Jueves 25 de abril | Mar del Plata
08/01/2023

Habló el sobreviviente de la persecución policial: “Nos tiraron dos tiros”

Dio a Qué digital su versión de lo ocurrido el 25 de diciembre, mientras espera que lo citen para hacerlo ante la Justicia: “No quiero que quede así, en la nada. La Policía lo mató a Gabriel”.

Habló el sobreviviente de la persecución policial: “Nos tiraron dos tiros”
(Foto: ilustrativa / Qué digital)
Sebastián Alí

Por: Sebastián Alí

El 25 de diciembre, dos jóvenes fueron perseguidos por un móvil policial desde el barrio Lomas del Golf hasta El Martillo. Asustados, perdieron el control del vehículo, chocaron contra una piedra y cayeron al suelo: Jonathan sufrió importantes lesiones y Gabriel murió tras ser embestido por el patrullero de la comisaría quinta. Desde entonces, Jonathan aguarda ser citado para dar su versión ante algún fiscal y, mientras espera, habló con Qué digital. Las diferencias con la versión policial, su pedido de justicia y una acusación grave: “La Policía nos tiró dos tiros“. La investigación sigue a cargo de la Fiscalía de Delitos Culposos.

Jonathan, de 18 años, desde hace dos semanas carga no solo con las heridas del siniestro vial sino también con la necesidad de contar ante los investigadores su versión de lo ocurrido esa noche en Benito Lynch y Castex donde Gabriel Miracco, de 25 años, murió siendo perseguido por la Policía. En su relato -clave al ser sobreviviente y el único testigo civil del hecho- se refleja, entre otras cuestiones, un proceder policial peligrosamente alejado de los protocolos. Lo que manifiesta, además, le daría al resultado final -la muerte de Gabriel- un contexto todavía más diferente al de un simple siniestro vial fatal.

El parte policial brindado al otro día del hecho aseguraba que la persecución se había iniciado cuando el móvil que recorría el lugar “pudo advertir la circulación de un motovehículo Beta TVS de 200 cm3 a alta velocidad con dos masculinos a bordo” y que “al intentar identificarlos, quien conducía el rodado, decidió darse a la fuga” a bordo de una moto que -según se supo solo después de la muerte- tenía pedido de secuestro.

Si bien la versión oficial reconoce que la persecución se inició porque circulaban a alta velocidad y no se detuvieron a ser identificados, es decir, se desconocía que los jóvenes circulaban a bordo de una moto con pedido de secuestro, en diálogo con Qué digital Jonathan remarca, por un lado, que no habían cometido un delito y que estaban volviendo a su casa. Por otro lado, asegura que Gabriel nunca mencionó que circulaban en una moto robada pero que quizás por eso “se asustó” cuando se acercó el patrullero y decidió acelerar.

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“Habíamos ido a la casa de Gabriel, me invitó a comer y estuvimos un rato. Después se hicieron como la 1 o las 2 y ya me iba a venir para mi casa. Gabriel me dijo que me llevaba y le dije que sí. Cuando salimos por la entrada de Lomas del Golf, vino el patrullero de atrás, que nunca tiró la voz de alto ni prendió la sirena y nos empezó a correr por 10 de Febrero“, inició su relato.

LA PERSECUCIÓN

Sin embargo, a continuación, según Jonathan sucedió un hecho en medio de la persecución que habría sido determinante para su desenlace en el barrio El Martillo, en Benito Lynch y Castex: “Gabriel se asustó cuando vino la Policía, aceleró, llegamos a Benito Lynch y doblamos. Cuando pasamos Peralta Ramos la Policía nos tiró dos tiros, y ahí Gabriel se asustó más, siguió derecho y nos chocamos una piedra“.

Por el impacto, ambos salieron despedidos y sufrieron lesiones de consideración, pero el conductor de la moto murió al ser embestido por el móvil que los seguía: “Cuando nos caímos, yo salí despedido y él también, pero yo volé más lejos. Yo gracias a dios zafé, pero a Gabriel lo pisó la rueda“, aseguró.

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Tras el impacto, recuerda que quedó “medio desvanecido”, pero aún así asegura que lo esposaron, que incluso recibió golpes en las costillas y que escuchó a uno de los efectivos lamentarse al darse cuenta del estado de Gabriel: “Yo escuchaba que el policía estaba asustado y decía lo maté, lo maté“.

Desde ese día, la investigación continúa a cargo de la Fiscalía de Delitos Culposos cuyo titular es Pablo Cistoldi. Ante la consulta de este medio, desde la Justicia confirmaron que el hecho siendo investigado como un “homicidio culposo” pero que de todos modos se dio intervención a instructores del Cuerpo de Apoyo Técnico a la Instrucción (CATI) de la Fiscalía General.

Desde la Fiscalía afirman que apuntan a “preservar la objetividad y eficacia de la investigación” al considerar que además de las hipótesis de violencia policial, también otorgan similar relevancia al “trágico fenómeno de la circulación vehicular en condiciones prohibidas”, en referencia a los ocupantes de la moto.

Yo quiero que se haga justicia, porque no quiero que quede así, en la nada. La Policía lo mató a Gabriel“, concluyó Jonathan.

(Foto: ilustrativa / Qué digital)

Mientras nadie lo llama a declarar, ya sea por la muerte de su amigo o bien en la causa por “encubrimiento” que le habían iniciado desde la fiscalía de turno por circular en esa moto, las consecuencias del choque para Gabriel son importantes, más allá de que recibió el alta ese mismo día: “Tengo la clavícula salida de lugar, un corte importante en la rodilla y dos puntos en la cabeza“.

EL USO DEL PATRULLERO COMO 'ARMA'

La Comisión Provincial por la Memoria (CPM), como mecanismo de prevención de la tortura a nivel bonaerense, tomó intervención y, como parte de las presentaciones ante el Ministerio Público Fiscal y el Ministerio de Seguridad, solicitó que se aparte a la Policía Bonaerense de la investigación del caso, algo que no había sucedido en un primer momento.

En un comunicado dado a conocer por el órgano de difusión de la CPM, la Agencia Andar, apuntaron que el haber colocado a la DDI -perteneciente a la misma fuerza que los policías implicados- en los primeros momentos de la investigación “incumple con lo que dicta la normativa en estos casos incluyendo la Resolución N°1390 de la propia Procuración General de la Provincia”, cuestionaron.

Además, advirtieron que, en caso de comprobarse el dolo en el siniestro vial, “no sería la primera vez que el arma homicida en un caso de uso letal de la fuerza es un patrullero“. En ese sentido, indicaron que entre 2016 y 2022 hubo alrededor de 80 casos de “persecuciones letales”.

Asimismo, hicieron foco en la situación de General Pueyrredon, donde aseguran que en los últimos dos años el organismo debió intervenir en 12 casos de violencia policial por despliegues particularmente violentos, arbitrarios e ilegales .

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08/01/2023