Jueves 18 de abril | Mar del Plata
10/07/2018

El represor César Garachico, internado sin custodia ni pulsera

El expolicía condenado a prisión perpetua en 2014 por delitos de lesa humanidad y con domiciliaria en Mar del Plata desde noviembre, ingresó al área de Unidad Coronaria de la Clínica Colón.

El represor César Garachico, internado sin custodia ni pulsera
(Foto: archivo / Hijos La Plata)

El represor Julio César Garachico, que permanece con arresto domiciliario en Punta Mogotes, ingresó el domingo por problemas de salud al área de Unidad Coronaria de la Clínica Colón, donde aseguran que permanece internado sin su pulsera correspondiente ni vigilancia.

El expolicía, oficial principal de la Unidad Regional La Plata de la bonaerense durante la última dictadura cívico-militar, está condenado a prisión perpetua desde 2014, y goza de domiciliaria en la ciudad desde noviembre. Además, está implicado en otras causas aún sin sentencia por delitos de lesa humanidad.

En ese contexto, según pudo saber QUÉ Digital, trabajadores y pacientes de la Clínica Colón aseguran que el represor, que ingresó el domingo por problemas cardiovasculares, se encuentra internado sin la vigilancia ni las medidas de seguridad correspondientes, además de que advierten que se sacó la pulsera electrónica.

En 2006, Garachico, que por ese entonces vivía en libertad en Puerto Madryn, fue señalado por Jorge Julio López como uno de sus torturadores en el Centro Clandestino de Detención de Arana. A partir de allí, el represor se fue de la ciudad y se mantuvo prófugo hasta 2012, cuando fue detenido en Mar del Plata.

Desde ese momento permanece imputado en la causa como partícipe necesario en los secuestros, tormentos y homicidios de seis personas en el Pozo de Arana, como también por la privación de la libertad, tormentos y tentativa de homicidio en el caso de Jorge Julio López.

Además, en 2014 fue juzgado y condenado, junto a otros 14 represores, entre ellos Miguel Etchecolatz, su ladero en la Policía Bonaerense, por delitos de lesa humanidad cometidos en el Centro Clandestino de Detención “La Cacha” que funcionó en Olmos. Precisamente, Garachico fue condenado por los homicidios de Marcelo Bettini y Luis Bearzi, ocurridos en noviembre de 1976.

Además Garachico es acusado por organismos de derechos humanos de ser quien, en su rol de oficial principal de la Unidad Regional La Plata de la bonaerense, liberaba zonas para que la Concentración Nacional Universitaria (CNU- fuerza de choque del peronismo de derecha) pudiera perpetrar sus secuestros y asesinatos.

Sin embargo, desde 2017 está de vuelta en la ciudad, en su vivienda Nápoles 3626, gracias a la prisión domiciliaria que le otorgó el Tribunal Oral Federal 1 de La Plata, a través del voto positivo de los jueces Germán Castelli y Alejandro Esmoris (el juez Pablo Vega votó en contra). Y más allá de los recurso de apelación presentados por los fiscales generales de la Nación, Rodolfo Marcelo Molina y Hernán Schapiro, que fueron rechazados durante este año por la sala I de la Cámara Federal de Casación Penal.

La domiciliaria, según denunciaron desde la agrupación Hijos La Plata, se le concedió a partir de que el represor manifestó a uno de los jueces que tarda “una hora y media en bañarse”, por lo que debía otorgársele la domiciliaria por una cuestión de “dignidad humana”. No obstante, según el mismo comunicado, la medida se tomó a pesar de un informe psico-físico realizado por el Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema en el cual se destacaba que los problemas de salud del represor (obesidad mórbida, hipertensión arterial y alteraciones de la glucemia) pueden ser atendidas en cárcel común.

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10/07/2018