PAMI: trabajadores vuelven a alertar por “el recorte más feroz y brutal”
Advierten por el achicamiento en la planta estable de empleados y la precarización en la que se mantienen muchos. “Tanto trabajadores como jubilados sufrimos un mismo maltrato”, plantearon.
Durante 2017 los reclamos fueron numerosos e incluso contuvieron medidas de fuerza. Pasados dos años, la realidad se mantiene por eso los trabajadores de PAMI Mar del Plata expusieron una vez más este miércoles en una convocatoria “el recorte más feroz y brutal” que recae sobre la obra social y que afecta a los trabajadores y a los afiliados a partir de recortes, precarización y falta de puestos de trabajo para responder día a día a los jubilados y pensionados.
Para los trabajadores de PAMI lo que ocurre en el organismo es “violencia laboral y prestacional”, y este miércoles volvieron a exponerla con el respaldo de las centrales obreras como la CGT y las CTA de la ciudad y los gremios que forman parte de PAMI como ATE, Utera y Sutepa,
En la conferencia de prensa realizada en la sede de Salta y Balcarce los trabajadores dieron cuenta de la “grave situación” por la que está pasando la institución “ante una de las políticas de recorte más feroz y brutal que ha sufrido en su historia”.
En este sentido, plantearon el achicamiento en la planta estable de sus empleados sin la incorporación mínima y necesaria de personal, disminución que resulta “incomprensible” si se tiene en cuenta “las extremas necesidades de los afiliados, tanto médicas como sociales”,
A ello, sumaron la situación precarizada de trabajadores contratados, que desde hace más de cinco años desarrollan tareas en la obra social sin lograr el pase a planta permanente y por lo cual sufren “de forma permanente irregularidades como ausencia de ART, de obra social, de vacaciones y capacitación, además de asumir cargas y responsabilidades laborales extralimitadas con sueldos ínfimos”, según advirtieron los propios trabajadores.
De acuerdo a los datos expresados durante la jornada, en los últimos años se produjeron jubilaciones y retiros voluntarios que sumaron un total de 150 puestos menos de trabajo que no volvieron a ser cubiertos.
Por ello, los empelados acusaron “un proceder injusto tanto para con los trabajadores, expuestos a una inusitada violencia laboral, como para los jubilados, víctimas de una atención diezmada y descompensada”. Y así remarcaron: “Tanto unos como otros sufrimos un mismo maltrato y modelo brutal”.
