Familia fumigada: no es prioridad para el acceso a la vivienda
A Andrea le prometieron una casa porque ella y sus hijos se enfermaron por el efecto de los agroquímicos y tuvieron que irse del barrio Hipódromo. Pero desde el Municipio, que debería controlar su uso, deslizaron que no se trata de un caso de urgencia.
– ¿Que se haya tenido que ir de su casa por las fumigaciones le da una prioridad diferente?
– Para lo que es el programa de viviendas no.
La respuesta de Martín Aiello, secretario de Desarrollo Social del Municipio, implica no solamente que Andrea deberá seguir esperando su vivienda, sin ser una prioridad, sino que para el Estado municipal el efecto de los agroquímicos no es un problema social.
En comunicación con QUÉ en la radio, el funcionario prometió otorgarle los pasajes a La Plata para que lleve a uno de sus diez hijos –seis estuvieron expuestos a los agroquímicos cuando vivía en barrio Hipódromo- a hacerse el estudio que determinará qué porcentaje de endosulfán tiene en sangre: ya sabe que lo tiene y sabe también que es un insecticida que por su alta toxicidad está prohibido en más de 50 países. “Nos ponemos a disposición de la señora”, sostuvo el funcionario.
Sin embargo, esos estudios –que se realizan en la Facultad de Ciencias Exactas de La Plata- tienen un costo de 5700 pesos, y el dinero para pagarlo Andrea no lo tiene. Para ello, no hay respuesta del Municipio, aún cuando los efectos nocivos de los agroquímicos hayan sido producto de la falta de control del Ejecutivo local.
De hecho, fue el gobierno comunal el que impulsó modificar la ordenanza que regulaba el uso de agroquímicos, en sintonía con los intereses de los dueños de los campos, cuando salieron a cuestionar la franja libre de fumigaciones de mil metros que establecía la anterior normativa votada, curiosamente, por unanimidad en el Concejo Deliberante.
Ese sector se redujo casi hasta el absurdo: se considera zona con puntos de alto riesgo sanitario y ambiental a aquellas ubicadas a 100 metros de escuelas y centros asistencia y de salud; y a las que se encuentran a 25 metros de cursos de agua, clubes, campings, villas deportivas y complejos turísticos.
Consultado por el caso de Andrea –a quien se le comprometió una vivienda para poder salir de su casa, ubicada a 50 metros de un campo de soja, Aiello dijo: “No es que le hemos prometido”. Y luego explicó: “En su momento esta señora reunía los requisitos para acceder a un programa federal de viviendas o un programa de viviendas social, en este tiempo no se han otorgado casas nuevas, porque no han bajado a Mar del Plata ningún programa”.
Enseguida, mencionó:“Desde la Secretaría de Desarrollo Social le hemos otorgado el beneficio de un subsidio por alquiler y becas de niñez más asistencia permanente por parte de la trabajadora social hasta tanto salga la vivienda definitiva”. Ese subsidio, aclaró, “es para personas en situación de calle o personas que realmente necesitan un apoyo del Municipio para poder llegar a un alquiler y vivir en un lugar digno”.
Andrea relató que sólo recibió tres cuotas de 800 pesos: “Los programas de alquiler son por tres meses, renovables por 3 meses. Si fue así, quizás hubo algún malentendido o no se puso en contacto con la asistente social. Tenemos que chequear cómo está el puntaje o cómo está ella registrada en el listado (para el acceso a la vivienda)”, aclaró.
Luego de desestimar prioridad alguna por haberse tenido que ir de su casa por el efecto de las fumigaciones –los inmediatos como dolores de cabeza severos, ojos que lagrimeaban y a uno de sus hijos le salía sangre por la nariz, más los profundos que aún no termina de conocer-, Aiello señaló que “desde el área de Salud se la ha acompañado y más allá de su situación por el tema de las fumigaciones, esta señora necesita el acompañamiento del Estado para poder resolver su situación”.
