“Las prisiones domiciliarias son las nuevas modalidades de la impunidad”
Lo expresaron desde la Comisión por la Memoria tras el beneficio otorgado al exfiscal Gustavo Demarchi, condenado a prisión perpetua por los crímenes de la CNU.
Tras la decisión judicial de otorgarle el beneficio de la prisión domiciliaria al exfiscal Gustavo Demarchi -condenado en 2016 a perpetua por los crímenes de lesa humanidad cometidos por la Concentración Nacional Universitaria (CNU)- desde la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) mostraron su repudio, la consideraron como “una afrenta a las víctimas y sus familiares, y a toda la sociedad argentina” y afirmaron que “las prisiones domiciliarias son las nuevas modalidades de la impunidad“.
A través de una declaración, desde la CPM dieron a conocer su rechazo a la decisión de los jueces Víctor Bianco, Alfredo Ruiz Paz y Luis Imas -que componen para este caso el Tribunal Oral Federal de Mar del Plata- y plantearon, tal como lo han realizado ante resoluciones similares, que “este tipo de decisiones desconocen los principios de memoria, verdad y justicia que nos honran como sociedad.”.
“Desde 2017 Demarchi viene pidiendo a la justicia morigeración de pena y arresto domiciliario, argumentando cuestiones de deterioro de su salud y edad avanzada. Finalmente, ese pedido fue concedido”, reseñaron y expusieron que la resolución se hará efectiva una vez que Demarchi pueda ingresar al Programa de Asistencia a Personas Bajo Vigilancia Electrónica.
“Rechazamos esta decisión que consideramos una afrenta a las víctimas y sus familiares, pero también a toda la sociedad argentina. Lamentablemente, esta decisión no es aislada sino que se da en un marco generalizado de retroceso judicial por el cual genocidas condenados luego de un justo y debido proceso, acceden a este beneficio”, apuntaron.
Y, además, desde la CPM consideraron que “las prisiones domiciliarias son las nuevas modalidades de la impunidad, como lo son también la demora en los procesos y la menor intensidad judicial para investigar y juzgar”, al tiempo que expusieron que “en reiterados casos se ha constatado que los inadecuados sistemas de control permiten a los represores circular tranquilamente por las calles y realizar distintas actividades o paseos”.
De esta manera, se sumaron a los pedidos que ya comenzaron a sucederse para que Demarchi “vuelva a la cárcel común junto con el resto de los genocidas que gozan de ese privilegio”. “Los genocidas deben terminar sus días en la cárcel. Los juicios de lesa humanidad deben acelerarse y profundizarse. Instamos a los jueces y fiscales a que sigan el camino que nos honra como sociedad: verdad, justicia y memoria”, concluyeron desde el organismo.
La resolución de los jueces dispuso hacer lugar a la prisión domiciliaria de Demarchi y “requerir su urgente incorporación al ‘Programa de Asistencia a Personas Bajo Vigilancia Electrónica‘, debiendo someterse en un plazo razonable a los tratamientos e intervenciones quirúrgicas que necesita, en especial los cuidados que demanden su ulterior rehabilitación”.
Demarchi, junto a Mario Ernesto Durquet y Fernando Alberto Otero -que fue excarcelado en abril de este año- fueron condenados a la pena de prisión perpetua en el marco del primer juicio a civiles de Mar del Plata contra los integrantes de la CNU que finalizó en 2016 y que los encontró como autores de delitos de lesa humanidad.
El juicio se centró en la “revancha criminal” que llevó adelante la CNU contra la tendencia revolucionaria universitaria del peronismo por el asesinato de Ernesto Piantoni, líder de la banda que integraba Demarchi. La serie de asesinatos, que terminó con la vida de cinco militantes y ex militantes políticos de distintas fuerzas (Enrique Pacho Elizagaray, Jorge Enrique Videla, Guillermo Enrique y Jorge Lisandro Videla y Bernardo Alberto Goldemberg), fue el inicio de una seguidilla de muertes que incluyó a otras tres personas (Daniel Gasparri, Jorge Stoppani y María del Carmen Coca Maggi) entre marzo de 1975 y febrero de 1976.
