Jueves 18 de abril | Mar del Plata
03/10/2020

Cristal, la primera mujer trans en el 107: “Es un trabajo efusivo, lo hago con mucha vocación”

Alma Cristal Barraza es la primera mujer trans del país en la parte operativa del SAME. En una entrevista con Qué digital habla de su tarea en pandemia y de la importancia del cupo laboral trans.

Cristal, la primera mujer trans en el 107: “Es un trabajo efusivo, lo hago con mucha vocación”
(Fotos: Qué digital)
Alina Rodríguez Martín

Por: Alina Rodríguez Martín

Alma Cristal Barraza trabaja con vocación y está al servicio de la línea 107 de emergencias en Mar del Plata. Es la primera mujer transgénero del país en ocupar un cargo en la parte operativa de emergentología vial. Ella se define como una apasionada por su trabajo, alguien que siempre quiso demostrarse, primero a sí misma y después a la sociedad, que había otro camino. Para eso estudió, se formó e ingresó al Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) donde atiende consultas y despacha ambulancias. “Es un trabajo efusivo y con adrenalina, lo hago con mucha vocación”, se sinceró.

En diálogo con Qué digital, Cristal se reconoce como una luchadora por los derechos de la diversidad y asegura que en la ciudad aún falta mucho para poder hablar de inclusión, como por ejemplo que se cumpla con el cupo laboral trans. “La gente nos desconoce y nos tiene miedo, cuando nos conocen y empiezan a tratar se dan cuenta de que somos como cualquier ser humano común y corriente. Es el prejuicio del otro y es triste”, sostuvo.

Cristal encontró su vocación en la salud y realizó el curso de cuidadores domiciliarios en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Comenzó en la parte de Gerontología, en el Hogar Ipanema, ubicado en Libertad e Independencia, donde pudo realizar sus prácticas mientras estudiaba. “De los 400 hogares que hay en Mar del Plata fue el único lugar que nos permitió hacer prácticas”, recordó. Ella pudo sortear este obstáculo, como tantos otros que debió enfrentar, y elevó la queja al Concejo Deliberante, a la Dirección de Derechos Humanos y la Defensoría del Pueblo para que otras instituciones tanto públicas como privadas acepten practicantes trans.

Pasaron muchos años, y sin ningún contacto en la Municipalidad logró, primero en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias (CEMA), ocupar un cargo en la mesa de entrada, una experiencia que le permitió salir a la luz. “Lo mío fue netamente por mi currículum y concurso”, aseguró.

“Trabajé en la parte de admisión del CEMA, después se conformó la propuesta para la parte operativa en la cabina del SAME en la gestión de (Carlos) Arroyo; ya son cuatro años dentro de la parte de la Secretaría de Salud del Partido de General Pueyrredon”, compartió orgullosa.

Actualmente se desempeña como operadora de cabina y despachante de ambulancia y su trabajo la encuentra en la central de comunicaciones del 107, la línea de emergencias, puntualmente en el SAME. Desde adentro, en su puesto de trabajo ubicado en el Centro de Operaciones y Monitoreo (COM) relató cómo se prepararon ante el avance de la pandemia de coronavirus y cómo se incrementó el trabajo en los últimos seis meses.

Es un trabajo efusivo y con adrenalina, lo hago con mucha vocación. Hago una guardia de 12 por 48 horas pero con la pandemia estoy cubriendo códigos de compañeros por problemas de salud, ahora no tengo las 48 horas de descanso. Trato de brindar un aporte a la situación que estamos viviendo en el mundo, en el país; soy una de las que más trabajo.

“Hago una guardia de 12 por 48 horas pero con la pandemia estoy cubriendo códigos de compañeros por problemas de salud, ahora no tengo las 48 horas de descanso. Trato de brindar un aporte a la situación que estamos viviendo en el mundo, en el país”, consideró Cristal, a quien le apasiona su labor y además la reconforta el poder seguir capacitando a compañeros y compañeras.

-¿Cómo es tu trabajo en el día a día?

– Soy operadora de cabina, despachante de ambulancia y trabajo en la central de comunicaciones del 107, la línea de emergencias del Partido de General Pueyrredon, puntualmente en el SAME. Tuve la oportunidad de ser una de las capacitadoras dentro de lo que es la función. Capacité a compañeros que hoy son operadores de cabina volantes y me encanta poder ayudar a todos mis compañeros, me hace muy bien.

-¿Cómo afectó el trabajo la pandemia de coronavirus?

– Obviamente que se ha incrementado, el 107 tiene una función específica y fundamental que es el accidente en la vía pública: vehicular, catástrofes, salvar vidas en domicilios, todo lo que se relaciona con el riesgo de un ciudadano. Hoy por hoy la ciudad está asistida en un 100% por el SAME, es el único servicio público vial de emergencias. El servicio cumple cuatro años en la ciudad, es una función muy tediosa, por un lado, porque los 107 son complicados. Hay muchos accidentes, se trabaja con el código rojo y la función mía es resguardar a la dotación, que mis compañeros vayan con soluciones y no problemas.

Mar del Plata tiene barrios populares, muchos de riesgo donde los profesionales corren mucho peligro, tenemos un protocolo para brindar seguridad, desde presencia policial a explicarles si tienen que tener precaución por si hay un inconveniente de gravedad, como puede ser una balacera o confrontación.

– Con el paso del tiempo ¿se incrementaron las consultas por covid al 107?

– Cuando arrancó la pandemia, evaluando la situación y hablando con mis compañeros, trabajábamos solos, obviamente tuvimos que capacitarnos, informarnos. Íbamos siguiendo la situación por los medios, el Ministerio de Salud y la Secretaría respecto a cuáles iban a ser los protocolos y cómo íbamos a ayudar a la persona que llamaba por teléfono, qué tipo de contenido íbamos a manejar para que sea todo unificado. Por semana iban cambiando los protocolos y la información por teléfono era nueva.

Sabemos por las estadísticas que el pico es ahora este mes (septiembre). Algo habíamos adelantado, porque veníamos muy bien, nos quedaba un solo paciente por recuperarse y nos hacia ruido porque teníamos casos de personas que no habían salido de la ciudad, no habían estado en contacto con personas de lugares con circulación comunitaria ni habían salido del país y veíamos que había trasmisión comunitaria. Cuando se declaró ya era lógico, había trasmisión del virus, el tema era que no se estaba hisopando a la gente. Cuando se empezó a testear había muchos casos asintomáticos y la verdad que nos sorprendió muchísimo. Pero por algún lado tenía que explotar. Lamentablemente sabíamos que esto iba a suceder.

EL CUPO LABORAL TRANS EN MAR DEL PLATA

Son las 20 de un sábado de septiembre y en una charla con Qué digital, Cristal Barraza agradece no tener que arreglarse para salir a una esquina a trabajar, no tener que exponerse a la cruda realidad de la noche. A cinco años  de la sanción en la Provincia de Buenos Aires del Cupo Laboral Diana Sacayán y luego de la resolución nacional que establece su implementación a nivel nacional, celebra cada avance en “materia de inclusión” y evalúa cómo es la situación en Mar del Plata.

 “En General Pueyrredon no hemos tenido avances. Somos pocas las compañeras que integramos el sector público como administrativas o figuras con más peso como el caso de Daniela Castro”, resalta.

Cristal, como tantas otras integrantes del colectivo LGBTIQ+, celebra este tipo de medidas porque son lo contrario a lo que se las asoció históricamente, es decir, “la nocturnidad, lo que está prohibido”. De esta forma, los anuncios de este año le permiten ilusionarse: “Ojalá que se cumpla y que ingresen compañeras a trabajar en los municipios y ocupen los lugares que puedan ocupar y desarrollarlos de la mejor manera”.

Por otro lado recordó que este año falleció Daniela Virginia Machiavello, quien trabajaba en la Secretaría de Derechos Humanos y fue una precursora en materia de inclusión. “(Fue) una amiga, una luchadora que se ganó un lugar”, subrayó y agregó que se trató de “la primera compañera que ingresó a la Municipalidad por medio del cupo laboral trans, travesti  y transgénero”.

“No hemos tenido el ingreso de nuevas compañeras. Hoy somos poquitas las que estamos trabajando en funciones en el sector público, creo que seríamos siete”, señaló. Concretamente, Alma Cristal BarrazaAyelén Martínez cubren cargos en el área de Salud, mientras que en la Dirección de Género y Diversidad está Agustina Ponce y Cintia Pili desarrolla su trabajo en el Hogar Galé. La última en sumarse fue Jimena, que pudo ingresar por el programa de la Facultad de Humanidades. “Somos pocas, siempre peleo porque ingresen compañeras”, enfatizó.

– En tu caso, ¿cómo fue que accediste a formarte y a descubrir tu vocación?

– Siempre digo que en mi caso nunca me condiciono, porque gracias a Dios me he dado la oportunidad de permitirme ir buscando otras alternativas. Creo que pasa por una, primero demostrarme a mí misma y después a la sociedad que podemos, que nos corresponde y que es un derecho tener un trabajo porque dignifica. Yo apuesto a otra calidad de vida, a otro ritmo. Apuesto a poder superarme, poder romper barreras y poder demostrar que siempre fueron lugares arraigados para nosotras y lo venimos peleando hace muchos años. Se han perdido vidas de compañeras luchadoras incansables para poder lograr las leyes y normas que nos avalan y nos protegen.

– ¿Qué consideras que falta todavía ?

– Muchas compañeras no están preparadas en cuanto a estudios. Sabemos que de diez compañeras trans siete carecen de contenidos educativos, algunas no saben leer o escribir; se defienden cómo pueden. Muchas abandonaron los estudios, ojalá se puedan preparar y capacitar para darles oportunidades. Hay estadísticas de que nuestro promedio de vida es muy bajo, no superamos los 40 años de vida por un montón de situaciones de vulnerabilidad. Las sobrevivientes que sobrepasan el promedio de vida son personas grandes que ya no pueden retomar sus estudios para ocupar un cargo en el sector público, aunque es un derecho si la persona tiene la capacidad de ejercer el trabajo. Ahora entiendo que hablamos de cupo para esta minoría que no tiene otras alternativas y otras oportunidades, vivimos a falta de empatía y de herramientas para poder ocupar esos lugares.

– Para eso te formaste…

– Me he capacitado muchísimo y siempre aposté a ir por el lado de que no quería como mujer trans ser una más del montón que termina en una esquina y no hay otra alternativa que la esquina. Me formé, sumé herramientas, me capacité, completé mis estudios, estudié en la facultad para meterme en muchas cosas que realmente quería y tenía abandonadas. Siempre supe que no era tarde, una puede demostrarse. Estoy orgullosa y vivo con plenitud.

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03/10/2020