Aumentos en los combustibles: “El problema de fondo es el modelo energético”
Desde el Sindicato de Luz y Fuerza apuntaron contra los aumentos: “Necesitamos otro modelo energético que no se rija por los valores del mercado”, advirtieron.
Frente a la salida del congelamiento que había impuesto el gobierno nacional, los combustibles aumentaron en ocho oportunidades, con todo lo que eso conlleva para la economía nacional y puntualmente en lo que hace a los precios de productos esenciales. Más allá de los argumentos gubernamentales que hablan de una actualización impositiva en la mayoría de los casos, desde el Sindicato Luz y Fuerza reiteraron su reclamo por un modelo de política energética con menor injerencia privada.
En lo que va del 2021 ya hubo tres aumentos en los combustibles que, como suele suceder, primero son implementados por la empresa estatal-privada YPF -la que controla más de la mitad del mercado- y luego se expanden al resto de las empresas y desde allí hacia la estructura de costos de las cadenas productivas.
Desde el gremio energético consideraron que los incrementos en los combustibles son “un indicador de la inflación y del golpe al bolsillo que sufrirán los trabajadores y trabajadoras”.
No obstante, más allá de que los argumentos de gran parte de las subas tienen que ver con actualizaciones impositivas o del costo de los biocombustibles, desde el gremio advirtieron que “el problema de fondo es el modelo energético imperante en nuestro país, regido por la extranjerización y privatización de toda la cadena productiva de combustibles”.
Al respecto, explicaron que a pesar de tener una empresa estatal-privada testigo del sector como YPF, que es además la principal expendedora de combustibles, “la cadena productiva dolarizada se rige por los precios internacionales de petróleo que nos produce aumentos contantes año tras año”. “Cuando el precio internacional del crudo sube, aumentan las naftas, pero cuando el precio del commoditie baja, no se traslada eso a los precios en los surtidores, una paradoja“, lamentaron.
Ante esta situación desde el gremio reiteraron la necesidad de un cambio en el modelo energético “que no se rija por los valores del mercado y el beneficio de las empresas monopólicas extranjeras, sino que ponga el foco en el desarrollo de un modelo productivo a favor de los intereses populares”, según expusieron y calificaron el actual modelo como “una estafa para los bolsillos de la clase obrera”.
Cabe recordar que a partir del incremento en los combustibles por parte de la empresa pública-privada -aumento que luego es replicado por el resto de las compañías-, desde la salida del congelamiento hubo ocho aumentos: los primeros cinco fueron en 2020, el 19 de agosto, el 19 de septiembre, el 16 de octubre, el 23 de noviembre y el último del año el 16 de diciembre. A ellos se suman los aumentos del 2021, que hasta el momento se aplicaron el 5 de enero, el 16 de enero y el 1 de febrero.
