Viernes 29 de marzo | Mar del Plata
11/07/2021

Pandemia en los barrios: problemáticas profundizadas y nuevas dificultades

El informe técnico del Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata se cerró con un cuarto y último relevamiento de la pandemia en los barrios.

Pandemia en los barrios: problemáticas profundizadas y nuevas dificultades
(Foto: archivo / Qué digital)

El Conicet y la Universidad Nacional de Mar del Plata presentaron el cuarto y último relevamiento del informe transdisciplinar “Monitoreo de estrategias para minimizar la circulación del covid-19 en el Municipio de General Pueyrredon“, a través del cual buscaron aportar datos relevantes para la implementación de políticas públicas. La última entrega, correspondiente a los meses de mayo y junio, signada por el avance de la vacunación, los cambios de fase y una mejor relación con el Municipio tras los recortes alimentarios de los primeros meses del año.

El proyecto se desarrolló desde junio de 2020 en el Instituto de Humanidades y Ciencias Sociales (Inhus), con financiamiento del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, y contó con la dirección de Marcela Ferrari. Constó, principalmente, en el relevamiento de información primaria proveniente de los comités barriales de emergencia y comedores o merenderos seleccionados.

En ese sentido, el cuarto relevamiento, después de los publicados en agosto, diciembre y abril abarcó nueve de los 33 CBE que funcionan en Mar del Plata y que confluyen en el Capítulo 3 de “Coronavirus, en foco: la pandemia en Mar del Plata”, de Qué digital. Con esos datos, pudieron realizar una comparación con el resto de los relevamientos y encontrar, por ejemplo, diferencias geográficas en cuanto a las principales necesidades, con salud y alimentación entre las más demandadas.

En el relevamiento de mayo, por ejemplo, observan cómo con una temporada de verano “que no cumplió con las expectativas ni impactó en mejoras generalizadas”, las necesidades volvieron a estar encabezadas por lo alimenticio. “Es decir, la disminución de la demanda de trabajo no habría estado acompañada por avances significativos que ayudaran a salir de situaciones de pobreza”, advirtieron.

En otro apartado, en lo que respecta al cumplimiento de las medidas de prevención, en el mes de mayo relevaron según la percepción de referentes de CBE que hay solo un 23% de “alto” acatamiento a las medidas, en tanto que el 61% considera que se da un cumplimiento “regular” y un 16% que la prevención es “baja”. De todas maneras, se trata de números con pocas variaciones en comparación a los otros relevamientos.

En cuanto al acceso a elementos de higiene, los autores destacan que relevamiento a relevamiento fue aumentando su acceso, pero referentes de los CBE advierten que la dificultad para acceder a ellos asciende siempre por encima del 60%.

Por otro lado, en cuanto a las necesidades de las familias que deben aislarse o simplemente necesitan asistencia, todavía en mayo de 2021 referentes de los CBE sostienen que hace falta “mayor velocidad en la respuesta” por parte del Estado.

En ese sentido, uno de los puntos analizados en los monitoreos fueron las relaciones de los CBE con el Estado de proximidad, el Municipio. En ese punto, señalaron que la relación siguió una dinámica “oscilante”: en agosto el nivel de comunicación era de un 70%, en diciembre, en pleno conflicto por recortes, bajó al 20%, en tanto que en mayo la vinculación “se recuperó”. Distinta es “la presencia” de autoridades municipales en los territorios, lo cual se mantuvo fluctuante pero siempre en “niveles bajos”.

Puntualmente en lo que hace a la provisión de alimentos del Municipio, en el último relevamiento realizado, casi el 60% de las personas encuestadas considera que la calidad de los alimentos distribuidos por el Municipio es “mala”.

En las conclusiones del trabajo, los investigadores destacan que con él se permite tener información precisa sobre “los sectores vulnerables en plena explosión de la segunda ola de contagios”, y también se permite establecer un “punto de llegada” para observar en perspectiva comparada y en larga duración algunos de los efectos de la pandemia sobre los sectores más vulnerables.

En ese sentido, sostienen que el contexto barrial cambió en dos sentidos desde marzo: por el aumento de casos y fallecimientos, y por el avance del plan de vacunación mientras la ciudad transitó por distintas fases. Entre tanto, lo que no se modificó, fueron las condiciones estructurales como el 42% de la población por debajo de la línea de la pobreza.

En síntesis, a un año y tres meses del primer caso de coronavirus, señalan que “los problemas estructurales que afectan a las comunidades vulnerables se han profundizado, mientras aquellos que en un comienzo se consideraban nuevos por su asociación con la enfermedad, se han incorporado al repertorio de dificultades que sufren esos sectores”.

Pero ante ello, más allá de las asistencia “fluctuante” del Estado, destacan la generación de vínculos de solidaridad y participación vecinal, con los CBE como principales referentes, pero también con participación de otras instituciones que hasta el momento no tenían un lazo tan evidente con las problemáticas sociales y que suelen aportar gran cantidad de los recursos que no provienen del Estado.

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11/07/2021