Nueva caravana y protesta de repartidores en busca de más seguridad
Frente a los reiterados robos, exigen que la Secretaría de Seguridad establezca en su agenda la protección de los trabajadores de las aplicaciones.
Repartidores llevaron adelante este lunes una nueva caravana y ruidosa protesta por las calles del centro de Mar del Plata, en reclamo de más seguridad y compromiso por parte de las autoridades municipales y policiales para frenar los reiterados robos que sufren.
En más de una ocasión, en las últimas semanas los propios trabajadores de las aplicaciones de delivery fueron quienes impulsaron acciones colectivas para recuperar motos que habían sido robadas a colegas, incluso logrando el acompañamiento del encargado local de una de las aplicaciones y las fuerzas de seguridad para secuestrarlas.
No obstante, a pesar de las reuniones que llevaron adelante con autoridades locales como el secretario de Seguridad, Darío Oroquieta, la inseguridad sigue hostigando a los trabajadores que, además de sufrir la precarización, temen a diario perder la herramienta con la que noche a noche y día a día salen a trabajar.
Es por eso que, para manifestar una vez más su descontento con el miedo constante que padecen, organizaron una nueva jornada de protesta que empezó con una numerosa concentración, nada más y nada menos que en el cruce de las avenidas Luro e Independencia.
Luego, la caravana continuó hasta el habitual punto de encuentro en diagonal Pueyrredon y La Rioja -por la concentración de comercios en las inmediaciones- de los trabajadores de las tres aplicaciones que funcionan en la ciudad: Glovo, Rappi y PedidosYa.
Cabe recordar que tras la última reunión con Oroquieta, el malestar por la falta de acciones concretas por parte de los funcionarios -que para los trabajadores “siguen sin hacer nada”- se mantuvo y originó esta nueva protesta, prácticamente con las mismas consignas.
Más allá de la creación de un grupo de WhatsApp con efectivos policiales, los repartidores de las aplicaciones siguen reclamando más seguridad, que no existan “zonas liberadas” y que el accionar policial sea más eficiente para frenar los robos en los que muchas veces, además de perder su herramienta de trabajo, son penalizados por las empresas que los precarizan.
