Viernes 29 de marzo | Mar del Plata
11/09/2020

Docentes: “La pandemia nos empujó a la virtualidad y creció la empatía”

Las comunidades educativas se unieron para dar respuesta a la emergencia sanitaria. En el Día del Maestro y la Maestra, el relato de quienes siguen educando.

Docentes: “La pandemia nos empujó a la virtualidad y creció la empatía”
(Fotos: Qué digital)
Alina Rodríguez Martín

Por: Alina Rodríguez Martín

A quince días de que iniciara el ciclo lectivo 2020 el avance de la pandemia del coronavirus en el país hizo que las autoridades suspendieran las clases presenciales. Lo que al principio significó una medida extraordinaria, con el paso del tiempo cambió la forma de concebir la educación. Y fue ahí donde la vocación docente cobró más sentido ya que las y los maestros tuvieron que adaptarse a la virtualidad y fueron encontrando cuál era la mejor herramienta para “sostener el vínculo más allá de lo pedagógico”. ¿Cómo atraviesa la nueva realidad a los distintos niveles educativos? ¿Qué rol cumple en este momento el servicio alimentario? ¿Qué dificultades lograron atravesar las y los docentes en Mar del Plata?

En el Día del Maestro y la Maestra, Qué digital conversó con docentes y directivos que se desempeñan en los distintos niveles educativos para conocer los desafíos que presenta la pandemia, fundamentalmente en comunidades con necesidades y donde la conectividad se transformó en un obstáculo a superar: casas con un solo dispositivo que debe ser compartido por más de un alumno y servicios de internet limitados hicieron buscar diversas alternativas por parte de las y los docentes. También, en este contexto, la continuidad de la asistencia alimentaria se volvió una de las importantes y fundamentales tareas.

La educación en el nivel inicial no solo es juego, aunque muchos conocimientos se adquieren con el “juego dramático”. En este sentido, la maestra de nivel inicial Mariana Fernández admitió: “Fuimos buscando propuestas significativas y enriquecedoras para ellos y que les gusten. Lo hacemos con mucho amor y damos lo mejor día a día”.

A nivel primario, la docente y directora Natalia Quintero enfatizó: “Nos costó muchísimo tratar de establecer contacto con todos los chicos de cada curso porque hay reticencia a la tecnología, y el hábito de estar en la escuela en el circulo donde se desarrollan los chicos, es nuevo para mamás, papás y nosotros el uso de tecnología”.

Por su parte, hay escuelas secundarias como la que dirige Williams Fabián Montechiesi en las que además de educar se forjó la solidaridad y empatía. “En marzo la pandemia nos empujó a trabajar de esta forma virtual, para lo cual no hicimos ningún curso. Esto generó en el docente un compromiso terrible para poder llegar al chico”, sostuvo y agregó: “Esto es una manera de educar rara, es una escuela nueva”.

DÍA DEL MAESTRO Y LA MAESTRA
A comienzos del siglo XX, y como resultado de la universalización de la educación, surgió la idea de conmemorar la labor docente, y en 1943 la primera conferencia de ministros y directores de educación de las repúblicas americanas propuso una fecha unificada para todo el continente y se eligió el 11 de septiembre, aniversario del fallecimiento de Domingo Faustino Sarmiento

NIVEL SECUNDARIO: EL COMPROMISO “TITÁNICO” DE DOCENTES

En el barrio Autódromo funciona la Escuela Secundaria N°12 a la que asisten estudiantes de 11 a 19 años. En medio de la pandemia, las necesidades hicieron que la comunidad educativa se fortaleciera, y gracias a las donaciones y al complemento del servicio alimentario lograron incrementar la matrícula a 470 estudiantes. Como rotuló el docente y director Williams Fabián Montechiesi,  “quien llega a la 12, se encariña”.

Desde febrero el equipo docente mantuvo reuniones para delinear el ciclo lectivo con “unas lindas expectativas”. La escuela entró en el Programa Argentina Unida por el Trabajo y la Educación para que sea acondicionada y buscaban abordar proyectos para trabajar problemáticas sociales y un programa de educación emocional.

Pero al 16 de marzo las y los docentes se vieron inmersos en una realidad nueva: “La gente estaba con miedo, docentes sacaban licencias por ser población de riesgo o por tener hijos chicos. Previo al anuncio ya suspendimos las actividades”, recordó Montechiesi. Y explicó que ahí empezaron a trabajar sobre tres ejes: continuidad pedagógica, servicio alimentario y vinculo con las chicas y los chicos. “Esto era nuevo, pensamos que duraba 15 o 20 días y nos encontramos con el mes de septiembre trabajando de esta forma”, destacó.

Día del maestro

-¿Cómo vienen trabajando desde marzo?
– Trabajamos el vínculo desde la continuidad pedagógica pero sobre todo el servicio alimentario. La escuela está inmersa en un barrio periférico de la ciudad y la gente tiene una necesidad desde el punto de vista socio económico importante, son personas muy vulnerables. En el servicio alimentario empezamos con 44 bolsones y hoy estamos entregando entre 170 y 220. Realmente eso es lo que sostuvo la matrícula y lo que abrió las puertas de la escuela a la comunidad. La escuela tiene una matrícula de 470 alumnos, que por todo este trabajo aumentó, antes era de 420. La sostuvimos y la aumentamos.

– ¿Cómo se organizaron para garantizar la continuidad pedagógica?
– En un principio evaluamos diferentes propuestas entre los profes para ver cuál era el vínculo y la herramienta que era más útil para nosotros. El 95% de los profes se armaron grupos de WhatsApp, ya que el classroom funciona en lo que son los ciclos de nivel superior porque los chicos tienen más cancha. Lo que se dificulta es la conectividad porque hay un solo dispositivo en la casa, porque cuando la gente empezó a salir a trabajar ese dispositivo salía y volvía a las 19 y esto modificó nuestro horario de trabajo. Generalmente, los chicos se conectan después del mediodía. En el caso de nuestra escuela fuimos buscando estrategias y hablando con cada chico para ver cuál era el mejor canal para llegar y eso fue que hizo que funcione.

-¿Cuentan con el servicio de bolsones de alimentos?
-Somos una escuela que no funcionamos con comedor, nosotros tenemos el servicio de “Merienda Reforzada” con el que arrancamos con 120 cupos simples y 44 cupos dobles. En marzo comenzamos con 44 bolsones de alimentos, esto con una matrícula de 430, y nos dimos cuenta que por el miedo y la falta de trabajo la gente demandaba más. En nuestro caso como dice uno de los docentes ‘no es gente que cayó en la lona, sino que está fuera de la lona’.

– Ante esta crítica realidad ¿qué hicieron?
-Esto nos hizo ver la situación en la gente y creció la empatía en nosotros. Por eso empezamos a trabajar en ver cómo hacer crecer los cupos. Hicimos notas y cartas de pedidos a diferentes empresas. Desde el mes de mayo – junio están colaborando muchas empresas y se logró incrementar el cupo.

“Estas donaciones hicieron que la gente se acercará a la escuela y creciera la matricula. Es un sostén fundamental para que los chicos puedan transitar un poco mejor la pandemia”.

– Una vez que tienen las donaciones ¿cómo se organizan para distribuir?
– En principio arrancamos cinco docentes porque la mercadería era poca y hoy somos un equipo de más de 30 docentes que estamos trabajando en el servicio alimentario más la continuidad pedagógica. Muchas veces llega la mercadería y otras las vamos a buscar nosotros, se armaron equipos. Hemos hecho también un roperito para donar ropa, pero en estas últimas dos entregas no entregamos por la situación epidemiológica, para evitar que entre la gente a la escuela.

Hay docentes que se encargan del armado de bolsones. La mercadería llega a granel y hay un aula de la escuela que se transformó en un receptáculo de cajas, porque al principio no llegaban las bolsas y era más fácil armar los módulos en cajas que recolectamos nosotros. Hay cuatro o cinco que se encargan de contar la mercadería y se arman.  Otros se encargan de armar los bolsones de cebolla y papas, otros del tema de la ropa.

– ¿Y en cuanto a la entrega?
-Hace una fila afuera de la escuela, entregamos números a la familia para que no haya problemas como sabemos que hubo en otros establecimientos. Las entregas comienzan hasta las 10 de la mañana. Hasta el mes de junio hacíamos dos entregas en forma mensual, cada 15 días e íbamos alternando con productos frescos que íbamos sumando. Hoy por una cuestión epidemiológica hacemos una entrega por mes. La consejera escolar Verónica Castro nos logró aumentar el cupo a 170 bolsones, no alcanza pero suma. Tomamos nota de cada familia y después se confecciona la planilla que se eleva al SAE para que quede registro de la mercadería que se entregó.

– ¿Cuál es el rol docente en medio de una pandemia?
-Con esto se ve reflejada cuál es la tarea que tiene el docente. La tarea docente en un principio es educar, pero bueno en este contexto creo que ha crecido la empatía. En marzo la pandemia nos empujó a trabajar de esta forma virtual,pero para esto no hicimos ningún curso, algunos habían hecho cursos de TICs pero en el caso mío soy medio neófito con esto de la tecnología. Esto generó en el docente un compromiso terrible para poder llegar al chico y generar un vínculo. Hay que tener en cuenta que hay cursos que no tuvieron ni un día de clases presenciales y no han conocido a sus docentes. Esto es una manera de educar rara, es una escuela nueva. Creció la empatía, el amor por los chicos.

– ¿Cuáles son las mayores dificultades que tuvieron que atravesar?
-Creo que es la incertidumbre. No saber cómo y cuándo va a pasar. Somos docentes y formamos parte de la sociedad y tenemos las mismas dificultades que los chicos y las familias. Hay docentes que no llegaron a completar sus cargos y se encuentran en la pobreza, esto genera ansiedad y malestar. El uso de la tecnología y no contar con los dispositivos. Por medio de la Jefatura Distrital pudimos hacerle llegar a algunos docentes teléfonos móviles. También el armado de los módulos de la continuidad pedagógica porque cuando no hay explicación presencial es más complejo entender. Tuvimos que desarrollar más la imaginación, todos trabajamos mucho más de lo que es la educación presencial.

NIVEL PRIMARIO: MANTENER EL VÍNCULO MÁS ALLÁ DE LO  PEDAGÓGICO

La Escuela Primaria “Almafuerte” N°38, ubicada en Moreno al 7300, tiene una matrícula de 551 estudiantes  de los cuales hay 20 que pertenecen a proyectos de inclusión y unas 60 personas trabajan en la institución. Natalia Quintero, docente y directora compartió cómo se vienen organizando y lo fundamental que fue “entender las distintas realidades sociales, económicas y psicológicas”. A su vez, reconoció que la comunidad educativa se fortaleció y, más allá de lo pedagógico, prevalece sostener el vínculo con cada alumno y alumna.

“En una primera instancia pensando que no iba a ser tan extenso empezamos contactando por el Facebook de la escuela a las familias, a partir de ahí se compartían las secuencias de actividades semanalmente”, indicó. Pero las medidas de aislamiento se fueron extendiendo y hubo que adaptarse. “Empezábamos a ver dificultades en la conectividad y el hecho de que las familias no manejaban mucho la tecnología para subir las actividades lo cual nos lo expresaban cuando entregábamos cada 15 días la mercadería”, aseguró.

-¿Cómo se organizaron cuando detectaron los problemas de conectividad?
– Una de las claves del equipo directivo y docente fueron las reuniones para determinar qué estrategia era la mejor para implementar. Las chicas lograron tener todos los contactos para poder armar grupo de WhatsApp y compartir con las familias las actividades y seguimos compartiendo las secuencias por Facebook. Las familias decían que no tenían internet fijo sino prepago y muchas tienen dos hijos mínimo con un solo dispositivo para manejar.

Quintero contó que antes del receso invernal lograron contactarse prácticamente con todos las y los estudiantes. “Con el equipo de orientación escolar llegamos al domicilio y logramos acercar las tareas en formato papel para los que no tiene conectividad”, subrayó.  En este sentido, afirmó que a esta altura las docentes pudieron armar un cronograma respetando las horas de las aéreas, trabajando de manera articulada con los profesores a través de videollamadas, Zoom o Classroom.

La comunidad educativa se logró acomodar y va más allá de los conceptos pedagógicos. Así lo entiende Natalia, que consideró que “en esta instancia lo importante es fortalecer el vinculo desde la empatía”. Esta situación hizo que la escuela se uniera mucho más y se enfocó en “entender otras realidades desde lo social, económico, emocional, psicológico porque no pensábamos que esto se iba a extender”, según expresó.

Día del maestro

– ¿Crees en una rápida vuelta a clases presenciales?
– Lo más probable que a principio de año se continúe al inicio bajo esta metodología de trabajo. La idea no es generar miedo sino para trabajar mejor los recursos tecnológicos y tratando de que las familias tengan en cuenta que esto no va a desaparecer de un día para el otro.

-¿Cómo son las recepciones de las y los alumnos?
– A veces no son diarias, las respuestas son por momentos y después mandan todo junto. Sin embargo, las y los docentes están pendientes todo el día, no solamente para la tarea sino para saber cómo está la situación en la casa, si hay algo que necesitan.

“Este trabajo silencioso y de hormiguita que lleva adelante el equipo docente hay que reconocerlo y agradecerlo”.

-¿Cuentan con servicio alimentario?
-La escuela contaba con servicio de merienda, pero en esta situación extraordinaria se comenzó a dar una ración de alimentos en bolsones que se entregaban quincenalmente. En esta situación de la circulación comunitaria se hace doble ración de entrega por alumno en el mes.

-¿Cómo se organizan?
-En concreto, la directora convoca a las auxiliares para la higiene de la institución antes y al terminar con la entrada de la mercadería. En la galería de la escuela tenemos todo armado con un dispositivo de distribución con un adulto atendiendo el protocolo que nos baja Provincia. Un adulto por sector para poder ir embolsando y dispuestos en un lugar donde no tienen acceso ni madres, ni padres. Las chicas trabajan con una planilla donde se registra quiénes fueron a retirar. Está todo organizado por Facebook, con un cronograma por horarios según cada curso.

-¿Qué dificultades atravesó el equipo docente?
-Sobre todo ponerse en el lugar de la familia pero entender cada caso particular de las y los docentes. Es todo nuevo, el encierro y no contar con el espacio de la escuela a la hora de evaluar. Cuando teníamos las primeras reuniones nos plateaban: “¿Cómo puedo trabajar con niños que vi solo quince días y no los conozco? No sé qué tanto hace el niño, ayuda o está la familia”. Hubo que bajar ansiedades y que va a ser un año atípico. El año que viene cuando nos reencontremos hay que pensar en articular contenidos 2020-2021.

NIVEL INICIAL: REINVENTARSE ANTE LA FALTA DE CONTACTO CARA A CARA

El Jardín de Infantes “Puntas de Arenas Gordas” N° 931, ubicado en Arana y Goiri al 2200, a pesar de la pandemia sigue funcionando gracias a la virtualidad.

La docente Mariana Fernández contó que todo se fue modificando sobre la marcha, hubo muchas pruebas y errores hasta encontrar la forma correcta para trasmitir los contenidos curriculares para niñas y niños de 3, 4 y 5 años. “Si bien se aproxima bastante, no es lo ideal porque el contacto físico en la sala, cara a cara es totalmente distinto”, sostuvo Fernández, que está a cargo de la sala de 4 años.

-¿Qué es lo fundamental para seguir?
-Acá pasan a ser fundamentales la familia. Las personas adultas toman un rol fundamental porque son quienes trasmiten las consignas. Sí o sí tienen que explicar a los chicos las actividades que proponemos, nosotras podemos sugerir y depende del tiempo que le pueda dedicar cada familia.

-¿Cómo se organizaron?
-Cada maestra eligió el medio para comunicarse con las familias. Algunas abrieron un Facebook, aunque en líneas generales está el Instagram del Jardín, el calendario y las efemérides siguen funcionando. A mí me resultó más eficaz compartir a través de WhatsApp. Armo un proyecto para todo el mes aproximadamente, que es aprobado por los directivos y se manda una actividad por día. Al principio tenía una mamá referente y después me uní al grupo y empecé a subir las actividades.

Mariana Fernández, de lunes a viernes después de las 10 de la mañana pone la actividad a través de un documento de Word con una temática en la que busca abordar todos los contenidos: matemática, medio ambiente, arte, prácticas del lenguaje, social, ciencias naturales. Después, por WhatssApp o correo electrónico, reciben las devoluciones de los trabajos que realizan las y los alumnos a través de fotos, vídeos y audios. “Las devoluciones te llenan el alma para seguir buscando, seguir creando y recibir el afecto”, señaló la docente.

“A ellos hubo que explicarles el tema de la pandemia, cada familia explicó por qué no podían salir de sus casas. Hicimos mucho hincapié en el lavado de manos, a través de canciones se les explicó los cuidados”.

-¿El jardín ofrece el bolsón de alimentos?
– Desde que en Mar del Plata se declaró la circulación comunitaria, la entrega del bolsón de comida se hace una vez por mes, al principio se hacía cada quince días. Y en el caso del jardín, se suma material práctico: papeles, tizas, elementos para dibujar o como fue para celebrar el Día del Niño que sumamos unos regalo. También entregamos semillas para que puedan armar su propia huerta. Se lleva un registro pero no a modo de control sino para hacer un seguimiento cómo está cada nene y nena en su familia y cómo sobrellevan la pandemia por el coronavirus. Cada uno es una realidad distinta. Los chicos absorben todo lo que está pasando.

Ver más: , , , , , , , , , , , , , , ,

11/09/2020