Jueves 18 de abril | Mar del Plata
23/08/2020

Depresión, ansiedad y afecto negativo: el impacto emocional del aislamiento

Las primeras conclusiones de un estudio longitudinal desarrollado por investigadores del Conicet para relevar los efectos de la pandemia marcan que el paso del tiempo afectó negativamente las emociones.

Depresión, ansiedad y afecto negativo: el impacto emocional del aislamiento
(Fotos: archivo / Qué digital)

El aumento de la depresión, ansiedad y afecto negativo son algunas de las primeras conclusiones que se desprenden del estudio longitudinal desarrollado por investigadores y becarios del Instituto de Psicología Básica, Aplicada y Tecnología (Ipsibat) del Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) con el objetivo de estudiar el impacto emocional del aislamiento y de la pandemia de coronavirus en las personas.

En base a una encuesta virtual que ya suma más de 17 mil respuestas, los investigadores se propusieron relevar los efectos de esta situación inédita en las emociones para así poder crear información confiable, contribuir a la comprensión de los fenómenos producidos por esta emergencia y elaborar una guía sobre acciones orientadas a mejorar la calidad de vida en estas condiciones.

En concreto, los especialistas del Ipsibat buscan obtener información sobre niveles de ansiedad, síntomas depresivos y niveles de afectividad provocados por este estado de aislamiento a través de la realización de la encuesta, que fue lanzada a los pocos días de iniciada la cuarentena y que implicó hasta el momento tres mediciones -con la posibilidad de avanzarse en una mas- espaciadas en el tiempo, para evaluar mejor el impacto.

En ese marco, entre algunas de las primeras conclusiones del estudio -que para su realización recibió financiamiento del programa de Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología del gobierno nacional- se desprende que el paso del tiempo afectó negativamente las emociones de los participantes; que aumentaron la depresión, la ansiedad y el afecto negativo, aunque el afecto positivo se mantuvo en niveles similares a los del inicio del aislamiento social; y que a medida que aumenta la edad el impacto sobre las emociones es menor.

“Siempre se planteó como un estudio longitudinal, pero no pensábamos que el aislamiento iba a ser tan largo. Por eso en un segundo momento decidimos medir otras cosas y no solo el impacto del aislamiento sino también del contexto pandémico”, explicó al respecto Lorena Canet Juric, una de las responsables del proyecto.

En ese sentido, ahondó acerca de la actualización del estudio alrededor de los 130 días de aislamiento y del abordaje de otras problemáticas, como la infantil. “Le pedimos a los papás que participaron que contestaran preguntas sobre la percepción del estado de salud mental de sus niños, a través de la adaptación de un cuestionario que indaga sobre presencia de sintomatología de orden clínico”, graficó.

EL IMPACTO DEL AISLAMIENTO Y DE LA PANDEMIA EN LAS EMOCIONES

Por su parte, Fernando Poó, integrante del equipo a cargo del estudio, hizo alusión a algunas de las conclusiones generales de este estudio y entendió que “en términos generales la pandemia ha tenido un efecto negativo sobre las emociones” al menos en lo que hace a los resultados de la encuesta y a nivel grupal.

“Lo que vemos es que progresivamente se observa un aumento de la depresión, de la ansiedad y del afecto negativo. Las particularidades son que al comenzar la pandemia teníamos valores promedio que no estaban alejados de los resultados de estudios anteriores en una situación por fuera de la pandemia”, explicó.

Sin embargo, luego se produjo -en la segunda medición- “un pequeño descenso en la ansiedad, en el afecto negativo, pero un ascenso en los valores de depresión”. “Y eso cambia en la tercera medición, donde los valores de ansiedad, de depresión y de afecto negativo suben, mientras que el afecto positivo no varió significativamente”, ahondó.

Para el investigador, otro punto interesante a tener en cuenta son las diferencias en los grupos de edad. “Los que están más son los jóvenes, de entre 18 y 25 años, que se sentían más afectados. Los adultos mayores, siguiendo más o menos el mismo patrón general, muestran estar un poco menos afectados”, detalló.

Y por otro lado, Poó también reparó en el vínculo entre el tipo de hábitos de las personas y las emociones predominantes: “Hay una relación en el tipo de hábitos que tenés y cómo te afecta; en tanto más saludables los hábitos, hay una mayor capacidad de no verse afectado por la situación, hay menos ansiedad, depresión y afecto negativo. Y otro aspecto son las variables habitacionales y económicas: a peores condiciones económicas o de incertidumbre, mayores indicadores de malestar emocional”.

¿CÓMO PARTICIPAR DEL ESTUDIO?

Según informaron desde el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), pueden participar personas mayores de 18 años, que no tengan diagnóstico específico psicológico y/o psiquiátrico, ni enfermedades físicas graves que se vean afectadas por el aislamiento social, preventivo y obligatorio decretado en el marco de la situación epidemiológica actual. Para hacerlo, deben ingresar a este LINK.

En cuanto al equipo que lleva adelante el estudio, el mismo está integrado por los investigadores e investigadoras Lorena Canet Juric, María Laura Andrés, Sebastián Urquijo, Macarena del Valle, Hernán López Morales, Juan Ignacio Galli, Matías Yerro Avincetto, Rosario Gelpi Trudo, Fernando Poó y Florencia Bartolotto.

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23/08/2020