Así trabaja la “unidad antigrafiti” que creó y comanda Carlos Arroyo
Funciona hace seis meses con dos empleados municipales que remueven grafitis y pintadas en plazas, monumentos, escuelas y edificios públicos. “Los murales y grafitis bien hechos no se tocan”, aclararon desde el Emsur.
En pleno enero de este año, luego de que se produjeran pintadas en el frente de la Municipalidad durante una protesta, el intendente Carlos Arroyo anunció la creación de una “unidad antigrafiti”. Al impulsarla, dijo: “No vamos a permitir una ciudad desprolija y sucia”. Seis meses más tarde, aunque poco se haya hablado de ese equipo especializado en este tiempo, la “unidad” sigue funcionando: se encarga de remover grafitis o pintadas de espacios y edificios públicos, pero también de domicilios particulares en algunos casos.
Dos trabajadores municipales fueron “instruidos” para remover las pintadas con una lavadora industrial. Recorren prácticamente todos los días distintos sectores de la ciudad montados en un camión de calle del Ente Municipal de Servicios Urbanos (Emsur) con una reserva de 2000 litros de agua y un generador.
La “unidad” se creó el 23 de enero a pedido del intendente Carlos Arroyo, quien al día de hoy todavía sigue “sugiriendo” algunos lugares adonde el camión debe concurrir para limpiar, según contó el presidente del Emsur, Eduardo Leitao, en diálogo con QUÉ Digital.
En los últimos meses los trabajadores de la “unidad antigrafiti” han limpiado decenas de espacios públicos: monumentos, frente de edificios municipales, escuelas, plazas, la costanera y los cementerios, entre otros.
“El equipamiento con el que cuentan los dos trabajadores debidamente instruido está montado sobre un camión y resiste una importante continuidad de trabajo”, explicó en primer lugar el titular del Emsur, de quien depende esta unidad.
“Recientemente estuvimos trabajando en la Biblioteca Parlante de la Plaza Peralta Ramos, que estaba llena de pintadas y grafitado de cualquier manera”, indicó Leitao y repasó que también se realizaron tareas de limpieza en el cementerio de la Loma, en el Parque San Martín, en Plaza Mitre, Plaza España, el monumento a San Martín de Luro y Mitre y en distintos sectores de la costa.
La lavadoras industriales con las que cuenta el personal permiten remover a fondo la mayoría de las pintadas. Sin embargo, según la superficie, el material utilizado para grafitar a veces termina incrustrándose y resulta “difícil de sacar”, lo que implica tener que realizar luego tareas de pintura para recuperar el lugar.
El monumento a San Martín del Parque San Martín y el del Quijote de la Mancha que está en Plaza España son dos de los más frecuentemente “atacados” en la ciudad.
#HOY #Hidrolavado de Monumento a San Martín en el Parque homónimo.#UnidadAntigraffiti #Ayudanosacuidarlosespaciospúblicos pic.twitter.com/i5GNCQ7BX4
— Servicios Urbanos (@emsur_mdp) 4 de julio de 2018
“Tratamos de sacar lo más posible, pero a vedes queda incrustado dentro del material. Se trabaja bien y de a poco da resultado”, graficó el funcionario.
“LOS MURALES Y GRAFITIS BIEN HECHOS NO LOS TOCAMOS”
Desde finales de los ’60 se empezó a experimentar en todo el mundo el despertar de la libertad y de la irreverencia social, cultural e incluso política y económica. Los grafitis callejeros son las expresiones abstractas creativas y libres para expresar y divulgar mensajes de cambio y evolución mediante un atractivo visual de alto impacto como parte de un movimiento urbano de rebeldía.
Cuando a principios de año se lanzó la “unidad antigrafiti”, el intendente Carlos Arroyo aclaró: “No estamos en contra del grafiti como una expresión artística sino de las pintadas que ensucian los frentes de espacios públicos”. La diferencia entre lo prolijo y lo desprolijo en el arte es más que subjetiva. El personal del Emsur intenta aplicar un criterio “lo más apropiado y responsable posible”.
El arte urbano interrumpe un flujo ideológico de cemento, o al menos eso intenta. Busca quebrar la estructura de la ciudad sin romper nada.
Al respecto Eduardo Leitao explicó que “cuando son murales que artísticamente embellecen un sector de la ciudad, no lo tocamos”. Al recorrer las calles, el personal muchas veces encuentra paredones o grafitis muy bien pintados que no despiertan quejas entre los vecinos. “En esos casos, cuando son piezas artísticas y están bien hechos, no nos metemos y los dejamos. Pero sí somos inflexibles cuando están hechos en monumentos y edificios públicos”, aclaró.
ESPACIOS REPETIDAMENTE PINTADOS: “ALGUNOS ENSUCIAN INDISCRIMINADAMENTE”
Para la “unidad antigrafiti” es habitual ponerse a trabajar en la limpieza de algún sector de una plaza, la costa o una escuela y días después encontrar que volvieron a hacerse pintadas en el mismo lugar. La Municipalidad y algunas plazas lideran el ranking de espacios repetidamente escrachados.
En Plaza Mitre, por ejemplo, las tareas de limpieza se han realizado repetidas veces. “En la pista de skate algunos ensucian indiscriminadamente, como en muchos otros lugares”, señaló el funcionario a cargo del Emsur a modo de ejemplo sobre este punto.
Asimismo, indicó: “Hay gente que no le importa, ni lo que hacemos ni los espacios públicos. Pero nosotros ya sabemos estadísticamente que en lugares puntuales que vuelven a ser ensuciados, si vamos y limpiamos muchas veces caemos en el riesgo de desperdiciar material y horas hombre”,
LIMPIEZA DE PAREDES Y PORTONES PARTICULARES
El titular del Emsur reconoce que “no es lo habitual”, pero sí ha habido casos. Cuando un vecino se comunica porque le han pintado el portón o la pared de su casa y aduce que no puede costear la tarea de limpieza, la “unidad antigrafiti” también concurre.
“Hay que tener en cuenta que son dos personas y hay mucho trabajo por hacer. Pero nos ha pasado que algún vecino se comunica y nos explica que le pintan la casa o el garaje y en la medida de lo posible vamos si es que el vecino por sus medios no puede limpiar”, explicó Leitao.
#UnidadAntigraffiti recorriendo la ciudad. pic.twitter.com/pJFy75R47y
— Servicios Urbanos (@emsur_mdp) 10 de julio de 2018
“Hablamos con el vecino -continuó- porque ha sido maltratado por alguna persona irresponsable y a lo mejor también nos señala algún lugar del bario”
Muchas veces, según reconoció el funcionario, el lugar elegido para trabajar en el día a día es señalado por el propio intendente.
“A veces me dice el intendente ‘viste aquella pared’ o ‘tal monumento’. La gente también. Necesitamos que nos vayan indicando porque la ciudad es grande y por supuesto puede haber pintadas que se nos escapen”, agregó.
