Felizia garantizó la continuidad del Centro de Asistencia del Puerto
El flamante titular del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata se reunió con familiares de víctimas de hundimientos. Durante julio, la actividad presencial se suspende por prevención.
El nuevo presidente del Consorcio Portuario Regional Mar del Plata, Gabriel Felizia, garantizó en una reunión con familiares de víctimas de hundimientos la continuidad del Centro de Asistencia Psicosocial, Prevención y Seguridad (CAPPS) del Puerto. Durante julio no habrá actividades presenciales por prevención en medio de la pandemia de coronavirus.
A poco más de un año de su inauguración, luego de una intensa lucha de la multisectorial Ningún Hundimiento Más, luego de las dudas que generaba el cambio de gestión en el gobierno provincial y el demorado cambio de autoridades en el Consorcio, finalmente este viernes Felizia se reunió con familiares y el titular del CAPPS, Claudio Cepeda.
Felizia consideró al CAPPS “un dispositivo necesario, tanto para los familiares como para los trabajadores”, y los invitó a trabajar en conjunto a las tres partes (familiares, autoridades del Consorcio y profesionales) en un “rediseño del plan de trabajo que permita asumir los nuevos desafíos” entre los que se incluye la pandemia de covid-19, los accidentes en la actividad y la atención a familiares.
El plan de trabajo, en tanto, comenzará a delinearse en los próximos días mediante reuniones virtuales con los familiares y los profesionales que integran el CAPPS.
En cuanto a las actividades, si bien el reinicio de las actividades presenciales estaba prevista para el mes de julio, decidieron extender la suspensión de las mismas ante la continuidad de la cuarentena y la prevención de la transmisión del coronavirus, y reducir de esa manera la circulación de personas en la terminal portuaria.
En trece meses de funcionamiento, sin estar exento de cuestionamientos, el dispositivo creado con el objetivo de asistir a los trabajadores portuarios y trabajar en la prevención de siniestros ya trabajó en la primera tragedia: la desaparición de Matías Luri, un tripulante del Nuevo Viento que cayó desde la borda a 153 kilómetros de la costa. Su familia esperó novedades de la búsqueda y recibió contención en la sede ubicada en Abate y Avenida de los Pescadores.
