Viernes 19 de abril | Mar del Plata
12/05/2019

“Mi sueño es que algún día este libro sea un registro del pasado”

La periodista especializada en temáticas de género presentó “Yo te creo, hermana” en dos concurridas y exitosas jornadas. “El libro viene a condensar el trabajo de amplificar las voces”, reconoció.

“Mi sueño es que algún día este libro sea un registro del pasado”
(Fotos: Marcela Golfredi)

La periodista Mariana Carbajal realizó este fin de semana una concurrida y exitosa doble presentación de su más reciente libro “Yo te creo, hermana” (Aguilar) en Mar del Plata. “Mi compromiso siempre ha sido a través de la práctica periodística, sintiendo siempre el privilegio de estar en un medio de comunicación. Una tiene el desafío de que la lean, vean o escuchen, pero cuando se consigue eso, la responsabilidad es muy grande y el libro viene a condensar el trabajo de amplificar las voces. Mi sueño es que algún día este libro sea un registro de lo que pasaba, un registro del pasado en Argentina o Latinoamérica”, reconoció durante la presentación.

Carbajal, quien es periodista del diario Página 12, columnista en el programa “La inmensa minoría” -que se emite por la 95.5- y pionera en el abordaje de cuestiones de género en Argentina, estuvo el viernes en el espacio cultural La Casa del Balcón, en la primera actividad organizada por el colectivo de Periodistas Feministas de Mar del Plata, una charla que estuvo moderada por las periodistas locales Triana Kossmann, Jorgelina Turdo y Andrea Pérez Calle.

Además, la presentación de “Yo te creo, hermana” continuó el sábado en el Faro por la Memoria donde también quedó inaugurada la muestra colectiva “Ni ocultas, ni olvidadas”. La periodista estuvo acompañada, en este caso, por Laura Fernández Cordero, escritora e investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet)/CeDInCI  y Julieta Montero, docente, feminista y sobreviviente.

En el marco de ambas actividades -que se realizaron siempre ante un colmado y expectante público, conformado principalmente por mujeres- la periodista habló de su último trabajo como un “reconocimiento de muchos años, de muchas luchas, de muchas compañeras, con una historia de madres y Abuelas de Plaza de Mayo, con 33 encuentros nacionales de mujeres”.

Mariana Carbajal periodistas feministas - fotos Marcela Golfredi (2)

En “Yo te creo, hermana”, Carbajal narra historias de diversas mujeres víctimas del patriarcado. A través de la primera persona, les pone voz a mujeres de diferentes edades y clases sociales que sufrieron abusos, violaciones, violencias machistas y acosos laborales e intrafamiliares. Con gran sensibilidad, la autora compone una radiografía de lacondición femenina en la Argentina del siglo XXI, en tiempos en que el feminismo crece en las calles y los casos de abuso se destapan en todos los sectores de la sociedad y adquieren tratamiento mediático.

“Hoy pensaba que nosotras nos fuimos haciendo feministas, en mi caso a los veintipico con una mamá feminista que tengo la fortuna de tener. Fui abriendo más mis ojos y cuando empezás a ver la desigualdad no podés dejar de verla”, se sinceró, al ahondar sobre la fuerza del movimiento y su crecimiento en Argentina, Latinoamérica y el mundo.

Durante el primer día de presentación que tuvo lugar el viernes, la periodista explicó que aunque el libro comprende diversas entrevistas que fue realizando a través de los años, “otras fueron hechas a partir de que decidí publicar este libro”. Los relatos -en primera persona y muy diversos: desde actrices o personalidades conocidas hasta trabajadoras, profesionales y estudiantes, de todas las edades y clases sociales- buscan ser las piezas que integran una especie de caleidoscopio.

“Reflejar la diversidad de historias, en primera persona, también fue una decisión de correrme”, compartió Carbajal respecto al formato de la publicación, en la que la periodista solo escribió la introducción del libro y dejó que fueran ellas, las mujeres e identidades feminizadas, quienes hablaran en primera persona: “Como periodista, una se siente como una mediadora”.

Fui buscando generar una geografía: del campo a lo urbano, de los pueblos más pequeños donde los casos resuenan distinto a una ciudad; o de lo que le pasa a un adolescente, que es distinto (a lo que le pasaba) a un adolescente hace 30 años.

Mariana Carbajal periodistas feministas - fotos Marcela Golfredi (4)

Ante una sala llena, la escritora confió, sobre la elección de los relatos, que el objetivo fue exponer las distintas modalidades de violencia, no solo aquellas más extremas, como el abuso sexual o los femicidios: “En el libro traté de mostrar todo eso que nos pasa por ser mujeres o por tener cuerpos feminizados, desde los ámbitos más íntimos como una casa, hasta un sindicato, la escuela, el ámbito de la política. A veces hablamos de violencias más explícitas, más reconocibles, pero también están las más veladas”.

En esa línea, Carbajal desarrolló que este tipo de violencias se traducen en “conductas inapropiadas” y situaciones que, en su mayoría, no están en el código penal como delitos tipificados. “Hablamos de otras situaciones, de hechos. La idea es mostrarlos para desandar. Mi sueño es que algún día este libro sea un registro de lo que pasaba, un registro del pasado en Argentina o Latinoamérica”, idealizó ante un público atento, entre el que estuvieron presentes Marta Montero, mamá de la adolescente Lucía Pérez, algunas de las jóvenes que denunciaron acoso dentro de la filial local de la Cruz Roja e integrantes del Centro de Ayuda a la Mujer Maltratada (CAMM), entre otros.

 “SE TRATA DE DESNATURALIZAR POR NOSOTRAS Y POR ELLOS” 

A través de su último libro, y en sus propias palabras, la autora trata de incorporar a la agenda y hablar de otras violencias, “de esas otras violencias que aún no tienen nombre”, como los chistes misóginos en las oficinas o “que te manden a servir el café cuando todos tienen el mismo rango y no sos la secretaria de nadie”. “Hablemos de qué espacios tienen las mujeres en los sindicatos o del lugar de la mujer en la política”, amplió.

Por eso, en “Yo te creo hermana” la escritora se propuso “bucear para incluir la mayor cantidad de escenas que ayudaran a pensar sobre estas violencias, a las que todavía no le pusimos nombre”. “No se trata de la denuncia por la denuncia misma, se trata de empezar a desnaturalizar por nosotras mismas y por ellos (los hombres) también, es un trabajo colectivo”, dijo.

El libro, según contó la autora, llevó unos seis meses intensos de trabajo y al finalizar el proceso de armado, corrección y edición, la periodista notó un denominador común entre muchos de los testimonios: “Cuando ya estaba listo, me di cuenta de que la mayoría de los casos quedaron impunes y eso no fue adrede, no elegí casos específicos. La mayoría quedó impune porque no se creyó”.

De alguna manera el título del libro me lo regaló (la periodista) Luciana Peker, amiga y colega, tiradora de títulos serial. Mi título era más aburrido, tenía que ver con la vida callada de las mujeres. Y Luciana me dijo: ‘Este libro se tiene que llamar Yo te creo hermana‘. Y me gustó porque condensaba, de alguna forma, esa escucha que quería trasmitir.

Mariana Carbajal periodistas feministas - fotos Marcela Golfredi (1)

Durante la charla Carbajal también comentó que ella, por su profesión y posibilidades, se siente una privilegiada porque las mujeres eligen abrirse y compartirle su intimidad. “Yo soy la agradecida de que nos encontremos una, dos o cinco veces, de revolver eso que por ahí no tenés ganas. Sin embargo el agradecimiento siempre viene siempre del otro lado, por el simple hecho de haber escuchado”, graficó, para mostrar cómo y por qué la palabra es liberadora.

“El libro me permitió acercarme a otras situaciones de violencia que también dejan marcas. Me ayudó a entender que a veces algo te puede marcar y no tiene que ver con la tipificación o gravedad de las violencias”, subrayó Carbajal al explicar que la violencia también depende del contexto y que el abuso de poder deja importantes marcas, ya que se quiebra la confianza: “Tiene que ver con la sensación de sentirse tan estafada en ese vínculo donde una depositó algo, por ejemplo, desde la admiración. Y entonces la puñalada resulta más fuerte”.

Entonces, cuando una mujer decide compartir estas historias “lo personal se hace político” y así ese mosaico, caleidoscopio o cartografía se vuelve una construcción colectiva del movimiento de mujeres, lesbianas, travestis y trans. “En la escucha empática y sorora también una aprende. Justamente lo que me gusta de mi profesión es conocer otras realidades. Y lo que me sigue movilizando son esas dudas que tengo para responder ”, concluyó.

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12/05/2019