Etchecolatz en Mar del Plata: “Queremos que vuelva a la cárcel”
Vecinos realizaron una caravana y señalización en el Bosque Peralta Ramos para repudiar la presencia del represor, que fue beneficiado con el arresto domiciliario. “Parece que no hay democracia”, denunciaron.
En el marco de las distintas actividades organizadas para repudiar la presencia del represor Miguel Etchecolatz en Mar del Plata -quien fue beneficiado con el arresto domiciliario y se encuentra cumpliendo sus condenas por crímenes de lesa humanidad en una vivienda del Bosque Peralta Ramos– este viernes por la tarde un numeroso grupo de vecinos realizó una caravana por la zona sur, hasta la puerta de la casa del genocida.
Fueron vecinos del Bosque Peralta Ramos, y de otros sectores de la ciudad, quienes espontáneamente lanzaron la convocatoria, en medio de las distintas actividades previstas para este fin de semana, como la marcha convocada por los organismos de derechos humanos para este sábado en el centro de Mar del Plata y el “siluetazo” para el domingo.
En auto, caminando, en bicicleta o moto, los vecinos y vecinas comenzaron la caravana en el ingreso al bosque y recorrieron los caminos del pacífico barrio con banderas, pancartas y un solo pedido: que Miguel Etchecolatz vuelva a la cárcel común, porque ni el barrio ni la ciudad (ni el país) lo quieren viviendo acá, en Nuevo Boulevard del Bosque entre Guaraníes y Tobas.
Al acercarse a la casa del genocida – quien cuenta con varias condenas por delitos de leas humanidad, fue jefe de la Dirección de Investigaciones de la Policía Bonaerense y estuvo a cargo de al menos 21 centros clandestinos de detención durante el terrorismo de Estado-, el nutrido grupo de vecinos realizó diversas señalizaciones con distintas leyendas, con el objetivo de advertir a marplatenses y turistas acerca de la llegada de este vecino no deseado.
Además, la cara de Jorge Julio López invadió el bosque: el rostro del militante y albañil que en 2006 declaró como testigo directo en el juicio contra el represor y permanece desaparecido -en lo que constituye su segunda desaparición, pero en democracia- fue colocado en muchos de los árboles, como recordatorio de que ese nuevo e “inofensivo” vecino que se instaló en una de las tantas casas de Mar del Plata sabe mucho más de lo que dice.
“Venimos porque no queremos a este hombre acá, queremos que vuelva a la cárcel o a un hospital si está delicado de salud, que el Estado le provea lo que necesita, pero no lo queremos acá”, dijeron algunos de los vecinos, quienes consideraron que el beneficio de arresto domiciliario para el represor “es una burla”.
“Parece que no hay democracia o justicia, porque cualquier violador, asesino o ladrón de bebés tiene que estar en la cárcel y este hombre sí que robó, violó y torturó. Es una burla hacia la sociedad; queremos que el gobierno se haga cargo de lo que está haciendo, que nos escuchen”, sumaron los manifestantes, quienes recorrieron unas 25 cuadras desde el inicio de la caravana hasta la casa de Etchecolatz.
En ese marco, y tras el recorrido por los caminos que conforman el Bosque Peralta Ramos, la columna arribó a la puerta de la casa del genocida, donde se dispuso un fuerte operativo de seguridad para evitar cualquier tipo de incidente. Afuera, la sociedad pidió cárcel común para uno de los protagonistas de la etapa más oscura de Argentina; adentro, un represor prácticamente en libertad.
