El Marquesado: un proyecto agroecológico, cesión de tierras y protesta vecinal
El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) recibió 140 hectáreas en comodato desde el Estado Nacional para un proyecto productivo. Montenegro cuestionó la decisión.
El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) de Mar del Plata recibió en comodato 140 hectáreas que desde hace años no son utilizadas por el gobierno nacional, ubicadas en la zona costera sur, en el límite con el barrio El Marquesado, para llevar adelante un proyecto productivo agroecológico. Sin embargo, y a pesar de haber realizado reuniones previas con vecinos, la posesión de esos terrenos por parte de la organización derivó en rechazo público de un sector de vecinos que incluso cortó la Ruta 11 este sábado por la mañana. De qué se trata el proyecto, la posición de quienes se oponen y las afirmaciones de Guillermo Montenegro al rechazar el proyecto.
Tal como sucedió el año pasado con los trabajos habitacionales encomendados al MTE en el barrio Fortunato de la Plaza, pero ahora agudizado en medio de la campaña electoral, denuncias vecinales en torno a supuestas ocupaciones o utilizaciones ilegales de terrenos estatales por parte de la organización derivaron, en este caso, en un corte de ruta en la zona sur del distrito con cruces entre vecinos e intervención de la Policía y funcionarios municipales como el secretario de Seguridad, Martín Ferlauto y el titular de Inspección General, Marcelo Cardozo.
Mientras un sector vecinal afirma que las tierras serán “ocupadas” de manera ilegal por parte del Movimiento, desde la organización explicaron que desde hace tiempo realizan gestiones ante el gobierno nacional para obtener un permiso para desarrollar un proyecto agroecológico en las hectáreas en cuestión. Es que, al estar ubicada dentro de los dominios de la Unidad Turística Chapadmalal, esas tierras están a cargo de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE).
“Es un predio que tenía como objetivo -en un primer momento cuando se construyeron- de dotar de alimentos a los hoteles. Entonces retomamos parte de ese objeto productivo de este predio. En un momento el terreno había estado cedido a una ONG que había presentado un proyecto, pero nunca lo desarrollaron y ese acuerdo se cayó. Así la AABE nos dio la custodia del predio hasta que nosotros podamos hacer los estudios y análisis de prefactibilidad como para presentar un proyecto final“, explicó Maximiliano Álvarez, abogado de la organización, en diálogo con Qué digital.
Puntualmente, explicó Álvarez, se trata de una cesión en comodato para una unidad productiva agroecológica. “Cuando uno se asienta en un lugar y produce de esta manera, el valor que le genera al suelo es mucho mayor porque se regeneran, hay rotación de cultivos, todo un manejo que hace que el espacio se revalorice. No hay una contraprestación a cambio pero va a quedar en sí revalorizado si en algún momento vuelve al Estado en caso de no poder renovar el comodato”, sumó.
Vecinos que rechazan la decisión del gobierno nacional lo hicieron, en algunos casos, argumentando que las tierras iban a ser destinadas a un “plan de viviendas” en posición de rechazo de la llegada de nuevos habitantes al barrio. Al respecto, desde el MTE explicaron que las únicas viviendas previstas son las de las familias que estén a cargo en un futuro de la producción agroecológica.
“No es un proyecto de viviendas, pero al ser un proyecto productivo quienes lo hagan tendrán que cuidar sus herramientas, sus cultivos y necesitar estar encima de la producción. La cantidad de familias dependerá de las posibilidades de producción que tengamos, que nos lo dirá el análisis del suelo, pero proyectamos que puedan ser unas 100“, explicó Álvarez.
Respecto al rechazo de un sector vecinal, dijo que si bien hubo un “buen recibimiento” en principio, se difundió “una información malintencionada de que se iba a hacer un asentamiento y obvio que los vecinos van a accionar“, acusó.
Esa “información” fue la que luego generó no solo la acción directa dispuesta por quienes se oponen, sino también una rápida réplica en redes sociales por parte del intendente Guillermo Montenegro y de referentes electorales del Pro como Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli, quienes hicieron afirmaciones tales como que la cesión se hizo “como no se debe y de forma totalmente ilegítima”, o que “el gobierno entrega tierras nacionales a sus amigos como si fueran caramelos”.
“Con algunos vecinos habíamos tenido una reunión el jueves. Hace ruido el enojo, pero no la alegría, porque también recibimos pulgares para arriba con esto, hay quienes lo celebran. Acá vinieron vecinos muy enojados a los que se les explicó y se fueron contentos”, aclaró Álvarez sobre el diálogo previo y aseguró que también tomaron algunos planteos argumentados que recibieron respecto de la iniciativa.
“Nos plantearon que el servicio de luz de la zona no era eficiente y nosotros asumimos el compromiso de hacer las gestiones necesarias para que lo sea y hasta un análisis de la posibilidad de autoabastecernos de la energía. Si no hay servicios eficientes, haremos las gestiones para que mejoren. Vamos a acompañar ese proyecto porque acá nos estamos jugando un modelo productivo“, sumó.
Esas versiones que rápidamente circularon no solo entre vecinos sino también a nivel político, derivan para el dirigente del “temor” de sectores inmobiliarios con intereses en la zona que especulan con que un proyecto de esas características “quitará valor a su negocio”, en medio de un contexto en el que la zona sur de Mar del Plata está siendo objeto cada vez más de una segmentación hacia un turismo cada vez más elitista.
Mientras tanto, más allá de las especulaciones, lo cierto es que por el momento el rol de la organización en el lugar pasa simplemente por realizar los estudios de suelo correspondientes: “Vecinos dicen que acá no crece nada pero nosotros contamos con equipos técnicos agropecuarios que nos van a permitir hacer el diseño correcto para utilizar las tierras para producción hortícola o saber para qué tipo de producciones son aptas”.
