Viernes 19 de abril | Mar del Plata
17/07/2015

Agroquímicos: “Al judicializar el tema se logran cambios”

Desde la ONG Bios destacaron la acción de las organizaciones a la hora de frenar la aplicación de sustancias. Sin embargo, repararon en que fue detectado glifosato, pesticida clasificado como “posible cancerígeno”, en un alto porcentaje de marplatenses.

Agroquímicos: “Al judicializar el tema se logran cambios”
(Foto: archivo / QUÉ Digital)

Para la ONG Bios, organización que desde hace años trabaja en busca de un modo de producción más saludable y en base a la necesidad de que no se utilicen agroquímicos en los cultivos, en el último tiempo ha quedado demostrado que “a fuerza de judicializar el tema se logran cambios”. Por eso, entendieron, es clave la participación ciudadana y la toma de conciencia respecto a dos cuestiones: lo nocivo de las sustancias, y la posibilidad, concreta y real, de producir sin destruir el medioambiente.

Tiempo atrás, la ONG llevó adelante una campaña denominada “Mala sangre”. Por medio de la misma -y a través de la extracción de sangre y su posterior análisis- la ONG comprobó la presencia de “principios activos derivados de agroquímicos” en los organismos de algunos ciudadanos. Ahora, la organización decidió abocarse específicamente a la existencia de glifosato –una de las sustancias más utilizadas por los productores- en la orina de los marplatenses.

Para Silvana Buján, referente de la entidad, los resultados fueron contundentes. En diálogo con QUÉ, en la radio, la especialista explicó que la campaña que llevó un año y medio de trabajo, arrojó como dato saliente que en un 70 % de las muestras fue detectada la presencia de glifosato y en otro 70%, de AMPA, que es la denominación que tiene el ácido aminometilfosfónico, metabolito que deriva de la sustancia original.

“Nuestra esperanza era que los resultados iban a ser tranquilizadores, pero no fue así”, se lamentó Buján, que explicó que un solo paciente de los muestreados dio negativo y que quienes se sometieron a los análisis fueron personas expuestas con asiduidad a los agroquímicos, pero también habitantes del casco urbano.

Entonces, la pregunta fue ¿cómo llega esta sustancia a quienes no están expuestos directamente a su aplicación? La explicación fue un estudio del Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (CIMA), de la Universidad Nacional de La Plata, en el que se demuestra que las sustancias también evaporan y caen, luego, con las lluvias.

“Entonces, lo que pasa es que o estamos o comiendo o estamos recibiendo el glifosato por otras fuentes, porque cae con la lluvia; es una locura sostener este modelo de producción mediante el uso de químicos que te llueven encima”, apuntó Buján, que también mencionó al informe que meses atrás dio a conocer la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en el que se da cuenta de que el glifosato es un “cancerígeno probable”.

En ese sentido, la especialista recordó que “el glifosato entró años atrás bajo un manto de trampa y de corrupción y fue clasificado como inocuo, como banda verde”. “Hay funcionarios que sostenían que te podías tomar un vasito y no pasaba nada”, afirmó y se preguntó: “¿Qué pasó de ahí a que ahora se piense que puede generar cáncer? Se empezaron a contabilizar víctimas, con trabajos científicos que dicen que esta sustancia en contacto con los ojos es altamente tóxica”. 

“Acá lo sorprendente es que la OMS se haya dado cuenta después de regar un país entero a lo largo de 20 años con 400 millones de litros por año de que esa sustancia era nociva; se esperaron 20 años para decir la verdad y ahora, en un punto, ya es tarde”, subrayó, y aunque celebró la decisión, cuestionó la existencia de intereses desleales por parte de las empresas y los gobiernos.

Consultada respecto a la posibilidad de que, en algún momento, se concrete la prohibición del glifosato en Argentina, como ha sucedido en otros países, Buján dijo que sí, pero que no será fácil. “Estamos avanzados en la justicia y hemos hecho presentaciones, pero llevará su tiempo”, advirtió y reparó, en ese sentido, en cómo la intervención por vía judicial ha tenido, por ejemplo, resultados en Mar del Plata con la medida cautelar relativa a la ordenanza que regula la aplicación de agroquímicos.

“Los reclamos y los pedidos no hubieran sido posibles si no hubiera existido sin un grupo de personas comprometidas, creemos que a punta de denuncias penales ha habido modificaciones, lo que demuestra que a fuerza de judicializar el tema se logran cambios”, reflexionó la referente de Bios, que igualmente aclaró que por fuera de eso es necesario un cambio concreto por parte de los productores para que realmente se logren avances: “Estamos en la punta del camino y  estos productos no deberían estar en uso”.

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17/07/2015