Jueves 25 de abril | Mar del Plata
29/04/2022

Bibliotecarias escolares municipales, precarizadas: reclaman su regularización

Desde hace años las doce trabajadoras del sector reclaman por su situación contractual. Afirman que, según una ordenanza vigente, deberían existir unos 80 cargos.

Bibliotecarias escolares municipales, precarizadas: reclaman su regularización
(Foto: ilustrativa / Qué digital)

Bibliotecarias del sistema escolar municipal de Mar de Plata vuelven a exponer su situación atravesada por la precarización laboral y sin cargos regulares, y reclaman al gobierno que se regularice su relación contractual. Si bien existe una ordenanza que establece la creación del cargo de la o el bibliotecario escolar en todos los niveles educativos de las instituciones municipales, actualmente solo hay 12 bibliotecarias escolares -cuando deberían ser 80- y sólo están en 17 escuelas primarias trabajando a través del Programa Educativo Barrial (PEBA), lo cual implica una forma de contratación precaria en función de la tarea que realizan.

Si bien en 2009 se aprobó por unanimidad la ordenanza N° 19.347 que establece la creación del cargo de la o el bibliotecario escolar en todos los niveles (secundario, primario e inicial) y en todas las instituciones del sistema educativo municipal, actualmente Mar del Plata cuenta solamente con 12 bibliotecarias escolares municipales en 17 escuelas primarias “cuando hablamos de aproximadamente 80 instituciones que tienen que tener, al menos, un cargo de bibliotecario”, denunció en diálogo con Qué digital la bibliotecaria escolar Ana Villasanti.

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De manera puntual, las doce bibliotecarias que trabajan desde el 2011 en “programas extraprogramáticos” como el caso del Programa Educativo Barrial (PEBA) exigen que se regularice su trabajo y que puedan acceder a los derechos laborales “como cualquier otro agente municipal o docente”, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una actividad profesional. “El sistema educativo municipal nunca tuvo bibliotecarios escolares trabajando dentro del sistema en forma regular”, sostuvo Villasanti.

En las últimas semanas volvieron a exponer su reclamo en la comisión de Educación del Concejo Deliberante en busca de que se regularice su trabajo: “Buscamos que las doce bibliotecarias pasemos a tener un contrato de un año y a partir de ahí pedir el pase a planta permanente que es lo que necesitamos”.

Según la bibliotecaria, la ordenanza aprobada en 2009 nunca fue implementada al 100% y todas las sucesivas gestiones municipales “tomaron cargos de bibliotecario escolar a través del programa PEBA que nada tiene que ver con las instituciones educativas aunque lo utilicen como un comodín para acomodar”.

Esto se traduce, tal como sostienen las bibliotecarias en el reclamo, en una situación de precarización laboral ya que los programas educativos comienzan en abril y terminan en diciembre dejando a las trabajadoras sin goce de vacaciones, sin antigüedad docente, sin antigüedad como trabajadoras municipales y sin obra social durante los meses en los que el programa no está activo.

Esta forma de cargo irregular, manifestó Villasanti, tiene similitudes con un sistema de becas o de pasantías. “A uno le cierra cuando está estudiando o cuando comienza a trabajar, pero después de uno o dos años muchas compañeras se fueron porque claramente no les servía”, expresó. A su vez, se suma la problemática de que “cualquier docente puede presentar un proyecto de biblioteca e ingresar al sistema educativo”, cuando las bibliotecarias escolares tienen que instruirse en docencia por lo que tienen título doble para lograr acceder al puesto: “Somos docentes y bibliotecarias escolares y aún así estamos precarizadas”.

Durante el período de pandemia en 2020 las bibliotecarias llevaron adelante distintos reclamos tras perder sus puestos laborales durante varios meses y sin obtener respuesta del Municipio en primera instancia: “Tuvimos que hacer reclamos directos al Concejo Deliberante y pedimos mesas de trabajo para la creación de los cargos. Nos dejaron sin trabajo hasta el 8 de junio y si no hubiéramos reclamado habríamos pasado un 2020 con hambre total”, expuso la trabajadora.

Entre las funciones de las bibliotecarias está la alfabetización informacional, la promoción de la lectura, el asesoramiento a las y los docentes en búsqueda de información y textos escolares y la organización de las bibliotecas “con un sistema que se utiliza a nivel nacional”. Durante la pandemia, realizaron el trabajo de forma virtual con sus propios insumos (celulares, tablets, computadoras). Desde la Secretaría de Educación Municipal “reconocieron” y “destacaron” su labor pese a que en la mayoría de los casos no cobraron la remuneración correspondiente además de ser su única fuente de trabajo. “El reconocimiento no nos sirve, con eso no pagamos ninguna cuota de nada”, enfatizó Villasanti.

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