“Las relaciones sociales presentan mayor conflictividad”
En medio del debate por la violencia, el sociólogo Enrique Romanín entiende que Mar del del Plata está ante una característica delictual diferente que encuentra uno de sus orígenes en un largo proceso de individuación a partir de la ausencia del Estado.
La seguidilla de homicidios y sus altos índices en el inicio del año, además de los numerosos anuncios realizados en torno a la seguridad, comienzan por estas horas a bajar su presencia mediática y el grado de atención, superados por cuestiones electorales. Sin embargo, el nivel de violencia suscitado en el último tiempo en la ciudad despierta un análisis más profundo y otras miradas.
El sociólogo Enrique Romanín sostiene que “las relaciones sociales están mediadas cada vez por un nivel de conflictividad mayor” y analiza que en la sociedad se empezaron a adoptar patrones de regulación y comportamiento que llevan a encontrarse con situaciones de extrema violencia.
“Estamos teniendo una violencia delictual diferente, en términos de su carácter cualitativo que muestra una intensidad muy grande y que nos exige empezar a pensar de qué modos una ciudad como Mar del Plata está empezando a enfrentar una situación que presenta paradojas”, introdujo el sociólogo en QUÉ, en la radio.
“Hay un modo de resolución de conflictos que está alcanzando un nivel extremo”, analizó. Y sostuvo:“La pregunta es en qué momento como sociedad y en una escala local empezamos a adoptar patrones de regulación y comportamiento que nos llevan a encontrar situaciones de extrema violencia. Y esto se ha construido en los últimos 20 años, no es solamente un fenómeno reciente”.
En ese sentido apuntó a uno de los desencadenantes de tal situación: “Las relaciones sociales están mediadas cada vez por un nivel de conflictividad mayor”. Y amplió: “Hoy no es solo admisible pensar una experiencia drástica como algo ocasional, hoy podemos encontrar a la violencia como una posibilidad latente en cualquier relación social que ocurra en cualquier momento del día”.
Al hacer referencia a los “muchos” orígenes de la realidad, Romanín reparó en uno, que consideró central: “Un largo proceso de individuación en el que cada vez queda más claro que la resolución de los conflictos se sitúa en nivel interpersonal. Esto muestra la debilidad de las instituciones que deben regular las relaciones entre personas y el deterioro que hemos tenido en la capacidad colectiva de resolver situaciones cotidianas y conflictivas”.
En torno a ello completó que se trata de procesos que “suponen mirar los soportes colectivos que tenemos y cómo se han ido debilitado en los últimos 20 años”.
“Hemos tenido un largo proceso en el que el Estado argentino no ha estado, es una paradoja. No se ha hecho presente y ha perdido la capacidad de regular”, consideró y puntualizó que esa “debilidad” es una “larga herencia que proviene de esto que se llama neoliberalismo y que muchas veces no se sabe qué es, que supuso una debilitación del Estado”.
