Martes 23 de abril | Mar del Plata
11/06/2016

Equinoterapia: caballos que sanan

La actividad utiliza al animal como instrumento terapéutico para la rehabilitación de pacientes con diversas patologías. En Mar del Plata, el centro “El Alba” dedica cuatro días de la semana a realizar esta terapia.

Equinoterapia: caballos que sanan
(Fotos: Nico Dunrauf)

Tener un hijo con alguna discapacidad no es una tarea sencilla para los padres. Muchos de ellos dedican sus días completos al bienestar de los chicos, probando diferentes tipos de terapias, tratamientos y visitando a un sinfín de médicos. El objetivo siempre es visibilizar el progreso, que sus hijos puedan sentirse un poco mejor.

De diferentes formas un grupo de familias desembocó en el centro de equinoterapia “El Alba”, y descubrieron allí un espacio donde no sólo sus hijos progresan día a día y son realmente felices, sino también un lugar de encuentro con otras personas que están viviendo su misma situación. Un centro de apoyo grupal, de felicidad compartida por el progreso del otro donde además se gesta una amistad fundada en las bases de vivir una misma realidad que –a veces- los demás no comprenden.

“Vamos a acariciar a Talco y después nos subimos, ¿querés?”, le dice suavemente Silvina Selser a Natanael, un chico que realiza su tratamiento en el centro de equinoterapia. Mientras Natanael duda si subirse o no sobre el caballo Talco, amagando con treparse sobre su lomo y golpeándolo sin intención, el animal permanece inmóvil. No se queja, no relincha, no se mueve. Da la sensación de que intenta brindarle toda la confianza que Natanael necesita para subirse a él.

Un poco más lejos, los chicos sobre los lomos de los caballos se divierten junto a sus terapistas que trabajan para progresar con los diagnósticos particulares de cada uno de ellos. “Es su momento de felicidad, le encanta venir acá”, comenta el padre de una joven con retraso madurativo.

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El centro de equinoterapia “El Alba” funciona hace 15 años en el Barrio El Tejado de la ciudad (Ruta 2, kilómetro 393); los profesionales trabajan allí con todo tipo de patologías. “La equinoterapia es una actividad que consiste en aprovechar los movimientos propios del caballo para generar mejoras en los jinetes a nivel psicofísico”, explica la coordinadora y miembro de la Asociación Argentina de Actividades Ecuestres para Discapacitados, Silvina Selser.

Alrededor de cien personas reciben tratamiento en el centro con diferentes diagnósticos como autismo, Síndrome de Down, parálisis cerebral, entre otros. El factor común en todos los tratamientos es la utilización del caballo como mediador terapéutico, después se planifican diversos programas según cada discapacidad. “Nosotros tenemos un equipo interdisciplinario formado por un terapista ocupacional, una maestra especial, una psicóloga, un instructor de equitación y auxiliares de pista. Todos juntos organizamos los planes acordes a cada caso”, comenta Silvina.

El segmento por edad de personas que pueden realizar esta terapia es muy amplio. “Empezamos con bebés a partir de 45 días siempre acompañados por un profesional y auxiliares, y también tenemos adultos mayores. Hasta el año pasado asistía un abuelo de 90 años, tenía un buen estado físico y mucho equilibrio. Disfrutaba venir plenamente”, relata la coordinadora y fundadora del centro. Los tratamientos se realizan de forma anual, aunque generalmente duran varios años ya que es una actividad que no tiene un límite porque una vez finalizada la parte terapéutica el paciente puede insertarse en el área deportiva.

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Los caballos en su mayoría son regalados. Cuando llegan al centro son entrenados para que no se asusten, sean capaces de soportar gritos, pelotazos, se acerquen a la rampa y sobre todo para que sean pacientes. “La comunicación con los caballos es esencial para poder conocer con quienes estamos trabajando, es muy importante saber cómo piensa o lo que siente para poder anticipar la reacción y prever accidentes”, explica Silvina.

Los caballos son animales de manada, con jerarquías claras lideradas por un animal dominante. Por lo tanto son animales sociales que establecen vínculos de unión con individuos de su propia especie y con otros animales, incluidos los humanos. A través de los relinchos y el lenguaje corporal, humanos y caballos se comunican.

“Hace unos años concurría al centro un nene que no quería subirse a los caballos. De solo verlos comenzaba a gritar y patalear. Después de varios meses sin lograr ningún avance, un día el nene le abrió los brazos a nuestro caballo Motivo. Lo acercamos con su silla de ruedas, se abrazó a él y se subió. Se eligieron entre los dos, no formamos parte de esa relación, fue algo entre ellos“, relata Silvina mientras observa cómo los chicos junto a su equipo realizan actividades.

Respecto a su trabajo, asegura que es “una profesión sumamente gratificante, agotadora pero gratificante cuando se ven los progresos de cada persona”. Desde muy chica practica equitación y una vez finalizada la escuela decidió dedicarse a la docencia. “Uní mis dos pasiones que son los caballos y los niños”, dice.

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Mientras uno de los chicos peina a un caballo, otro forma burbujas y otro un poco más lejos juega con su terapista, los padres un poco apartados conversan mientras comparten un mate. De vez en cuando los hijos los miran y se escucha un “muy bien, hija/o”, acompañado de una sonrisa. Allí se vive un clima de superación y de fuerza de voluntad, pero sobre todo de felicidad al ver el avance día a día en la salud de cada uno de los chicos que asisten al centro de equinoterapia.

¿POR QUÉ LOS CABALLOS?

El caballo tiene una temperatura de 38º, y al elevar el ritmo, aumenta la temperatura progresivamente. Esto genera que el calor corporal actúe como distensor de la musculatura del jinete. Además, el ritmo frecuente y constante del caballo al caminar provoca que se regule la respiración y el ritmo cardíaco. También el movimiento tridimensional del animal cuando camina (hacia adelante, atrás, los costados, arriba y abajo) produce en la pelvis del paciente un movimiento basculante que genera que el cuerpo tenga reacciones de enderezamiento y equilibrio.

Los beneficios no son solo a nivel muscular ya que también mejora el ingreso de aire a través de la expansión del diafragma al ir erguido sobre el caballo, esto permite que ingrese una mejor oxigenación. Así personas que tienen problemas con el babeo o deglución comienzan a progresar durante la monta.

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11/06/2016