que nos quedemos con una corta visión acerca de la realidad. Los abusadores muchas veces ocupan lugares de poder y cerca de los niños/as. En líneas generales, mucha gente no está dispuesta a “perder” lo que los une a esa figura, y opta por el camino más cómodo, que es poner en duda la verdad de los niños/as y de quienes los acompañan.

CRONOGRAMA

BORRANDO EL INCESTO

Este sábado de 10 a 13 se realizará la segunda jornada de las actividades organizadas por Enred, junto a la Asociación Judicial Bonaerense y el MEPs, para el mes de noviembre, contra el abuso sexual infantil. El psicólogo Osvaldo Fernández Santos dará una charla titulada “Borrando el incesto, el efecto mariposa en las consecuencias psíquicas del ASI y las prácticas judiciales”. La cita es en el aula 20 de la Facultad de Psicología, Funes 3280.

Fernández Santos es psicólogo, psicoanalista, trabajó como perito psicólogo del Tribunal de Familia Nº 1 de Morón (desde el año 1997), es autor de diversos artículos y libros referidos a la niñez y al abuso sexual y el maltrato infantil. El mismo está dirigido a integrantes de equipos técnicos, docentes, estudiantes, profesionales, referentes comunitarios, madres, padres, abuelos y público en general. La entrada es libre y gratuita. No se necesita inscripción previa y se entregarán certificados de asistencia.

Para mayor información sobre las actividades previstas para los próximos días, pueden contactarse con la organización a través del Facebook En RED o del mail redviolenciasabusotrata@gmail.com.

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08/11/2014