Equinoterapia, en riesgo: “Nos da bronca, los nenes están avanzando”
Ante las demoras en las autorizaciones por parte de IOMA, los gastos son absorbidos por los profesionales y peligra el tratamiento de 14 nenes y nenas que acuden al Centro “El Alba”.
El Centro de Equinoterapia “El Alba” permanece en estado de alerta al cumplirse siete meses de demora en relación a las autorizaciones del Instituto Obra Médico Asistencial (IOMA), necesarias para garantizar el tratamiento los de 14 nenes y nenas que acuden al lugar como pacientes de la obra social.
Silvina Selser, directora del centro, le contó a QUÉ Digital acerca de la situación que está atravesando el dispositivo de atención para aquellas personas que encuentran en los caballos y la guía de 22 profesionales una forma de sanar. “Nos da bronca, los nenes vienen avanzando”, lamenta.
El origen de los reclamos con la obra social estatal se remonta a siete meses atrás, cuando desde el centro presentaron la documentación en tiempo y forma para comenzar a gestionar la renovación de las prestaciones y recibir las autorizaciones correspondientes para poder facturar los 400 mil pesos que demanda la atención de los niños y niñas.
Sin embargo, ante la demora y la incertidumbre en torno a quién se hará cargo de la deuda que se acumula -y que en muchos casos es absorbida por el Centro y a veces también por los propios profesionales- y de la situación de ahogo a la que indefectiblemente se llegará en algún momento, la problemática de “El Alba” llegó incluso semanas atrás al Concejo Deliberante, donde el concejal Mario Rodríguez se hizo eco de los reclamos.
“Nosotros en diciembre presentamos todos los presupuestos para las renovaciones de las prácticas de equinoterapia de los pacientes de IOMA, que son 14. Hasta junio no recibimos respuesta de ninguna aprobación, por ende no pudimos facturar nada de esos 14 nenes porque no llegaban las autorizaciones. Después de seis meses me pidieron que argumente por qué coinciden los horarios de los nenes; entonces, tras presentar eso y las quejas, llegaron nueve autorizaciones”, comenzó su relato Selser, en diálogo con este medio.
“Ya pasaron siete meses y el problema es que impositivamente no podemos facturar 400 mil pesos. Si lo hacemos igual, tengo que pasarme de categoría y especular con que IOMA pague en 30 o 60 días, pero se ha demorado hasta un año en los pagos. Tendríamos que absorber los gastos del pasaje de categoría por un error de ellos, un problema que ellos generaron con una abusiva demora en la actualización”, agregó.
Ahora, a la demora en las autorizaciones, se suma la incertidumbre respecto al cobro de las prestaciones que sí pueden facturar. Y por ese motivo, el equipo del Centro “El Alba” evalúa los pasos a seguir. “Estamos evaluando si vamos a seguir con IOMA o si vamos a achicarnos porque no nos cierran los números. Estamos viendo la posibilidad con contadores y abogados para ver cómo hacer. Si damos de baja esas prestaciones, los dejamos a la deriva por culpa de las burocracias de IOMA que no se hace cargo de nada. Nos da bronca porque los nenes vienen avanzando con la continuidad de sus tratamientos. Otra sería pasarnos de categoría, ¿pero quién va a pagar esos gastos? Y además cuando IOMA pague el año que viene vamos a terminar cobrando la mitad porque el costo de vida va a cambiar”, insistió.
Asimismo, y teniendo en cuenta la coyuntura económica y la situación particular con IOMA, la referente del centro de equinoterapia destacó el compromiso de quienes se desempeñan en el lugar, ya que en muchos casos son los propios profesionales quienes afrontan los gastos: “Hoy una bolsa de avena la pagamos 300 pesos y quizás el mes que viene se va a 500; entonces nosotros estamos absorbiendo aumentos que ellos no van a pagar. Esa es la situación terrible que estamos atravesando”.
“Tenemos que resolver qué hacer con la continuidad de IOMA, el tratamiento de los chicos y cómo se absorbe el cambio de categoría para poder facturar. Lo determinaremos esta semana. Porque si vamos a absorber todos los gastos vamos a terminar cerrando, sí o sí, y es lo que tratamos de evitar en este momento”, concluyó sobre lo que serán las gestiones que se realizarán en los próximos días.
El centro atiende cerca de 110 personas, para las que cuenta con un total de 22 personas trabajando en pista de manera profesional, con una kinesióloga, una terapista ocupacional, maestras especiales, instructores de equitación, psicólogos y algunos auxiliares.
Actualmente, el espacio se financia únicamente con lo que cobran de las obras sociales que cumplen con los pagos en tiempo y forma. “Habrá un 1% que paga bien, las otras tienen demoras de 60 o 90 días y así estamos, sacando de nuestros bolsillos para estar al día, para no deberle a nadie, para que los caballos coman todos los días, para que los profesionales cobren todos los meses”, concluyó Selser.
