Defensa Civil, un organismo a prueba de desastres
Intervienen con el objetivo de “mitigar y prevenir” eventualidades climáticas o producidas por el hombre. La línea 103 recibe más de 3500 llamados por año y en la ciudad unas 20 personas trabajan ante situaciones de riesgo.
Están. Ante una eventualidad o situación de riesgo, aparecen detrás de la policía, los servicios de emergencia médica o los bomberos. Están y se nota. Defensa Civil funciona en la ciudad desde 1996 y es un organismo a prueba de desastres, con intervención en situaciones climatológicas o producidas por el hombre y con un objetivo claro: mitigar las consecuencias de cualquier eventualidad y prevenir, siempre que se pueda.
Rodrigo Goncálvez trabaja desde hace ocho años en Defensa Civil y de un tiempo a esta parte logró convertirse en jefe de operaciones, a fuerza de trabajo. Hoy es el encargado de comandar, al menos operativamente, un equipo que cuenta con unas 20 personas y que trabaja ante situaciones de riesgo. Entonces, la pregunta obligada es ¿cómo funciona un organismo que interviene ante incendios, escapes de gas, temporales y eventos de gran convocatoria?
“Somos un organismo del Estado que funciona en la órbita municipal bajo responsabilidad del intendente, que debe ser autosuficiente en cuanto a recursos”, expuso y dijo que solo en casos de “desastre”, la Provincia y la Nación hacen su aporte, con el objetivo de revertir aquellas situaciones por demás desfavorables.
Defensa Civil funciona operativamente en la sede del Ente de Obras y Servicios Urbanos (Enosur) y en el Centro de Operaciones y Monitoreo (COM), donde se atienden los alrededor de 3500 llamados que anualmente recibe la línea 103. “Desde el COM se derivan los reclamos que impliquen riesgos en la vía pública a las distintas dependencias”, explicó Goncálvez.
Pese a que en números solo doce personas operan para Defensa Civil -junto a ocho trabajadores que forman parte de otras dependencias pero cumplen horas extras allí- el trabajo se realiza mancomunadamente entre los distintos organismos por lo que ante situaciones de riesgo el número de operarios se multiplica en lo inmediato.
“Trabajamos con todos los organismos y ante una situación puntual vamos con el organismo correspondiente; cuando hay contingencias meteorológicas el operativo es más amplio y trabajamos entre todos”, graficó el funcionario, quien destacó el hecho de que un gran porcentaje de los llamados que recibe la línea 103 están relacionados con reclamos que le competen a Alumbrado Público, EDEA, Obras Sanitarias, Ingeniería de Tránsito y Arbolado.
Justamente en ese sentido, los porcentajes son un reflejo de la realidad: solo un 35% de los eventos en los que interviene Defensa Civil está relacionado con contingencias meteorológicas y el 65% restante tiene que ver con otros eventos como árboles caídos, columnas, cableado.
“Calculamos cinco o seis temporales al año, el resto es día a día y hay que estar presente en todos estos eventos, porque hay damnificados y situaciones de riesgo en la vía pública”, destacó Goncálvez, respecto a la vocación de servicio del trabajador de Defensa Civil. Y en ese sentido, aseguró, sin dudarlo: “Mar del Plata está preparada ante eventualidades o situaciones de riesgo”.
DEL ESCRITORIO A LA CALLE
Cuando siete años atrás el actual jefe operativo del organismo daba sus primeros pasos en el área, Defensa Civil solo se dedicaba a la atención y derivación de llamados telefónicos, sin un seguimiento. Con el correr de los años, y gracias a un trabajo conjunto con el máximo referente en la ciudad, Alberto Quintana, se creó una guardia operativa, lista para gestionar en la calle “de donde parten las eventualidades”.
“Así fue cómo empezamos a recuperar vehículos; antes no se destinaban recursos para Defensa Civil porque mucha gente no sabía del trabajo y la necesidad”, recordó Goncálvez, quien precisó que actualmente cuentan con tres móviles, dos totalmente equipados para intervenir tanto en cuestiones sociales como operativas y uno abocado a cuestiones administrativas.
En ese marco, el paso de los años ha sido clave para el fortalecimiento del organismo, de la mano de la capacitación y el trabajo mancomunado entre las dependencias. “Generalmente cuando acudimos nosotros es porque hay un problema y es importante que uno sepa cómo llevar las situaciones críticas: por eso decimos que en emergencia no se grita, no se corre ni se promete. Uno tiene que ser cauto”, reparó el funcionario, respecto al trabajo de los operarios.
EL PERFIL DEL TRABAJADOR DE DEFENSA CIVIL
¿Existe un perfil que defina al trabajador de Defensa Civil? Para el jefe operativo del organismo, sí. “La vocación de servicio es clave porque la emergencia es sábado, domingo, día y noche. Uno tiene que saber que si se dedica a esto tiene que hacerlo de lleno, que se puede perder un montón de eventos personales porque cuando las cosas pasan hay que estar en la calle”, resumió.
En consonancia con sus dichos, los hechos son los que validan su afirmación. La labor del trabajador de Defensa Civil es dinámica y precisa: guardias operativas de 24 por 72 horas y turnos rotativos de ocho horas cada uno. En ese marco, el trabajo en el COM es clave; es que allí se centraliza la intervención de todas las dependencias y se logra “no solo llegar rápido sino utilizar los recursos -económicos y humanos- sin malgastar”.
En ese sentido, el factor humano es esencial, en especial cuando se trata de aquellas cuestiones sociales, que si bien son responsabilidad directa de la Secretaría de Desarrollo Social, también son abordadas por personal de Defensa Civil. “Cuando la eventualidad nos lo permite, damos una mano, aunque cuando hay riesgos inminentes en la vía publica nos volcamos a eso”, apuntó Goncálvez, respecto al trabajo con evacuados o familias en situación de vulnerabilidad.
Sobre esto último, el funcionario trazó un panorama sobre la situación local y consideró que “en los últimos años se ha profundizado bastante lo social, ya que antes los evacuados eran por anegamientos y hoy son por filtraciones”. Al respecto, se refirió a las dificultades con las que se encuentran los operadores, a partir del amplio territorio que se ve afectado y del impacto que tienen las tragedias o las situaciones desfavorables.
“Históricamente, Mar del Plata ha tenido un mapa de riesgo en el que sabemos cuáles son los barrios en los que hay inundaciones. Hoy aplicar eso es más difícil, porque cuando hay lluvias que perduran en el tiempo las evacuaciones no son tanto por anegamiento sino por filtraciones”, observó y advirtió: “Cuando vas a ver a la gente te das cuenta de que estas familias viven en un límite finito en el que la situación se pone crítica a las tres o cuatro horas de lluvia: porque el techo no es techo y la pared no es pared”.
CLIMA Y TIEMPO, FACTORES DE RIESGO
Por sus características, Mar del Plata “es bastante impredecible en cuanto a los factores climáticos”. Y eso, a la hora de planificar la labor de Defensa Civil, no es un punto a favor. “Por eso lo que uno puede hacer es recomendar, tener información para transmitir y dar herramientas para que la población sepa cómo actuar”, enfatizó el profesional, sobre las intervenciones relacionadas con factores meteorológicos.
En ese sentido, recordó la última suspensión de clases en el marco de un temporal y reparó en la importancia de adoptar medidas “que tiendan a prevenir un embate meteorológico” y a partir de las cuales “haya menos gente” cuando el fenómeno se presente en las calles.
“Aunque Mar del Plata es impredecible, trabajamos con un protocolo de acción, que todavía no está aprobado por el Concejo Deliberante, pero que tiene que ver con la actuación ante eventos particulares”, expuso Goncálvez, quien resaltó también el hecho de que, ante situaciones catastróficas o de grandes magnitudes, la ciudad cuenta “con la presencia de las fuerzas armadas, de Prefectura, de la Policía Federal, la Policía Bonaerense y la Policía local”.
