Viernes 29 de marzo | Mar del Plata
20/05/2016

“Me dice que va a ir preso pero que igual me va a matar”

Silvia tiene 33 años y sufre un calvario. Hace dos años su expareja la chocó con su taxi y la arrastró 50 metros en Tejedor y Constitución: le quebró una pierna y le pusieron dos clavos. Esta semana debía comenzar el juicio, pero se pospuso; mientras tanto siguen las agresiones.

“Me dice que va a ir preso pero que igual me va a matar”
(Foto: ilustrativa / QUÉ Digital)

Miedo, impotencia y un grito desgarrador de ayuda: “Necesito protección”. Silvia tiene 33 años y desde hace casi tres años vive un calvario: en 2014 su expareja, a quien denunció por violencia de género, la chocó con su taxi y la arrastró 70 metros en Tejedor y Constitución. Pese a que esta semana debía comenzar el juicio por las lesiones graves, una maniobra judicial retrasó todo unos meses más. Sin embargo, las agresiones siguen y la última amenaza fue la más fuerte: “Me dice que me va a matar, que va a ir preso pero que me va a matar”.

Silvia dice estar asustada y no entiende la falta de respuestas del Estado. Es que, luego de que en 2013 decidiera separarse de su exparejaPablo Sebastián Mostafa, de 34 años y taxista del vehículo con licencia 1786-, la situación, lejos de mejorar, empeoró. Sin ir más lejos, en 2014 Mostafa la chocó con su taxi y la arrastró 50 metros en la zona de Tejedor y Constitución. Como consecuencia del hecho, Silvia se quebró en tres partes la tibia distal y le tuvieron que colocar dos clavos.

A fuerza de insistencia y perseverancia, esta joven profesional que se dedica a la Enfermería logró que la causa avanzara y esta semana debía comenzar el juicio al que su ex llegaría imputado por lesiones graves. Sin embargo, y a partir de lo que calificó como una “maniobra dilatoria” de la defensa del acusado, el inicio del debate se pospuso ante la ausencia de una pericia psiquiátrica.

Entonces, volvieron las agresiones, que en realidad nunca habían cesado pero esta vez fueron más fuertes. “Esta semana se apareció de golpe en mi casa, estaba sola, me agarró del cuello, me levantó, me dijo que me va a matar, que va a ir preso, pero me va a matar”, relata Silvia, respecto a lo ocurrido y recuerda las constantes agresiones, los constantes gritos, las amenazas.

“En 2013 nosotros nos separamos porque me estaba engañando; no me dejó sacar nada, se quedó con todas mis cosas y me empezó a perseguir y agredir”, recuerda y asegura que hizo todo lo posible para salir de esta situación, pero nada parece alcanzar: “Yo vivo sola, mi familia vive en Bahía Blanca y lo que me aconsejan es que no esté sola, pero no puedo estar encerrada; ya me fui a vivir un año y medio a Bahía, pero no es justo, yo quiero estar acá”.

Para Silvia, la llegada del juicio fue un factor determinante para que volvieran las agresiones con este nivel de violencia. “Me sigue amenazando, él trabaja en un taxi, me choca el auto, me persigue; nunca me dejó de molestar”, asegura y admite que durante los dos años y medio de relación que tuvieron no pudo ver lo poco sano que era su vínculo

“Yo lo conocí por el taxi, teníamos una relación normal. Él estaba separado y tenía denuncias de la ex, pero me daba una explicación y yo le creía porque estaba enamorada. Cuando me separé empezó todo esto y ahí supe que tiene restricción de acercamiento a su hijo”, precisa la joven profesional, que asegura “tener miles de denuncias” presentadas.

UN PEDIDO Y UNA NECESIDAD: PROTECCIÓN

“Ya no sé qué hacer, tengo que trabajar, no puedo estar todo el día con alguien. Tengo un solo hermano acá, también lo agredió, a mi sobrina la persiguió en la calle. Realmente pensé que con un juicio se iba a poder parar pero no, fue peor. Tengo mucho miedo”, admite Silvia, cansada, resignada y con la impotencia de no saber a quién acudir.

Es que, según cuenta, la última denuncia no sirvió de nada porque todavía no hay una orden de restricción y ni siquiera hay un botón antipánico disponible. “Me dijeron que hay diez en la ciudad, de los cuales funcionan cuatro o cinco. Me habían puesto un patrullero en la cuadra, pero no sirvió de nada; solo cuando me fui a Bahía Blanca cortó con las amenazas, pero cuando supo que estaba acá volvió a hacer lo mismo”, se lamenta.

Silvia pide, demanda, exige y necesita protección: del Estado, de la Justicia, de quién sea: “Necesito una protección, necesito saber que puedo vivir acá. No me parece justo tener que irme, no quiero eso. Quiero que él entienda de alguna manera, con la Justicia. Siempre quise ir por la Justicia, nunca lo amenacé, pero no encuentro respuestas”.

DÓNDE DENUNCIAR O PEDIR AYUDA

* Por emergencias, llamar al 911.

* Comisaría de la Mujer: las 24 horas, en Juan B. Justo 3653.

* Línea Malva 108, de lunes a viernes de 8 a 20, para consultas.

* Dirección de la Mujer: de lunes a viernes de 8 a 16, en Alberti 1518.

* Centro de Atención a la Mujer Maltratada: lunes, miércoles y viernes de 14.30 a 17, en Larrea esquina Salta (472-0524).

* EnRed: en el 9° piso del Banco Provincia, de San Martín y Córdoba. Mail: redviolenciasabusotrata@gmail.com (156-017711).

* Línea 144 del Consejo Nacional de las Mujeres: las 24 horas.

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20/05/2016