Educación: “Las escuelas fueron abandonadas por el Estado”
Quienes integran las cooperadoras de numerosos establecimientos de la ciudad realizaron durante el verano diferentes obras para iniciar el ciclo lectivo. “Debemos pagar desde las tizas hasta la lavandina”, se lamentaron.
Por fuera de la negociación salarial, y el enfrentamiento del gobierno bonaerense con los gremios que nuclean a los docentes, la realidad en las escuelas de la Provincia, y particularmente de Mar del Plata es contundente: la falta de inversión y mantenimiento lleva a que sean los propios padres y madres quienes ponen manos a la obra para que su hijos e hijas puedan asistir a clases.
“Las escuelas fueron abandonadas por el Estado que ha dejado muy equivocadamente de lado a lo más valioso que puede tener una sociedad, la educación de nuestros niños y jóvenes”, señaló David Cavilla, presidente de la cooperadora de la Escuela Secundaria Nº22 “Mariano Moreno”, que integra la Comisión de Cooperadoras de Mar del Plata y Batán, entidad que nuclea más de cuarenta de ellas.
Es que, quienes integran las cooperadoras de numerosos establecimientos de la ciudad realizaron durante el verano diferentes obras para iniciar el ciclo lectivo y así, con el aporte solidario de las familias, “colaborar para que los niños tengan todo lo que merecen de una educación pública a la que tienen derecho”.
Al respecto, David –papá de una alumna de la escuela- explicó que se sumó, justamente, por su hija y que en el camino se encontró “con gente cálida y dispuesta a trabajar con mucho entusiasmo por nuestros hijos”. “Estoy convencido que podemos construir un futuro mejor para ellos y que todo aporte por más pequeño que sea es muy valioso y contribuye a lograr este objetivo”, remarcó.
Sin embargo, también reparó en el impacto de la falta de inversión, el ajuste y el desinterés por la educación pública por parte del gobierno. “Después de cuatro años de trabajo, creo que las escuelas fueron abandonadas por el Estado que ha dejado muy equivocadamente de lado a lo más valioso que puede tener una sociedad, la educación de nuestros niños y jóvenes”, advirtió.
Pese a que la pintura, cerrajería, compra de productos de limpieza, muebles, cortes de pasto, obras en techos y baños, equipamiento tecnológico y deportivo -entre otras- son tareas que le competen directamente al Estado, lo cierto es que ante la falta de respuestas, son las familiares e integrantes de la comunidad educativa quienes garantizan “una escuela linda y en condiciones” para los alumnos y alumnas.
En relación a la importancia de involucrarse, Patricia Calderón, secretaria de la cooperadora de la Escuela Primaria Nº5, se refirió a cómo ha cambiado el rol de las entidades en los últimos años: “Antes cooperar era poder brindarles paseos, calzados y celebrar el día del niño, pero hoy lamentablemente debemos pagar desde las tizas hasta la lavandina”.
En este sentido, la consejera escolar, Eva Fernández -presidenta de la Comisión de Entidades Co-escolares, consideró que “es imprescindible” mostrar la labor de las cooperadoras “aún cuando sigue en tensión” la relación entre ambas partes, porque implícitamente “se piensa desde el Estado que estas entidades pueden realizar tareas que, en realidad, no les competen”.
“Las entidades deben poder cumplir su objetivo que es ayudar a los que más necesitan para que sigan estudiando y el Estado provincial no deslindarse de su obligación de mantener edificios en condiciones”, criticó la consejera de Unidad Ciudadana.
