Otro comienzo de temporada con basura acumulada y olor a podrido
El verano pasado fue por el conflicto con el basural y este por la puja con el sindicato de trabajadores municipales. Van tres semanas sin limpieza y el olor nauseabundo emana de los residuos en plazas, partes y la costa.
Los empleados municipales y el gobierno de Carlos Arroyo continúan sin llegar a un acuerdo en el comienzo del 2019. El enfrentamiento llegó a un límite sin precedentes: van más de tres semanas de inactividad absoluta y total paralización de los servicios que debe brindar la Comuna; y la basura y el olor a podrido se acumula en los espacios públicos de Mar del Plata en la primera fase de la temporada.
La combinación explosiva entre más de 20 días sin tareas de limpieza, la llegada del turismo para pasar las Fiestas y los días de intenso calor, genera –al igual que en el verano anterior por el conflicto con el personal del predio de disposición final de residuos– que los parques, las plazas, la costa, el centro y los barrios estén sucios, con basura sobresaliendo de los cestos o directamente en el suelo.
La falta de tareas de limpieza, claro está, se suma a la imposibilidad de tramitar la licencia de conducir y las dificultades para obtener turnos médicos en centros de salud municipales; la inoperatividad en los cementerios, la falta de controles de tránsito e inspecciones comerciales y la traba para realizar todo tipo de trámites y acceder a los servicios que por defecto brinda la Municipalidad.
Pese a todo, tras la reunión -sin acuerdo- del jueves pasado para destrabar el conflicto en el Ministerio de Trabajo en La Plata, la próxima audiencia se fijó recién para el 3 de enero, como si Mar del Plata no estuviese en temporada. Así, como informó QUÉ Digital, no hubo controles de ningún de cara a la celebración de Fin de Año y Año Nuevo -no los hubo tampoco en Navidad más allá de los hechos por el intendente y cuatro funcionarios- y todavía en las calles hay restos de la pirotecnia utilizada el 24 y 25 de diciembre.
Muchos vecinos de la ciudad vienen expresando su malestar a través de las redes sociales, subiendo fotos con imágenes de la basura acumulada en cestos y de residuos arrojados en plazas, el sector costero y parques, exponiendo un lamentable estado de abandono.
Pese a todo, el gobierno de Carlos Arroyo sigue dando señales de poder hacerle frente a la paralización de los servicios a través de los propios funcionarios. Hace pocos días, ante la falta de mantenimiento y trabajos de higiene urbana, el presidente del Ente Municipal de Servicios Urbanos (Emsur) salió a juntar la basura en dos plazas con sus manos.
El Ejecutivo lo comunicó a través del área de Prensa con una fotografía en la que se ve a Eduardo Leitao, con guantes puestos y una bolsa de consorcio en mano, juntando la basura en la Plaza Colón antes de la llegada de la gobernadora María Eugenia Vidal para presentar (enfrente) el Operativo Sol.
Horas después, el intendente Arroyo junto al titular del Emsur y la subsecretaria de Asuntos de la comunidad, Stella Maris Marinier, colaboraron junto a un grupo de integrantes de distintas ONGs y vecinos voluntarios que se acercaron a ayudar para limpiar un sector de Plaza España.
A Marinier, en tanto, se le encomendó dialogar con las sociedades de fomento para articular tareas de limpieza en los distintos barrios de la ciudad. Algunas se sumaron y colaboraron para suplir lo genera el paro de trabajadores municipales, pero otras -en apoyo a los empleados en conflicto hace tres semanas- hasta ahora no lo hicieron.
Mientras tanto, los turistas que llegaron a Mar del Plata para comenzar el 2019 en la costa –la ocupación hotelera supera el 80%– y por supuesto los vecinos, recorren la ciudad y atraviesan calles con cestos rebalsados y el olor a podrido que se propaga.
Algunos vecinos mostraron las condiciones en las que está Plaza Mitre, con basura desperdigada sobre el césped y en los caminos. Lo mismo ocurre la Peatonal, la Plaza San Martín y a su vez en Plaza España -entre otros lugares-, donde pese a la acción realizada junto a voluntarios y las ONG, ya volvieron a acumularse residuos, algo que vuelve a dejar en evidencia un problema estructural sobre el que el Estado no ha trabajando lo suficiente: el impulso de estrategias para generar conciencia en la población en busca de mantener limpia la ciudad.
