Casino Central: aprueban la licitación de las tragamonedas
La explotación de las máquinas de la sala, que actualmente maneja Boldt, quedó en manos de “Casino de la Victoria”. La oferta por la licitación del Hermitage, que fue clausurado meses atrás, fue rechazada por la Provincia.
Luego de que en enero de 2018 la gobernadora María Eugenia Vidal anunciara el llamado a licitación pública para el control y administración de 3900 máquinas de juego que forman parte de siete casinos en la Provincia, entre ellos el Central y el del Hotel Hermitage, de Mar del Plata, finalmente este viernes el gobierno bonaerense aprobó a través de un decreto publicado en el Boletín oficial el proceso llevado a cabo para la explotación de las tragamonedas, por el plazo de 20 años.
En detalle, en lo que hace al Casino Central de Mar del Plata la licitación de las tragamonedas -hasta ahora en manos de Boldt– benefició a la firma “Casinos Victoria”, dirigida por Daniel Mautone, de vinculación con Daniel Angelici. Por su parte, fue rechazada la oferta realizada para el casino del Hermitage -o “Casino del Mar”, actualmente clausurado por la Municipalidad– “por no resultar conveniente al interés fiscal”.
“Es la primera licitación pública que se hace de casinos en 23 años. Todo lo anterior fueron adjudicaciones directas y prorrogas de esas adjudicaciones directas”, expresó la gobernadora en enero de 2018 al anunciar el llamado a licitación que finalmente ahora tuvo sus resultados.
Según informó la agencia oficial Télam, la operatoria de las tragamonedas del Casino Central de Mar del Plata y del de Monte Hermoso fueron adjudicadas a la firma “Casino de la Victoria”, que recibirá el 55,5% del total recaudado en esas salas. Por su parte, a Boldt, de Antonio Tabanelli, se le asignó el manejo de las salas de los casinos de Tigre y de Pinamar.
Asimismo, la Provincia rechazó la oferta realizada por la UTE conformada por las empresas “Entretenimientos Saltos del Moconá y el Bingo Oasis de Pilar”, de Ricardo Glazman y Alejandro Gravier para los casinos Hermitage, y los de Tandil y Miramar “por no resultar conveniente al interés fiscal”.
