Etchecolatz, de vuelta a la cárcel
A las seis de la mañana, casi quince horas después de que Casación le revocara la prisión domiciliaria, el genocida fue subido a una camioneta del Servicio Penitenciario desde el Bosque Peralta Ramos con destino al Penal de Ezeiza.
Pocos minutos después de las seis de la mañana de este sábado, unas quince horas después de que la Cámara Federal de Casación Penal le revocara el beneficio de la prisión domiciliaria, el genocida Miguel Etchecolatz fue subido a un móvil del Servicio Penitenciario Federal (SPF) en su casa del Bosque Peralta Ramos para iniciar su traslado a la cárcel de Ezeiza.
En la tarde de este viernes, minutos después de las 15, los magistrados Juan Carlos Gemignani, Mariano Borinsky y Gustavo Hornos dieron a conocer la resolución que da marcha atrás con la prisión domiciliaria que desde fines del 2017 Etchecolatz estaba cumpliendo en su casa del Bosque Peralta Ramos.
Inmediatamente un nutrido grupo de vecinos se hizo presente frente al domicilio del genocida, como así también el juez del Tribunal Oral Federal N° 1 de La Plata Pablo Vega, quien en diálogo con QUÉ Digital ratificó la posibilidad de que la defensa de Etchecolatz recurra a la Corta Suprema para dar marcha atrás con la resolución en busca de que el hombre de 88 años pueda regresar al Bosque de Mar del Plata.
También organismos de Derechos Humanos y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo filial Mar del Plata, Ledda Barreiro, se acercó al lugar y le atribuyó a los vecinos el “mérito” de haber “echado” a Etchecolatz del barrio.
Durante las horas siguientes hubo distintos movimientos en el frente de la vivienda del Bosque Peralta Ramos, con personal de Prefectura custodiando la entrada. Pasaron autoridades judiciales y personas no identificadas. Además, una reducida guardia de prensa -de la que participó QUÉ Digital– se formó desde temprano y hasta la mañana de este sábado a metros de la casa del genocida, para registrar su salida.
Transcurrida toda la tarde y la noche, pasadas las 6 se dispuso el operativo de traslado con un móvil del Servicio Penitenciario Federal, uno de Prefectura y otro del Grupo Especial de Intervención (GEI) -además de cinco policías bonaerenses y otros cinco efectivos de civil-, que escoltaron al genocida. Entre el abucheo de los vecinos, que esperaron hasta que el represor fuera subido al móvil, Etchecolatz dejó la vivienda en la que gozó del beneficio durante más de dos meses para subirse al móvil del SPF.
Las unidades partieron momentos después en dirección a la avenida Mario Bravo para emprender los más de 450 kilómetros de viaje hasta la cárcel de Ezeiza, donde Etchecolatz seguirá cumpliendo su prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad.
