Grooming: “Hay mayor capacidad de atención y denuncia”
Lo aseguró el licenciado y docente de la UBA, Miguel Ángel Sorbello, tras una serie de charlas que brindó en Mar del Plata y brindó recomendaciones para prevenir el acoso sexual virtual.
El grooming es una modalidad de acoso sexual virtual a través de internet que afecta principalmente a los más chicos y que, a medida que aumentan los niveles de conectividad, se incrementan los menores que están en riesgo. A pesar de ello, especialistas aseguran que “hay mayor capacidad de atención y denuncia”.
Impulsado por el Instituto para la Igualdad de Oportunidades del sindicato de Gastronómicos (Uthgra), se desarrollaron este fin de semana una serie de charlas y talleres a cargo del licenciado y docente de la UBA, Miguel Ángel Sorbello, en el Colegio Leloir y el Centro de Formación Profesional 405.
“Es algo que existe, no involucra a todos los chicos pero a muchos sí, y el riesgo es alto. Es una situación de acoso sexual a niños y niñas a través de internet. El groomer pretende tener material pornográfico infantil porque tiene a los niños como sujeto de deseo, y lo consigue a través de formas de seducción que construye por medio de las redes sociales”, definió Sorbello.
Recientemente, el grooming fue tipificado como un delito, por lo que cada vez que son más las personas que se animan a denunciar estas situaciones: “Nuestros chicos hoy tienen todos acceso a internet. En una de las charlas que brindamos, de un grupo de 250 chicos, 4/5 no tenían teléfono. La accesibilidad es grande”, describió.
“En el último año en Buenos Aires hubo más de 25 mil denuncias. Ahora sabemos que se puede denunciar, pero hay cada vez mayor capacidad de conectividad por lo cual hay un campo más fecundo para que los groomers intenten captar víctimas. Pero también, como con la violencia de género, hay una mayor capacidad de atención y denuncia”, amplió.
En cuanto a recomendaciones para evitar el acoso sexual, indicó como posibilidades hacer que los perfiles de las redes sociales de los chicos sean privados y no públicos, y que tengan un criterio de selección para sumar amistades. “Hoy los niños y adolescentes tienen esto de conseguir muchos seguidores porque da popularidad entre sus pares. Por ejemplo una chica nos contaba que tiene 13 mil seguidores en Instagram. ¿Cómo puede ser si tiene 13 años? Hay que entender que es algo que existe; no involucra a todos los chicos pero a muchos sí, y el riesgo es alto”, remarcó.
