Masacre de Luna Roja: el empresario pidió disculpas e intentó reconstruirlo
El concesionario del balneario presentó una carta en el Emtur e intentó reconstruir el homenaje después de haberlo reducido a escombros.
Días atrás el concesionario del balneario Luna Roja, Horacio Ipucha, destruyó el monumento montado sobre la entrada de la playa pública que homenajea a las víctimas de la “Masacre de Luna Roja”, ocurrida durante la última dictadura. Ahora, el empresario presentó una carta en el Emtur pidiendo disculpas e intentó avanzar en la reconstrucción del homenaje con los escombros que quedaron en el lugar.
La madrugada del 2 de agosto de 1978, en plena dictadura cívico eclesiástica militar, Lilia Mabel Venegas de Miguel, Irma Elizabeth Kennel de Medina, Ricardo Alberto Tellez, Antonia Margarita Fernández de Tellez y una persona más cuyos restos aún no fueron identificados, fueron asesinados por un comando de las fuerzas armadas que colocaron una bomba en el restaurante del balneario. En el ingreso a esa misma playa, en 2018 y al cumplirse 40 años, renovaron el monumento de homenaje que se había montado a las víctimas.
Sin embargo, la sorpresa y desazón de organismos de derechos humanos, y sobre todo de los familiares de las víctimas del terrorismo de estado, emergió este miércoles al enterarse que el espacio de memoria había sido reducido a escombros.
Ipucha, el polémico concesionario del balneario, con numerosos expedientes presentados en el Emtur por intromisiones sobre el espacio público, rápidamente presentó una carta en el ente pidiendo disculpas y alegando que se cayó sobre el homenaje una pared de piedra que él mismo había levantado sobre el ingreso público, en el marco de movimientos de tierra que realizó a metros de allí, en teoría, con autorización municipal.
Pero además, ensayó una reconstrucción del mismo con los trozos que quedaban, a pesar de que los organismos ya estaban gestionando, no solo en su reconstrucción, sino también la denuncia de los sucedido.
Cabe recordar que el monumento había sido inaugurado en 2013, dos años después de que el mundialmente reconocido Equipo Argentino de Antropología Forense reconociera los restos de tres de las cuatro personas que fueron asesinadas en la playa del sur. Tras dos ocasiones en las que había sido vandalizado, el monumento fue revitalizado el año pasado, por familiares y organismos, hasta su completa destrucción en los últimos días.
