Viernes 19 de abril | Mar del Plata
14/07/2015

Nelson Sanabria todavía espera

El hombre al que le amputaron los brazos y las piernas dice que pasados los meses, no obtiene respuestas en cuanto a una ayuda para poder tener una casa. Fue ingresado en un programa de entrenamiento laboral en la Vieja Usina.

Nelson Sanabria todavía espera
(Foto: archivo / QUÉ Digital)

La historia de Nelson Sanabria llegó a las autoridades. Después de meses de estar en su silla de ruedas, en su pequeña habitación y de tocar varias puertas, funcionarios de la Dirección de Discapacidad se acercaron y le prometieron que lo ayudarían. Pasado el tiempo, Nelson fue ingresado en un programa de entrenamiento laboral en la Vieja Usina. Ese, asegura que fue el único avance y sostiene que ve lejana la posibilidad de acceder a una vivienda en las condiciones que necesita.

“El Estado debe asistir este tipo de casos”. Algo así recuerda Nelson que le dijeron las autoridades luego de que su historia se hiciera pública. Esa asistencia, dice hoy, es lenta y siempre encuentra un inconveniente a partir de su situación de inmovilidad.

Desde un principio, Nelson dejó bien en claro su pedido: dijo no querer ayuda de la gente, dijo querer ayuda del Estado, y esa ayuda consistía concretamente en poder acceder a una vivienda en la cual poder vivir con cierta comodidad a partir de su discapacidad.

El hombre sostiene que tres meses después de anunciada la ayuda del Estado, hoy está empleado en el marco de un “entrenamiento laboral” por el que le pagan $1500 por mes. Se desempeña en la Vieja Usina y para ello todas las mañana lo pasan a buscar. Nelson dice que el puesto en el que hoy está, el de recepcionista, también contiene complicaciones, como no poder ir al baño con comodidad y tener que recibir la ayuda de un cuidacoches o una policía que se desempeñan en la zona.

Nelson dice que espera, en los próximos meses, poder acceder al empleo formalmente, ser blanqueado y así poder cobrar un sueldo que lo ayude a tener una casa. Es que casi que ya no espera tener un ayuda concreta en ese sentido. Dice que desde el área de Desarrollo Social de la Nación se acercaron para anunciarle que sobre tres terrenos municipales estaba la posibilidad de construirle una casa, pero lo descartó porque por las distancias se le hacía imposible cualquier trasladado. “Quedaban pasando el Alfar”, grafica.

Neson habla, vuelve a contar su historia del día a día y en más de una oportunidad añora “si yo estuviera entero…”. Dice que de Canal 13 lo llamaron de algunos programas y que quizás cuenten su historia. Dice que aún no descarta irse a Plaza de Mayo a empezar una huelga de hambre. Dice y pregunta si es tanto lo que pide, y mientras tanto cuenta que el mes que viene espera poder cobrar una tarjeta de alimentos que le otorgaron por $200.

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14/07/2015