Marcha contra el Gatillo Fácil: “Los gobiernos pasan y la represión queda”
Distintas organizaciones junto a familiares de víctimas de violencia institucional se movilizaron en Mar del Plata en la sexta edición de la marcha nacional.
Diversas organizaciones sociales y políticas junto allegados de víctimas de violencia institucional formaron parte este jueves de la sexta edición de la “Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil”, que este año se realizó en Mar del Plata con la presencia de familiares de Brandon Romero, el joven de 18 años que fue asesinado hace poco más de un mes en la Ruta 226 por un policía. “Los gobiernos pasan y la represión queda”, sintetizó el documento leído en el acto realizado frente a la Municipalidad y planteó que los casos se suceden “sin distinción partidaria y en todas las dimensiones de gobierno”.
La marcha se inició en Mar del Plata en la puerta del edificio central de Tribunales y desde allí se produjo una movilización hasta la Municipalidad, donde se realizó un acto y se leyó el documento elaborado en Mar del Plata para esta sexta edición de la marcha nacional.
“A pesar de la pandemia, el Estado no dejo de reprimir, de matar y desaparecer personas“, enunció el texto y repasó varios hechos de violencia que tuvieron como ejecutor a las diversas fuerzas de seguridad en todo el país. El caso de Brandon Romero tuvo un párrafo especial:
“El domingo 5 de julio 2020, en el actual contexto de aislamiento, social, preventivo y obligatorio, Brandon Romero fue acribillado por Pedro Arcángel Bogado, que a pesar de haber sido imputado por homicidio agravado aún sigue en libertad. En su declaración argumentó que había asesinado a Brandon en lo que dice fue ‘un intento de robo’ y el fiscal Alejandro Pellegrinelli, avanza sobre la investigación centrándose en el rol del joven, más que en el accionar de este funcionario del Estado. De esta manera, y una vez más, el poder judicial estigmatiza y criminaliza a la juventud y protege los intereses de los agentes estatales, omitiendo o encubriendo los hechos de violencia institucional”.
En este contexto, el documento oficial de la jornada denunció también las torturas y muertes en contexto de encierro. “El sistema penitenciario refleja un escenario de desigualdad social, de discriminación y de selectividad del sistema de justicia penal, que castiga a los grupos más vulnerados social y económicamente. Las cárceles funcionan como verdaderos centros de tortura, donde las personas sufren la vulneración sistemática de sus derechos”, remarcó.
También las organizaciones expusieron que “los gobiernos pasan y la represión queda”. Y sostuvieron: “Por ello nuestra denuncia no solo va dirigida a los policías, prefectos, gendarmes o penitenciarios que asesinan, torturan y desaparecen a nuestras familias, sino al Estado del que forman parte esencial”.
Entonces, plantearon que las prácticas represivas “suceden a lo largo y a lo ancho del país, sin distinción partidaria y en todas las dimensiones de gobierno” y detallaron que se registran más de 7 mil personas “asesinadas por el Estado desde el regreso de la democracia en 1983”.
En esa línea, el documento remarcó que las fuerzas estatales “matan un pibe o piba cada 21 horas, ya sea con un fusilamiento, bajo las ruedas de un patrullero o con torturas seguidas de muerte en contexto de encierro”. “Estas son solo algunas de las formas que tiene el estado de reprimir, como también lo hace con las causas armadas y las desapariciones forzadas seguidas de muerte”, subrayó.
Y otro tramo del escrito estuvo orientando al rol de los medios de comunicación hegemónicos y comerciales. “Existe una estigmatización y criminalización constante de los jóvenes de sectores populares”, señaló y consideró: “El pedido de mano dura, significa más control social y represión, más hostigamiento, más muertes, más pibes robando para la policía y más drogas en los barrios. Estas formas de represión son ejercidas por el Estado de manera sistemática y dirigidas fundamentalmente a los jóvenes de los barrios más vulnerados, donde suceden impunemente, además de asesinatos policiales y desapariciones, otras violencias”.
