El límite de cerrar una escuela por falta de seguridad
En la Escuela N° 31 de Carasa y Goñi las clases están suspendidas desde el martes. Denuncian hechos de vandalismo constantes y falta de garantías. “Salir al patio se convirtió en un acto de riesgo”, describen los docentes.
Una escuela “protegida” por alambre de púa sobre un cerco perimetral roto, descuidado, destruido. Una escuela con escasa iluminación en su exterior en medio de un barrio con denuncias de alta conflictividad social. Una escuela con paredes dañadas, con apariencia descuidada. Y una escuela, en definitiva, que llegó al extremo de cerrar porque no están dadas las garantías de seguridad para sus alumnos y trabajadores. La realidad la vive la Escuela Nº31, ubicada en Carasa y Goñi. Desde el martes los alumnos dejaron de ir a clase, y las soluciones todavía no llegaron.
Las historias de este tipo se repiten. Una y otra vez. En Mar del Plata no es la primera vez que una escuela tiene que suspender las clases por falta de seguridad. Hace siete meses fue el caso de la Secundaria Nº59 en el barrio Don Emilio. Y esta vez se da en la Nº31, del barrio San Antonio.
“Más allá del problema de infraestructura y luminarias esta escuela no tiene ni un corredor seguro sostenido, ni rondines por parte de la Policía local o bonaerense que en horarios de entrada y salida o cambios de hora garanticen que los chicos y los docentes puedan entrar tranquilos“. De esa manera la secretaria gremial del sindicato docente Suteba, Marcela Páez, describió cuál es la realidad que derivó en que el pasado martes -luego del asueto del lunes- la institución no abriera sus puertas.
En ese sentido, la dirigente remarcó que “no están dadas las condiciones para el retorno” y señaló que tras la decisión las autoridades educativas distritales “están en contacto con funcionarios locales a cargo de seguridad” con el objetivo de que se ponga en práctica un abordaje tal como se dio en aquel caso de la Escuela Nº 59. Además, precisó que en las últimas horas hubo una reunión en la escuela Nº 19, ubicada a seis cuadras de la 31, para tratar la misma problemática. Una de las alternativas que surgió de allí fue realizar una presentación ante la Fiscalía.
En cuanto a la decisión,destacó que llegó por parte de las autoridades luego de episodios de violencia ocurridos, principalmente, durante el turno tarde – noche. “Cuando cae el sol, faltan las luminarias de acceso, no tiene vidrios y no tiene el cerco perimetral”, sostuvo la docente y lamentó: “Salir al patio se convirtió en un acto de riesgo”.
Por otro lado, destacó que desde el gremio esperaban que para fines de esta semana ya hubiera soluciones y se pudiera retomar la actividad. Pero por el momento eso no ocurrió.
